La controversia y la sospecha es desde siempre fiel compañera del voto emigrante en las elecciones gallegas. Manuel Fraga, consciente del peso determinante que tenía la emigración gallega y sus descendientes en el extranjero, especialmente en Sudamérica, para las elecciones, celebraba grandes encuentros con los gallegos del otro lado del Atlántico. “Me acuerdo que fue una vez fue Fraga y había llevado como 400 kilos de pulpo para invitar”, hace memoria el músico Juan Carlos Cambas, hijo de emigrantes en Argentina, en una entrevista en la radio pública gallega.
“Bueno, a mí si me traen 400 kilos de pulpo voto a quien sea”, bromea el conductor del programa. Un comentario que no está lejos de la realidad que relata el músico a continuación: “Te pagaban 50 dólares para ir a votar y todos fuimos a votar a Fraga”.
El entrevistado explica que “cuando ibas al correo te daban un bono de 50 dólares”. “Sí, pasaban cosas muy raras”, insiste ante el comentario incrédulo del presentador que zanja la conversación indicando que la situación daría también para un documental como el que es motivo de la entrevista, que narra la historia familiar del músico en la emigración. Juan Carlos Cambas, pianista dedicado a la música de raíz argentina, nació al otro lado del Atlántico hijo de una gallega y un asturiano y desde 2002 reside en Galicia. Su historia es la que cuenta en su último trabajo, A Viaxe / Dende Arxentina ata Galicia (El Viaje / Desde Argentina hasta Galicia) y en el que colaboran músicos como Silvio Rodríguez, Kepa Junkera, Dulce Pontes o Uxía, entre otros.
Cambas narra que tiene la ciudadanía española desde los 18 años y confiesa que ha votado “algunas veces sin saber a quien votaba”. “Incluso hay más votantes gallegos en Buenos Aires que en Lugo y Ourense juntos. Pero de aquel lado no conoces mucho de lo que pasa en este lado”, contextualiza. En realidad, la comunidad con derecho a voto en las elecciones gallegas en toda Argentina, más de 165.000 este año, no supera a los electores de ninguna de las provincias gallegas, tampoco de las menos pobladas. En los datos más antiguos que ofrece el INE, de los comicios al Parlamento gallego de 2001, el censo de residentes ausentes (CERA) refleja que, desde Argentina, podían votar incluso menos, 79.300 personas.
Sin embargo, por aquel entonces, la participación de la comunidad gallega en el exterior era mucho mayor que la actual, ya que no era preciso solicitar el voto rogado -como se debe hacer desde 2011- y las papeletas llegaban sin pedirlas. En las pasadas elecciones autonómicas, en 2016, se abstuvieron el 98% de las 446.000 personas con derecho a voto desde el extranjero. De los más de 10.000 votos emitidos por este censo, el 49% fue para el Partido Popular. En 2001, con un censo mucho menor que en 2016, el número de papeletas enviadas por los residentes ausentes fue de más de 68.500 y el porcentaje de participación superior al 25%.