El Parlamento gallego ha aprobado por unanimidad una Declaración Institucional con motivo del Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto que hace hincapié en la responsabilidad del Franquismo en el envío a los campos de concentración nazi de máis de 10.000 españoles. El texto, apoyado por los cuatro grupos con representación parlamentaria (PP, EnMarea, PSdeG-PSOE y BNG), señala que el nazismo “derivó en un genocidio que contó con la colaboración de la Dictadura franquista y que persiguió a miles de hombres y mujeres que huyeron del Estado español después de la derrota de la República en 1939 y tras la instauración de un régimen fascista”.
La declaración es parecida a la aprobada el pasado año y al igual que aquella recuerda de manera directa a “los más de 10.000 republicanos españoles que terminaron deportados en los campos nazis por la colaboración del dictador Francisco Franco con el nazismo alemán y el fascismo italiano”. Asimismo, incide en los cerca de 200 gallegos que fueron prisioneros en los campos de concentración nazi y que ya fueron homenajeados en la cámara gallega hace 12 meses. Subraya que “o murieron allí o fueron liberados pero nunca pudieron regresar porque la dictadura franquista, que les había retirado previamente la nacionalidad, les negó el derecho a regresar a su país de origen”.
Además, los cuatro grupos del Parlamento gallego se adhieren sin reservas a la condena de “todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación, acoso o violencia contra las personas o comunidades basadas en el origen étnico o en las creencias religiosas, tengan lugar donde tengan lugar”. Y concluye que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos originan actos de barbarie ofensivos para la conciencia humana”.
El Partido Popular apoyó sin reservas, por lo tanto, una declaración institucional muy crítica con la Dictadura franquista, a diferencia de lo sucedido en otras instituciones en los últimos meses. El pasado mes de noviembre, por ejemplo, el PP (al igual que Ciudadanos) se abstuvo en el Senado en una moción presentada por el PSOE que condenaba “rotundamente” el Franquismo y “cualquier acto de exaltación del mismo” y que pedía la ilegalización de toda asociación o fundación que exaltara a la dictadura franquista o al nazismo.