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Pedro Sánchez asegura que la coalición de Alemania habla de lo que su gobierno lleva haciendo tres años y medio

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el secretario general del PSdG, Valentín González Formoso, en Santiago de Compostela.

Daniel Salgado

8 de diciembre de 2021 14:47 h

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La receta no distó de la habitual: “Crecimiento económico, creación de empleo y Estado del bienestar”. Sí lo hizo un contexto europeo que, a decir de Pedro Sánchez, da la razón a las políticas de su gobierno, La última prueba, el acuerdo entre socialdemócratas, verdes y liberales -“los de verdad, no los españoles, que solo miran a la derecha”- que sustituirá a Angela Merkel al frente de Alemania. El presidente español explicó en la clausura del congreso de los socialistas gallegos en Santiago de Compostela que el mencionado pacto habla de lo que su Ejecutivo “está haciendo desde hace tres años y medio”. Una ola socialdemócrata recorre Europa y Sánchez se ve “a la vanguardia de lo que tiene que venir”.

“En Alemania se está produciendo un cambio político de enorme envergadura”, dijo, “y hablan de subir el salario mínimo, de equiparar hombres y mujeres, hablan del Ingreso Mínimo Vital, de la Formación Profesional, de todo lo que estamos haciendo desde hace tres años y medio en el Gobierno de España”. No solo la principal economía europea ha girado levemente a la izquierda. Sánchez también mencionó Portugal -cuyo primer ministro António Costa envío un saludo al cónclave del PSdeG en el que llamaba a estrechar lazos con Galicia-, los resultados del Partido Democrático en las últimas elecciones locales italianas o los países escandinavos. Y predijo que los socialistas gallegos se subirán al carro con su nuevo líder, Valentín González Formos, y gobernarán la Xunta.

Su discurso fue de fondo ideológico, por lo menos en contraste con el más ligero de Formoso. La sociedad española, y con ella la gallega y la europea, se encuentran “en una encrucijada”. Se apoyó en una videoconferencia que, aseguró, mantuvo con Joe Biden para exponer su perspectiva inmediata: lo que suceda en los próximos diez años va a definir lo que suceda en los siguientes 30 o 40. “La pandemia ha acelerado transformaciones que ya intuíamos iban a ser transcendentes”, se extendió, “y necesitamos un poder público que diga exactamente como deben ser estas transformaciones disruptivas”. La transición ecológica o los efectos de la robotización fueron algunas de las que citó.

Esa defensa de la intervención estatal en la economía, y no solo, lo condujo a una reivindicación de la “salida socialdemócrata” a la crisis económica, social y política causada por el coronavirus. “Crises hay muchas, pero salidas solo dos, o la socialdemócrata o la neoliberal”, afirmó. La primera es la que permite, añadió, que en España haya tantos afiliados a la Seguridad Social como antes de la crisis financiera. “Salvamos muchos empleos, salvamos muchas empresas gracias al escudo social que solo un gobierno progresista liderado por el PSOE [en coalición con Unidas Podemos] podría poner en marcha”, sostuvo. En 2008, la obsesión ordoliberal por el déficit fiscal -asumida también por buena parte los partidos socialistas europeos, aunque esto Sánchez no lo recordó- provocó consecuencias devastadoras para las economías del sur del continente y su población trabajadora, coinciden ahora los analistas.

Los riesgos, con todo, no han desparecido en España. El aumento de la incidencia de la COVID en las últimas semanas lo ratifica. Frente a ello, pidió “confiar en la ciencia y en la prudencia” y ofreció soluciones: vacunas y máscaras. “Somos el espejo en que se miran muchas sociedades europeas. Fuimos ejemplo en las vacunas a mayores y lo volveremos a ser en la vacunación a los niños y niñas”, comprometió.

Objetivo, la Xunta de Galicia

Sánchez habló al final de un congreso, el décimo cuarto del PSdeG, en el que Valentín González Formoso tomó el relevo de Gonzalo Caballero en la secretaría general tras derrotarlo en las primarias del 30 de octubre. El presidente español pronosticó que los socialistas gallegos alcanzarán una Xunta de Galicia en la que el PP de Feijóo gobierna con mayorías absolutas desde 2009. Y donde el PSdeG, a pesar de su fortaleza municipal -encabeza tres de las cuatro diputaciones, cinco de las siete ciudades y otros 106 de los 313 ayuntamientos- es tercera fuerza en el Parlamento autonómico, tras la derecha y el nacionalismo de izquierdas del BNG.

Para contribuir a ello enumeró algunas de las acciones del Ejecutivo central que, a su juicio, repercuten directamente en la comunidad: su “compromiso rotundo” con la industria naval, la finalización de la conexión por tren de alta velocidad o la ley de la cadena alimentaria que pone coto a las ventas a pérdidas, una medida reclamada históricamente por los productores gallegos de leche. “Hemos transferido a Galicia un 27% más de recursos que Rajoy en los cuatro años en que gobernó”, proclamó entre aplausos. “Si la historia (de Galicia) no se puede entender sin la aportación del PSdeG, tampoco el presente y el futuro se va a poder entender sin la aportación del PSdeG. Gobernamos España y pronto, Valentín, vamos a gobernar la Xunta de Galicia”, afirmó.

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