El sucesor de Feijóo en la presidencia de la Xunta de Galicia sí estaba al tanto de a qué se dedicaba Marcial Dorado en los años 90. O por lo menos sí había leído las noticias que lo vinculaban al contrabando y al narcotráfico. Preguntado por el particular en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de su gabinete este jueves en Santiago de Compostela, Alfonso Rueda afirmó: “Conocía las mismas noticias que conoció todo el mundo”. No todo el mundo, en realidad. Alberto Núñez Feijóo justifica su estrecha relación de años con Dorado porque entonces “no había internet ni Google” y no sabía de sus actividades ilícitas.
Lo cierto es que cuando en 1994, Feijóo trabó amistad con el narco y comenzó a compartir viajes con él a Canarias, Baleares o Portugal, este ya había protagonizado decenas de informaciones periodísticas. En 1984 fue detenido por contrabando y en 1990, dentro de la Operación Nécora contra el tráfico de drogas.
De esta última salió libre, pero su rostro recorrió telediarios y periódicos. El ahora candidato a la Presidencia del Gobierno era en aquella época el número dos de la Consellería de Sanidade del Gobierno gallego, dirigida por Romay Beccaría. Fue, de hecho, un chófer de ese departamento y testaferro en negocios de Dorado quien se lo presentó a Feijóo.
Rueda, natural de Pontevedra, licenciado en derecho y funcionario de la Administración local –fue secretario del Ayuntamiento de Cambados, en Arousa–, explicó este jueves que a comienzos de los 90 acaba de terminar la carrera. “Conocí pues las mismas noticias que conoció todo el mundo”, dijo en respuesta a la pregunta de un periodista sobre si “escuchara hablar de la saga del narco de A Illa de Arousa”, y finalizó: “Me informaba igual que se informaba todo el mundo de todo lo que pasaba”.