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El Gobierno portugués pedirá a todo aquel que quiera entrar al país por sus fronteras terrestres un test de coronavirus negativo. También será obligatorio por mar o aire. Así lo decidió el Consejo de Ministros que preside António Costa en su reunión de este jueves, 25 de noviembre. La medida entrará en vigor el día 1 del próximo mes.

Fue el propio Costa, primer ministro portugués, el que anunció las nuevas retricciones, aunque no mencionó los controles en carretera. Lo hizo horas más tarde a través del comunicado oficial publicado en la página web del Gobierno. “Se determina la aplicación, con las necesarias adaptaciones, a las fronteras terrestres, marítimas y fluviales de las reglas aplicables a la entrada en territorio nacional por vía aérea”, dice el texto. Se refiere a la “exigencia de presentación de Certificado Digital COVID de la UE en la modalidad de certificado de test o de comprobante de test negativo” realizado en las 72 horas anteriores.

La frontera que separa Portugal de España es la más larga de la Península Ibérica. Su tramo gallego, aunque solo son 400 de los 1.300 kilómetros totales, concentra la mayor parte del tránsito en una y otra dirección. Los vínculos económicos, sociales y culturales entre Galicia y el norte de Portugal son intensos. El cierre decretado en anteriores olas de la pandemia de coronavirus originó graves problemas a los muchos trabajadores transfronterizos de la zona y provocó protestas de los ayuntamientos gallegos y portugueses de la conocida en la comunidad como Raia.