Los incendios ya no son únicamente en verano. El fuego está afectando a los montes gallegos en este invierno en una tendencia que va a más en los últimos años y que ocurre justo cuando menos recursos públicos, tanto para extinción como para prevención, hay disponibles. El hecho de que la Xunta tan sólo informe de aquellos focos que superen las 20 hectáreas hace difícil valorar la intensidad de una oleada de la que, no obstante, están advirtiendo los profesionales. Hasta un promedio de cuatro incendios al día en Galicia durante lo que va de mes de enero, con una especial incidencia en la provincia de Ourense.
Así lo asegura en un informe la Asociación de Traballadores de Incendios Forestais de Galicia (Atrifoga), así como los datos aportados por el sindicato CCOO. El último incendio del que informó la Xunta fue el que tuvo lugar a principios de año en el ayuntamiento de A Veiga, en Ourense, donde ardieron 20 hectáreas. Pero en esa provincia hubo muchos más desde comienzos de diciembre, especialmente en el Macizo Central y en la parte oriental, algunos de ellos mismo afectando Red Natura. Ardieron 50 hectáreas en Vilariño de Conso y casi 40 en Carballeda de Valdeorras, tal y como había confirmado Medio Rural. No obstante, el fuego también afectó superficies menores en Manzaneda, Cartelle, Chandrexa de Queixa, Lobios u O Irixo, según los datos que aporta un informe basado en datos del personal contraincendios.
Tal y como destaca Atrifoga, hay dos comarcas -la de Verín y la de Viana- que están sufriendo especialmente estos incendios “continuos en casi todos los doce municipios que las integran”. Además, y fuera de la provincia de Ourense, desde el pasado mes de diciembre se registraron también llamas en Toques, Ames, Ribeira, Porto do Son, Pedrafita, Guitiriz, Folgoso do Courel, Silleda, Lalín, A Guarda o Arbo, entre otros municipios.
Desde CCOO se advierte de que en lo que va de mes de enero, hasta este último fin de semana, se han registrado en Galicia 110 incendios, alrededor de 80 de ellos en la provincia de Ourense. Es un promedio de casi cuatro al día desde que había comenzado el año. ¿Las causas de esta oleada? Muchas. “Las insólitas condiciones metereológicas de altas temperaturas por el calentamiento global, el bajo nivel de humedad con ausencia de lluvias, el viento o el estado de sequedad de la biomasa y del suelo, agravado con las heladas que secan la vegetación y la convierten en combustible inflamable”, destaca Atrifoga, que advierte de que todo esto coloca las “circunstancias favorables para que se provoquen y propaguen los incendios con mucha facilidad”.
Patra Atrifoga, es “evidente” la existencia “de un factor de desestacionalización de los incendios forestales y una continuidad en el tiempo”. “Ya no arde sólo en verano, sino que también hay importantes fuegos en otoño e invierno que provocan graves pérdidas ecológicas, económicas y sociales”, dice la asociación, que recuerda los millares de hectáreas ardidas en diciembre de 2015 en las comunidades cantábricas, las 800 hectáreas arrasadas en las Fragas do Eume en marzo de 2012 o los continuos focos que sufre la Serra do Xurés en cualquier época del año.
“La Consellería de Medio Rural sólo emite comunicados sobre los incendios que superan las 20 hectáreas, por eso no llega a la opinión pública la existencia de los incendios de menor superficie, que son mayoría en número”, destaca Atrifoga.
La plaga coincide en la época en la que menos recursos hay en los montes gallegos para la extinción y para la prevención de incendios. El Servicio Público de Prevención y Defensa Contra Incendios Forestales de la Xunta de Galicia (Spdcif) se queda en situación más precaria a partir de diciembre. Un total de 626 de sus trabajadores fueron cesados el 30 de noviembre al expirar el tipo de contrato que Medio Rural les estipuló el pasado año. Antes, con el fin de verano, otros 436 profesionales cesaron en su puesto al acabar su período contractual de tres meses. 1.062 brigadistas de medios propios de la Xunta de un total de más de 2.400 en período de alto riesgo, por lo que los equipos que además de extinguir también se ocupan de la prevención se quedan casi en la mitad en una época en la que tampoco trabajan las brigadas municipales o los equipos de empresas como Natutecnia.
Así lo ha denunciado ya Atrifoga, que advertía también de las problemáticas de un trabajo limitado a tres meses de verano que supone también limitaciones en el cobro de subsidio y un veto al acceso a las sustituciones en la Xunta. Estos brigadistas reclaman ser contratados por nueve meses e “igualarse” a los compañeros que están nueve contratados para reforzar así las labores de prevención. Según dicen, a día de hoy el personal laboral en Galicia contra el fuego asciende a 851 trabajadores, de los que tan sólo son de campo 82 conductores de motobombas y 576 bomberos forestales.
Toda esta situación pone de manifiesto varios defectos recurrentes en el sistema en Galicia: la limitación a las necesarias labores de prevención y la escasa capacidad de lucha contra los incendios del invierno, además de una precariedad laboral, temporalidad y desprotección social que abarca a todos los brigadistas. El caso de los de nueve meses también es constantemente denunciado por la asociación profesional Apropiga, además de por los partidos de la oposición y numerosos colectivos.
“De este modo, se pone de manifiesto la cuestionable gestión que se hace del Spdcif, cayendo en la improvisación, lo que deriva en que los incendios se propaguen con facilidad y se incrementen el tiempo y los gastos de extinción”, dice Atrifoga, que entiende que “el criterio de prescindir de personal por cuestiones económicas” -como aseguran que dice la Xunta, que dice estar satisfecha con el dispositivo- “cae por su propio peso”.
A todo esto, se añaden las continuas protestas sindicales y del personal por lo que consideran privatización de los servicios. En este mismo mes, CIG y CCOO denunciaron el anuncio que en el DOG acaba de salir publicado para la contratación de brigadas y helicópteros privados para el Spdcif, “aumentando funciones y tiempo de trabajo en detrimento del servicio público”. Tal y como aseguran, la Consellería de Medio Rural que dirige Ánxeles Vázquez acaba de licitar un servicio de helicópteros y brigadas por más de 3,8 millones de euros, “al tiempo que el 55 % del operativo público tiene el contrato suspendido”.