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Los exministros Blanco y Pastor se desvinculan de cualquier decisión sobre la seguridad del Alvia

Los exministros de Fomento José Blanco y Ana Pastor, en la comisión de investigación sobre el accidente del Alvia en el Congreso

David Reinero

“Fueron debates en el ámbito técnico” o “esa es una decisión técnica”. Esas fueron las respuestas que ofrecieron este lunes los exministros de Fomento José Blanco y Ana Pastor a las preguntas que se les formularon en el Congreso sobre los fallos de seguridad ya constatados en la instrucción judicial del accidente del tren Alvia en Santiago del 24 de julio de 2013 en el que murieron 80 personas. Allí, en la comisión de investigación política sobre el siniestro, el socialista dijo que sólo se arrepiente de no haber aceptado antes ese foro de análisis político y pidió disculpas a las víctimas, que lo venían reclamando, por si eso les añadió más dolor. La popular, por su parte, admitió que su trato a los afectados pudo ser mejor y negó haber obstaculizado las investigaciones.

El socialista Blanco estaba en el cargo cuando se inauguró la línea de AVE Ourense-Santiago en la que ocurrió el accidente con menos seguridad de la inicialmente prevista, mientras que la popular Pastor puso en servicio en ella los trenes Alvia de los que a los pocos días se desconectó el sistema de control de la velocidad, decisiones en las que las víctimas querían conocer el papel jugado por los entonces ministros. Además, Pastor es cuestionada también por los afectados por los obstáculos puestos por Adif y Renfe a las investigaciones posteriores sobre el siniestro.

La comparecencia de Blanco y Pastor en el Congreso se produce dos meses después de que el juez instructor de la causa penal propusiese, con el apoyo del fiscal, dar por finalizada esa investigación y juzgar al maquinista del tren, Francisco José Garzón, y a un exdirector de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, por delitos de homicidio por imprudencia grave profesional, en el primer caso por despistarse y no frenar a tiempo el tren Alvia antes de la curva de Angrois, en la que descarriló, y en el segundo por no habilitar medidas que evitasen ese previsible error humano. En sus comparecencias tanto en el juzgado como en el Congreso el pasado octubre, Cortabitarte, en cargos de libre designación con PSOE y PP, siempre negó recibir presiones políticas para tomar las decisiones que tomó, pero estaba por saber cuántos detalles conocían Blanco y Pastor sobre esas decisiones. Los dos han insistido en que desconocían las decisiones técnicas que tomaban cargos intermedios de Adif y Renfe que permanecieron en sus puestos con uno y otro gobierno.

José Blanco

El primero en intervenir este lunes fue Blanco, quien comenzó su intervención inicial explicando por qué está en contra de comisiones de investigación políticas como esta mientras esté abierta una instrucción judicial, y destacó que ese es el criterio en el Parlamento Europeo. Sin embargo, añadió que con el tiempo, al ver que esa postura era interpretada como un intento de encubrir hechos o dificultar su investigación, se arrepintió. Fue en ese punto cuando el socialista, que ya se había reunido con afectados en noviembre de 2015 en Bruselas, pidió “disculpas” a las víctimas por si esa negativa a la comisión de investigación pudo incrementar su dolor. También negó que esa postura suya se debiese a ningún tipo de estrategia para promover un relato concreto sobre el siniestro, en referencia a los focos que desde el primero momento se puso sobre el maquinista del Alvia.

En esa línea, Blanco centró su intervención inicial en desmentir varias de las acusaciones que desde distintos ámbitos se lanzaron contra él en los últimos años. En particular, el socialista negó que hubiese prisa por inaugurar la línea Ourense-Santiago ante la cercanía de las elecciones generales de finales de 2011. Blanco recordó que ya en julio de 2009 Fomento había acordado con la Xunta su puesta en servicio a finales de 2011. Ese año, en junio, antes de que se supiese la fecha concreta de los comicios, Fomento ya había anunciado que la línea se abriría a comienzos de diciembre, lo que finalmente ocurrió tres semanas después de las elecciones del 20 de noviembre que apartó al PSOE del Gobierno central y que hizo que Blanco actuase ya en la inauguración como ministro en funciones. “No me apetecía nada aquel acto después de perder las elecciones”, llegó a decir Blanco.

Este lunes Blanco aportó al respecto una información desconocida hasta ahora. Según dijo, tras perder las elecciones, consultó en la comisión encargada del traspaso de poderes entre socialistas y populares si debía seguir adelante con las inauguraciones ya previstas. Blanco dice que, así como los populares le impidieron seguir adjudicando nuevos contratos, sí le permitieron continuar con esa inauguración.

Sobre los cambios que hubo en el proyecto original para operar el tramo Ourense-Santiago en ancho ibérico y no en el ancho internacional del resto del AVE, que acabaron afectando a la configuración de los sistemas seguridad en la curva de Angrois, Blanco dijo que además de esa modificación concreta hubo muchas más en toda la línea y que todas ellas supusieron retrasos en las obras, no adelantos, pero que a él no se le dijo nada respecto de que afectase a la seguridad de la línea. “De esa cuestión tuve conocimiento con posterioridad al accidente”, dijo, y añadió posteriormente, durante el turno de preguntas, que desconoce quién propuso esa modificación de la seguridad.

