Feijóo prepara una desescalada para los bares y estudia cerrar la comunidad por primera vez durante el puente

La presión de la hostelería ha hecho reaccionar a la Xunta de Galicia. Casi un mes después de que decretase el cierre de las siete ciudades -Ourense había caído casi un mes antes- y, con él, el de los bares, el Gobierno de Feijóo ha anunciado este lunes un plan de desescalada. “Los datos avalan que puede haber decisiones positivas para el sector de la hostelería en buena parte de Galicia este fin de semana”, dijo el presidente, que habló un día antes de que su comité de asesores estudie si relaja las restricciones en algunos ayuntamientos. Sobre la mesa se encuentra incluso la posibilidad de, por primera vez durante la epidemia de coronavirus, impedir entradas y salidas de la comunidad durante el puente.

A la misma hora en que Feijóo hablaba de “buenas noticias” para los hosteleros, su vicepresidente Alfonso Rueda comunicaba a asociaciones del gremio, que han protagonizado nutridas manifestaciones para exigir un “rescate” público, su propuesta para la reapertura progresiva. Basado en control de aforos, horarios y grupos, establece cuatro fases relacionadas con la situación epidemiológica de cada municipio. La primera será la de aquellos lugares sometidos a cierre perimetral, donde no está permitida la actividad. La segunda posibilitará abrir hasta las cinco de la tarde, con el aforo limitado al 30% en interiores y las terrazas a la mitad, solo con grupos de convivientes.

Si la situación mejora y pasan a fase dos, los horarios se podrán estirar hasta las 11 de la noche, con los mismos aforos pero con grupos de hasta seis personas que no vivan juntas. Por último, según informa Europa Press, el aforo subiría al 50% en interior y 75% en terrazas. El plan todavía no tiene el visto bueno del comité clínico de la Xunta, pero sí algunas reticencias de los hosteleros, que plantean grupos de cuatro personas no convivientes ya en la primera fase. Los asesores médicos de Feijóo debatirán el tema en su reunión de este martes. No será la única decisión de calado a la que se enfrenten.

El primer cierre de la comunidad a estudio

Fue el propio Julio García Comesaña, conselleiro de Sanidade, quien este fin de semana abrió la puerta a una medida inédita: el cierre perimetral de la comunidad durante el puente de la Constitución, cuando la recepción de turistas, sobre todos procedentes de la Meseta, se intensifica. Hasta ahora la Xunta se había negado a adoptarla, entre otras cosas porque al hacerlo Portugal, Asturias y Castilla León no lo necesitaba. Otros tomaban la decisión mientras Feijóo, fiel a su estilo, se abstenía de ejercer sus competencias. Pero la situación parece haber cambiado, y Comesaña, con 7.806 casos activos en la comunidad y los fallecidos en la segunda ola a punto de superar a los de la primera, no lo descarta. Eso sí, la responsabilidad de hacerlo o nó será del comité clínico.

Como lo será también decretar alguna suavización de las restricciones en los más de 60 municipios que permanecen cerrados. Las expectativas, alimentadas por el presidente gallego a lo largo de la última semana, son elevadas en algunas ciudades. “Hay ciudades que van mejor, las que empezaron antes, como el caso de Ourense y Santiago”, declaró este lunes, “y otras en las que está costando más. Los últimos datos del Servizo Galego de Saúde referidos a Ourense consignan la detección de 115 nuevos contagios en las últimas 24 horas. En Santiago, de 103. Ambas urbes mantienen una incidencia de más de 50 casos por 100.000 habitantes en siete días y de menos de 150 en 14. El cierre en Ourense comenzó el 6 de octubre. En Santigo, el 30 del mismo mes.

“Aún se está valorando qué ciudades y municipios verán relajadas las restricciones”, matizó, con todo, Alberto Núñez Feijóo. La opacidad de los datos sobre la epidemia por ayuntamientos, solo parcial y recientemente corregida, impide a la ciudadanía saber más.