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La Xunta ofrece a médicos con segunda residencia en la costa que trabajen de refuerzo en zonas de veraneo

Beatriz Muñoz

Santiago de Compostela —

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Un año más la Xunta da por hecho que el verano va a ser complicado en la sanidad gallega por la insuficiencia de médicos. Y está buscando “soluciones imaginativas y resolutivas”. La más reciente es ofrecer a los médicos que tienen segunda residencia en el área de O Barbanza (A Coruña), pero con plaza en otros lugares, que durante el verano trabajen “puntualmente” en esa zona costera, que es una de las que afronta problemas y ve multiplicarse su población con las vacaciones. El conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez, Caamaño, lo expuso en el Parlamento de Galicia, en respuesta a una pregunta del BNG. La diputada Rosana Pérez recordó que el crecimiento de habitantes es exponencial en los meses estivales y la situación ya es de saturación en el centro de salud de Ribeira.

La idea del Gobierno gallego es que, de forma temporal, estos facultativos dejen el centro que les corresponde y se trasladen a la costa para reforzar en centros desbordados. La Xunta indica que la propuesta está en evaluación. Gómez Caamaño dijo en el Parlamento que la falta de médicos se nota especialmente en medicina familiar y pediatría. En algunos puntos de la costa gallega, con muchos turistas, ha llegado a ocurrir que se cerrasen las agendas en pleno verano -pasó en Sanxenxo en 2022-. El conselleiro asegura en Ribeira la atención urgente va a estar “garantizada”.

Como su antecesor en el cargo, el responsable de la sanidad pública gallega ha cargado contra el Gobierno central por la falta de profesionales y le ha atribuido al Ministerio la responsabilidad de dar “soluciones urgentes” para paliar la insuficiencia de los recursos humanos. En concreto, este año centra las demandas en el problema en torno a los médicos que terminan la formación (el MIR) este año. Normalmente acaban en mayo y a muchos se les ofrecen ya contratos y están en sus puestos para el verano. Pero los que acaban este año son los que empezaron el MIR en 2020, en plena pandemia. Y arrancaron con retraso, de modo que van a finalizar también más tarde.

Sanidade quiere cubrir las vacaciones con estos médicos que no han terminado la formación. No es la primera vez que el Gobierno gallego ofrece a los MIR de cuarto año incorporarse al trabajo. Lo hizo en 2023 también justificándolo con la falta de profesionales y asegurando que siempre cuentan con la supervisión de un tutor o colaborador.

Gómez Caamaño incluye entre sus reclamaciones al Ministerio de Sanidad también la de ampliar la edad máxima de jubilación de los médicos a los 72 años.