El grupo parlamentario que Iglesias propuso a Beiras y a las mareas es legalmente inviable
“Un grupo parlamentario catalán y un grupo parlamentario gallego con diputados de Podemos y de otros espacios”. Esta fue una de las principales propuestas lanzadas por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante la visita a Galicia en la que exploró la posibilidad de llegar acuerdos para las generales con las mareas municipales y las fuerzas políticas que las apoyan, como Anova o Esquerda Unida. Esa posibilidad sería técnicamente incompatible con otra de las líneas trazadas por Iglesias: que la fórmula para concurrir a los comicios, en el caso gallego, sea “añadir otro nombre al de Podemos” en las papeletas, lo que formalmente significaría la inclusión de miembros de otras formaciones en las listas de su partido.
La inviabilidad legal de esta fórmula es tal a causa de las normas incluidas en el Reglamento del Congreso de los Diputados en lo referido a la conformación de grupos parlamentarios. En su artículo 23 la norma que rige la Cámara Baja indica que para constituir un grupo parlamentario es necesario tener “un número no inferior a quince” escaños o al menos cinco escaños y el 15% de los votos “en las circunscripciones en las que presentaran candidatura” o el 5% en el conjunto del Estado. Cumplir estas condiciones es necesario, pero no suficiente.
El segundo punto de este artículo es lo que chocaría con la propuesta de Podemos. “En ningún caso -dice- pueden constituir grupo parlamentario separado diputados que pertenezcan a un mismo partido” y “tampoco podrán formar grupo parlamentario separado los diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se enfrentaran ante el electorado”. Así las cosas, si Anova, IU y miembros de las mareas se presentan formalmente a las generales en las candidaturas de Podemos no podrían constituir un grupo separado del liderado por Iglesias al llegar al Congreso, con independencia de que a efectos comunicativos se presentaran de manera diferenciada. Su estatus sería semejante, por ejemplo, al que actualmente tiene Iniciativa per Catalunya, que concurrió a las últimas generales con IU.
El Reglamento impide esa separación pero no pone pegas, por el contrario, a integraciones posteriores a las elecciones. Siempre que se cumplan los requisitos de número de escaños y porcentaje de votos un grupo parlamentario puede estar formado por los representantes de “una o varias formaciones políticas” en caso de que se hayan presentado por separado a las elecciones. Los diputados y diputadas cuyas fuerzas no constituyen grupo propio forman parte del Grupo Parlamentario Mixto, donde se ubica actualmente el BNG junto a miembros de fuerzas como Amaiur, ERC, Compromís, Coalición Canaria o Geroa Bai. Ese, según el Reglamento, tendría que ser el destino de los miembros de una eventual candidatura conjunta con Podemos en caso de que sus miembros no quisieran formar parte del grupo de Iglesias.
La constitución de un grupo parlamentario propio en Galicia es uno de los debates que está sobre la mesa desde el inicio de los contactos entre fuerzas para el lanzamiento de una eventual Marea Galega. No obstante, en las reuniones mantenidas por Pablo Iglesias este argumento fue defendido básicamente por Podemos. Según las fuentes consultadas por este diario formaciones como Anova o las propias mareas pusieron el acento en la necesidad de impulsar un “proceso participativo” para conformar unas candidaturas que, desde el inicio, tendrían una entidad diferenciada. Ese proceso, indican las mismas fuentes, sería incompatible con la mera integración en “huecos” de las listas electorales que designe Podemos.