Blanco atribuyó todos los debates sobre esa cuestión al “ámbito técnico” e insistió en que él no tiene criterio al respecto de las cuestiones de seguridad ferroviaria, “yo no son un experto”, dijo. Igualmente, el exministro también negó que los cambios de seguridad en la línea se debiesen a cuestiones económicas o comerciales. “Por intereses comerciales nunca se habría hecho esta línea”, dijo, asegurando que su interés en impulsar el AVE gallego se debió a “el interés de dar un mejor servicio a los ciudadanos”.

Sobre la actuación del maquinista, el exministro destacó las recientes declaraciones que este hizo a La Sexta en las que dijo que tenía la conciencia tranquila. “Allá cada uno con su conciencia”, dijo Blanco, destacando que “si el maquinista hubiese cumplido con su cometido, no estaríamos en esta situación” y añadiendo más adelante que a él mismo “el accidente me interpela todos los días, me siento concernido”.

Ana Pastor

Blanco también puso el foco en que él encargó los trenes Alvia que circulan por esa línea, pero que fue con su sucesora Pastor con la que se homologaron y se pusieron en servicio, en junio de 2012. Pocos días después, se desconectaba en ellos el sistema de control constante de la velocidad porque fallaba. Sobre esa desconexión del sistema de seguridad a bordo de los Alvia, Pastor dijo que “esa es una decisión que es técnica” y recordó que fue tomada por los entonces directores de Seguridad en la Circulación de Adif y Renfe, Andrés Cortabitarte y Antonio Lanchares, el primero imputado en la causa judicial, “que estaban ya con el Gobierno anterior y que nunca en mi vida les di yo una instrucción”. “Es no meterse uno donde no se tiene que meter”, dijo sobre sus propias responsabilidades entonces como ministra.

En su intervención inicial, Pastor insistió en el discurso que viene repitiendo en los últimos cinco años y medio cuando se le pregunta por cualquier otra cuestión del caso y opta por centrar sus respuestas en que su “prioridad” fue y sigue siendo su apoyo expreso a las víctimas. Sin embargo, Pastor admitió que el día en que dejó el ministerio para asumir la presidencia del Congreso, jornada en la que tenía fijada una reunión con las víctimas, actuó mal al darles plantón y no llamarlas para decirles que ya no podía reunirse con elas como ministra que ya no era. “Seguro que hay cosas que se podían hacer mejor”, dijo Pastor en otro momento en referencia a su trato a los afectados.

Pastor recordó la comparecencia que tuvo en el Congreso dos semanas después del accidente en la que anunció diversas medidas de mejora de la seguridad ferroviaria, la mayoría de las cuales se pusieron en marcha en los años siguientes. Como entonces, insistió este lunes en que el deber de un político ante un accidente así es trabajar para que se sepa toda la verdad“.

A pesar de esa promesa de quien entonces era ministra, sus subordinadas Adif y Renfe ocultaron o demoraron en diversas ocasiones la entrega de documentación relevante al juzgado instructor del caso, que las apercibió varias veces. Este lunes a Pastor se le preguntó si ella dio orden de obstaculizar la investigación para incidir en la visión del siniestro que se proyectaba desde diversos departamentos de Fomento de que había sido culpa del maquinista. La exministra respondió que “jamás” dio “una sola instrucción para que no se diese toda la información que tuviesen” a las autoridades judiciales.

Cuando se le insistió en las diversas ocasiones en que los jueces criticaron la falta de colaboración de Adif y Renfe, Pastor dijo desconocer esos hechos a pesar de ser publicados en diversas ocasiones por varios medios de comunicación. “Nunca recibí un oficio de un juez de que no se hubiese enviado información”, se limitó a argumentar.

Sobre la investigación técnica que elaboró en su momento la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) dependiente de Fomento, que también puso el foco en el maquinista e influyó inicialmente en la investigación judicial pero que fue descalificada por la Agencia Ferroviaria Europea, Pastor se negó a valorar su trabajo y se limitó a mostrar su respeto por su independencia. También se le preguntó por la acusación, después rectificada por él mismo, que lanzó el entonces presidente de la CIAF de que Pastor le había impedido reabrir esa investigación técnica cuando fue criticada por la UE. “Yo jamás hablé con él”, negó Pastor, que se refirió a la edad avanzada de ese técnico.

Pastor también eludió valorar la acusación que una víctima, la exdiputada del PP en la Asamblea de Madrid Teresa Gómez-Limón, lanzó contra el entonces número 2 del ministerio, el después ministro Rafael Catalá, de que la había llamado para pedirle que no fuese tan crítica con los populares sobre el accidente. “No voy a hacer comentarios del resto de comparecientes”, se limitó a decir Pastor sobre su entonces subordinado Catalá. Pastor tampoco quiso hacer “ningún comentario” sobre el cargo imputado de Adif.

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