Ningún dato que no sea los que él mismo trae anotados en cuartillas le vale al presidente de la Xunta. Ya los puede ofrecer el Instituto Galego de Estatística o el Foro Económico de Galicia. Fue el último informe de coyuntura de esta plataforma, conformada por economistas más bien moderados, el que alimentó las preguntas de la oposición en la sesión parlamentaria de control sobre la deteriorada salud económica de la comunidad. Pero a Rueda no le sirve. “Tantas cifras mentirosas”, le espetó a Ana Pontón. “Estoy acostumbrado a que tergiverse”, le dijo a Luis Álvarez. La nacionalista y el socialista se habían limitado, en realidad, a replicar las conclusiones del mencionado Foro y a partir de ellas interesarse por la acción del Gobierno gallego para corregirlas. No les funcionó.
Los principales indicadores hace meses que no emiten buenas noticias para Galicia. La inflación es superior a la media estatal, un 6,4% frente a un 5,5, el índice de producción industrial se desploma mientras en España crece, y el empleo se comporta notablemente peor. “Una de las peores situaciones entre las comunidades en tasas de ocupación y actividad en el tercer trimestre”, señalaba el informe. En ese mismo período, el PIB ha subido un 2,5%. En el Estado, un 4,4%. El documento prevé, eso sí -lo mencionó Rueda-, que Galicia recuperará antes el anterior a la pandemia. Finalmente el Foro Económico atacó, por boca del catedrático y expresidente socialista gallego Fernando González Laxe, la reducción de la inversión pública “en un momento en que esta debería impulsar la reactivación”.
Ante este panorama, “¿qué hace su gabinete?”, preguntó la portavoz del BNG, Ana Pontón. Ella misma se respondió: “Recortar y privatizar la sanidad, vender el país a las eléctricas. Galicia se está quedando atrás”. Su homólogo del PSdeG, Luis Álvarez, recorrió una vía próximo. “Si desconoce estos datos, mal. Si los conoce y no está muy preocupado, peor”, resumió, antes de recordar que casi 700.000 ciudadanos se encuentran en riesgo de exclusión social y 140.000 en condiciones de privación material severa, según EAPN. Y a pesar de que Pontón insistió en que la situación la definía el Foro Económico de Galicia y no el BNG, el debate no fue posible. Rueda lo cortocircuitó.
“Sin rigor ni seriedad”
El presidente gallego se revolvió y acusó a la nacionalista de “falta de rigor y seriedad” en su exposición. Mostró un documento político del Bloque y, como si acabase de realizar un descubrimiento sensacional, relató la histórica posición crítica de la izquierda nacionalista sobre la Unión Europea. “Lucharán por una república gallega y soberana”, se burló. Admitió, con todo, que la subida de los precios lo tiene “muy preocupado. La inflación es muy seria”. Pero no adelantó ninguna medida concreta de su gobierno para combatirla más allá de un genérico “muchísimas medidas” y una habitual andanada contra el Ejecutivo de Sánchez, también “poco serio” en ese apartado. España es el país de la UE con menor inflación.
El socialista Luis Álvarez topó con parecida receptividad. Rueda dijo que su política económica la contenían los presupuestos autonómicos pero que las cuentas del Gobierno central solo trataban “de que el señor Sánchez se siga manteniendo en el poder”. “Sus iniciativas están incompletas”, añadió, sin especificar en qué ni contraponer las de la Xunta. Los precios seguían en el centro de la discusión, pero el presidente gallego se limitó a enumerar los mismos anuncios que ha enumerado en los últimos cuatro meses: la congelación de peajes en las autopistas de titularidad autonómica o las rebajas de impuestos -sin mencionar que los grandes patrimonios son los más beneficiados por las mismas. No resistió la tentación de meter el dedo en la llaga de los líos internos del PSdeG: “Ustedes mientras con sus cosas que si Messi sale o no a jugar”.
El balón que dejó sin despejar Alfonso Rueda fue el que cerró la intervención de Ana Pontón, cuando aseguró que Galicia “necesita un gobierno de verdad, no un gobierno de repuesto”. “Son ustedes muy fieros en Galicia pero muy mansos frente a la Moncloa”, fue lo más parecido a una respuesta de Rueda, junto con una inaudita invitación: “Si quiere pasar a este lado, aquí nos tiene”.