La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La Xunta admite que la sequía en Galicia es “preocupante”, con el caudal en los ríos a la mitad de lo habitual

Salvo en el mes de marzo, apenas ha llovido en lo que va de año en Galicia, que se encuentra en una situación de sequía meteorológica y con las prealertas activadas tanto en la demarcación Galicia-Costa -dependiente de la Xunta- como en la de Miño-Sil -gestionada por el Gobierno central-. La directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, admite que “la situación es preocupante” y destaca que los ríos están ya en junio a niveles que normalmente no se ven hasta agosto.

Aunque hay agua embalsada y las presas están al 90% en Galicia-Costa, el caudal medio de los ríos está casi a la mitad de lo habitual por estas fechas: llevan un 46% menos de agua de lo esperable. La Oficina Técnica de la Sequía de la Xunta de Galicia confirmó en su última reunión, celebrada el 8 de junio, que mantiene la prealerta activada, después de un mes de mayo con precipitaciones por debajo de los promedios históricos.

Gutiérrez asegura que en Galicia-Costa no hay por el momento síntomas de escasez que amenacen el suministro de agua, informa Europa Press. La incertidumbre sobre si los caudales se van a recargar en las próximas semanas -las predicciones auguran un verano seco- hace que tanto la responsable de Augas de Galicia como los técnicos de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil pidan que desde ya se haga un uso moderado del agua, también en el ámbito doméstico. Para los municipios las recomendaciones son limitar el baldeo de calles, los riegos o el caudal de las fuentes.

En las cuencas del Miño y del Sil las zonas que más preocupan son las regadas por el río Cabe -que desemboca en el Sil- y sus afluentes. Las miradas se dirigen al sur de la provincia de Lugo y, en concreto, a los municipios de Monforte, O Incio, Pantón y Sober. El presidente de la Confederación Hidrográfica, José Antonio Quiroga, recalca que el año está siendo “anómalo” en cuanto a precipitaciones y cree que la situación recomienda “una preocupación responsable”. En cualquier caso a pedido huir de “dramatismos”. En esta demarcación las precipitaciones han sido la mitad que el año pasado y los embalses sí han notado el impacto: están caso 20 puntos por debajo de los niveles de 2021. Esto quiere decir que la ocupación media es del 54%, frente al 70% de hace 12 meses. La situación de la cuenca se define como de normalidad en Miño Alto, Miño Medio y Medio Bajo, de prealerta en el Sil y el Limia, y de alerta en la cuenca del Cabe“, según declaraciones de Quiroga del pasado 3 de junio.

El año pasado, en plena escalada de los precios de la electricidad, dos compañías eléctricas desembalsaron agua en esta demarcación para producir energía. La Xunta, con competencias para proteger a la fauna ictícola -los peces-, recibió correos de una de ellas, Iberdrola, avisando de sus intenciones, pero no reaccionó. Cuando se desató la polémica, el Gobierno gallego y la Confederación Hidrográfica intercambiaron acusaciones. La administración autonómica terminó abriendo expedientes tanto a las empresas como al organismo que gestiona las cuencas del Miño y del Sil.

Ante esta escasez de lluvias y a las puertas del verano, que trae consigo también un aumento de la población que veranea en la comunidad, los ayuntamientos también trasladan su preocupación. La Federación Galega de Municipios y Provincias (FEGAMP) asegura, a través de su presidente, Alberto Varela, que está pendiente de mantener una reunión con la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade para recibir información detallada de la situación de las demarcaciones hidrográficas. Algunos alcaldes, añade, han empezado a trasladar sus inquietudes y en municipios ourensanos como Sandiás o Parada de Sil han hecho públicos bandos para apelar a la responsabilidad de los vecinos. Entre las medidas que prevén están la prohibición de usar agua de la traída para el riego doméstico o el lavado de vehículos.

El el alcalde de Vilar de Barrio (Ourense), Manuel Conde, teme problemas en algunas aldeas y se muestra seguro de que se habrá restricciones. “El cambio climático es algo real, no sale solo en la tele”, señala.