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Cañete ratifica que la UE desconoce el estado de los residuos nucleares vertidos en la Fosa Atlántica

“La Comisión no tiene conocimiento de ningún programa en curso para inspeccionar el estado de los contenedores de residuos [nucleares de la Fosa Atlántica] ni de estudios sobre su impacto en el medio marítimo”. Esa es la respuesta que acaba de dar el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, el popular español Miguel Arias Cañete, a una pregunta formulada por la eurodiputada del BNG Ana Miranda sobre la supervisión del estado en que se encuentran las 140.000 toneladas de residuos radiactivos que ocho países despositaron entre 1949 y 1992 en varios puntos del Atlántico frente a las costas gallegas, en la denominada Fosa Atlántica.

A finales del pasado año, coincidiendo con el 35 aniversario de los últimos vertidos, este diario publicó un amplio análisis sobre el limitado o nulo conocimiento que admiten tener sobre el estado de esos bidones una docena de entidades estatales e internacionales. Esa ausencia de información llevó a En Marea, PSdeG y BNG a formular diversas preguntas e iniciativas en el Parlamento de Galicia, el Congreso de los Diputados y el Parlamento Europeo. En las respuestas que fueron obteniendo se ratificó que ninguna administración ni organización interestatal tiene en marcha o previsto ningún programa de supervisión del estado de esos bidones y del efecto de posibles fugas.

Así lo transmitió hace unos meses el comisario de Medio Ambiente y Asuntos Marítimos, Karmenu Vella, en respuesta a varias preguntas del eurodiputado socialista José Blanco, en las que admitía que la UE no conoce el estado de los residuos, no ve necesarios nuevos estudios sobre ellos y no ha recibido ninguna petición al respecto por parte del Gobierno español. Ahora, en respuesta al BNG, es el responsable de Energía y Cambio Climático quien admite esa falta de conocimiento tanto del “estado de los contenedores” como de posibles “estudios sobre su impacto en el medio marítimo” posteriores a 2003.

En su respuesta, Arias Cañete destaca que los vertidos se realizaron en su momento “fuera de las aguas territoriales españolas”. Y son precisamente esas aguas internacionales las que nadie está vigilando. Lo que hay en la actualidad, según se desprende de las diversas respuestas ofrecidas en los últimos meses a nivel estatal -con discrepancias entre varios ministerios- y europeo, son controles de la radiactividad de las aguas más costeras lo que, según una respuesta del Gobierno central a En Marea del pasado febrero “detectaría las posibles variaciones en las concentraciones de actividad en las aguas españolas”, lo que no se está produciendo. Esto es, no está llegando radiactividad a las aguas costeras europeas, pero nadie sabe si aquellos bidones, los más antiguos de hace cerca de 70 años, están teniendo algún efecto sobre las aguas internacionales.