Feijóo juega con sus victorias electorales como aval frente a sus rivales por la sucesión de Rajoy
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no es sólo el único posible aspirante a la sucesión de Mariano Rajoy al frente del PP cuyo nombre están defendiendo en público, dando la cara, otros cargos del partido, como hizo a nivel estatal el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo, o a nivel gallego el portavoz en el parlamento autonómico, Pedro Puy. De los cuatro principales nombres que están sobre la mesa (Feijóo, la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, o la presidenta del Congreso, Ana Pastor), él es quien cuenta con un historial de victorias electorales personales más significativo, con sus tres mayorías absolutas consecutivas en Galicia. Estos días él mismo está poniéndolo en evidencia de manera implícita.
El pasado jueves, pocas horas antes de que se certificase el triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, Feijóo, intentando criticar al socialista, dijo en rueda de prensa que “ser presidente de España es incompatible con perder dos veces consecutivas las elecciones”. Sin embargo, ese hecho, que se corresponde con los resultados de Sánchez en las generales de diciembre de 2015 y junio de 2016, también es aplicable a los resultados de Rajoy en las generales de 2004 y 2008.
Pudo ser un lapsus de Feijóo, pero este martes él mismo ha vuelto a destacar, a las puertas de la calle Génova y tras el anuncio de dimisión de Rajoy, que el ahora saliente líder popular se va “sin perder, invicto, algo que lamentablemente sabemos que no está de moda, porque se puede estar en el gobierno después de perder las elecciones”. Esa valoración, nuevamente, no es aplicable a la trayectoria de Rajoy y sus derrotas en 2004 y 2008. Pero al tiempo Feijóo estaba poniendo el foco en las posibilidades de pactos entre partidos que ofrecen las democracias parlamentarias como la española en caso de que nadie obtenga mayoría absoluta.
Frente a esa posibilidad de pactos, su propia experiencia electoral sólo cuenta con mayorías absolutas. Es muy distinto, por el contrario, el historial electoral de las otras tres posibles aspirantes que más están sonando. Ana Pastor y Soraya Sáenz de Santamaría nunca fueron ellas las principales candidatas sino que figuraron en listas lideradas por otros, mientras que Dolores de Cospedal, en sus experiencias como candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha, perdió en 2007, obtuvo mayoría absoluta en 2011 y fue desbancada en 2015 por un pacto de PSOE y Podemos al no conseguir reeditar la mayoría absoluta.
Frente a esos resultados dispares, Feijóo lleva años elogiando la “estabilidad” que sus propias mayorías absolutas estarían dando a Galicia frente a otras administraciones. Así lo hizo, entre otros momentos, en su última toma de posesión como presidente de la Xunta, en noviembre de 2016. En aquel momento, con Mariano Rajoy presente, Feijóo volvió a presentar a Galicia como “modelo de estabilidad para España”. Por su parte, en su intervención Rajoy elogió la “moderación, empeño reformista, determinación, sensibilidad social y estabilidad” de Feijóo, añadiendo que, como gallego que es él mismo, “ser presidente de la Xunta para un gallego es algo muy grande”.
A la espera de que anuncie su decisión sobre la sucesión de Rajoy, cada declaración de Feijóo está siendo analizada en detalle. Este martes, a su salida de la sede del PP en Madrid, Feijóo, además de calificar a Rajoy cómo “invicto” evidenciando sus propias victorias, se limitó a exaltar la “grandeza y lealtad” de Rajoy, algo que consideró “atípico en la democracia española”. Este miércoles Feijóo podrá seguir dejando pistas sobre su futuro en el Parlamento de Galicia, en una sesión de control por parte de la oposición centrada por En Marea, PSdeG y BNG en el caso Gürtel, que hace dos semanas, al conocerse la sentencia, Feijóo redujo a que Bárcenas “no fue un tesorero muy ejemplar y eso pudo contaminar al PP”. Una semana después, justo antes de concretarse la moción de censura, Feijóo pedía a los suyos “compostura” y destacaba que “con independencia del poder el importante es la coherencia política”.