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Segunda jornada sin agenda pública de Alberto Núñez Feijóo como presidente de la Xunta

La crisis interna del PP, desatada por el descarnado enfrentamiento entre Pablo Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha vuelto a colocar a Alberto Núñez Feijóo en el disparadero hacia Madrid. Esta vez, la situación es distinta a la de 2018, cuando dio la espantada a última hora y no optó a suceder a Rajoy. Ahora, el todavía presidente de la Xunta se ha implicado a fondo. Los líderes territoriales de su partido lo señalan como futuro presidente de la formación. La oposición, mientras, le exige que aclare de inmediato si va a continuar al frente del Gobierno gallego. “Está siendo ante todo y sobre todo presidente de la Xunta”, adujo este jueves su vicepresidente, Alfonso Rueda. Feijóo, en cualquier caso, lleva ya dos jornadas sin agenda pública como tal.

La primera de ellas fue este jueves. Sí había un acto en las previsiones difundidas a los medios de comunicación por su equipo: Feijóo estaría en Santa Cruz de Tenerife para participar en el homenaje a los afectados por la erupción del volcán de La Palma. Al día siguiente, es decir, este viernes, se sentaría en la conferencia de presidentes convocada en la isla. El ataque de Rusia a Ucrania llevó al Gobierno a suspenderla. El presidente gallego, a quien la cancelación le fue comunicada -según explica su equipo- en la mañana del 24 de febrero, regresó a Galicia desde Madrid. Se encontraba en la capital del Estado porque el día anterior había encabezado la delegación de barones del PP que intentó forzar la dimisión de Casado en una reunión hasta las dos de la madrugada.

No llegó a presidir la reunión semanal de su gabinete, que comienza a las diez de la mañana. De ello se encargó el vicepresidente Alfonso Rueda, uno de los nombres que suena en el caso de que finalmente Feijóo confirme su marcha a la dirección del PP español. No programó ningún otro acto. Tampoco lo hizo para este viernes. Desde su equipo aseguran que tendrá “varias reuniones” y que es “probable” que informen “de alguna de ellas” como hacen “habitualmente”. Las agendas públicas de Feijóo como presidente de la Xunta no suelen estar muy cargadas. A menudo uno o dos actos, casi siempre de mañana. Sin nada los fines de semanas. Pero estos dos días sin comparecencias suceden en un contexto concreto que marca alguna diferencia.

De hecho, BNG y Partido Socialista han criticado con dureza lo que entienden es una dejadez de funciones de Feijóo. “¿Va a dimitir y a brir una crisis de gobierno en Galicia para intentar cerrar la crisis del PP?”, le preguntó Ana Pontón, líder nacionalista, quien lo había instado en el pleno parlamentario de esta semana a decidir si “su ocupación es Galicia o tapar la corrupción del Partido Popular”. Se refería a los contratos de la Comunidad de Madrid que beneficiaron al hermano de la presidenta y aliada interna de Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, y que el presidente del Gobierno gallego no ha cuestionado. El PSdeG ha incidido en la misma idea. “Galicia necesita un presidente a tiempo completo y a Feijóo le toca elegir: o Galicia o el PP”. Por el momento, tras asumir la táctica de Ayuso y prestarse a encabezar la revuelta contra Casado, el aludido guarda silencio.

Hace menos de dos años que Feijóo obtuvo su cuarta, y amplia, mayoría absoluta. Su campaña minimizó las siglas del PP y su lema más usado fue “Galicia, Galicia, Galicia”.