El Paseo de las Estrellas rotas de Madrid toca fondo antes de su reforma

“Vinieron a hacerse la foto y se olvidaron”, asegura una trabajadora de un cine cercano. La historia del autodenominado Paseo de la Fama de Madrid, situado en la calle Martín de los Heros (a escasos metros de Plaza de España), es la de tantos lugares de la ciudad heridos por el abandono. Solo sucesos como la reciente vandalización de una de sus estrellas, la de Penélope Cruz, contribuyen a poner sobre la palestra el descuido que sufre.

La baldosa fue destruida con nocturnidad y alevosía en la noche del sábado 11 al domingo 12 de junio. Llama la atención que el altercado se produzca escasos días después de que a la actriz, nacida en Alcobendas y ganadora de un Oscar, se le concediese el Premio Nacional de Cinematografía 2022.

Según comentan trabajadoras de los cines Golem, cuando acabaron su turno la noche del sábado la placa todavía se encontraba en perfecto estado. Al día siguiente, se habían llevado el nombre y solo quedaba un cúmulo de escombros. Piedras que el Ayuntamiento todavía no ha retirado. “He llegado a poner cubos encima para evitar que tropiece alguna persona invidente”, dice una de las empleadas.

Un firmamento cinematográfico sin brillo

El Paseo de la Fama de Madrid surgió con la idea de reivindicar las grandes figuras de la cinematografía española y atraer visitas a un zona dedicada al séptimo arte. En Martín de los Heros se concentran la librería/cafetería Ocho y medio, el cine Renoir Plaza de España o el cine Golem. Todos estos negocios podrían beneficiarse de un mejor cuidado o un espacio más amplio. Sin embargo, once años después de su inauguración en junio de 2011, el panorama del Paseo no podría ser más desolador.

El caso más paradigmático es la estrella de la actriz Carmen Maura. Porque la de Penélope Cruz acaba de ser destruida, pero la protagonista de Mujeres al borde de un ataque de nervios se quedó sin ella hace más de un lustro. Según cuenta en esta pieza el periodista Francisco Pastor, ya pasó años deteriorada antes de desaparecer definitivamente de este deslucido firmamento.

Así, de las 25 estrellas con las que comenzó este proyecto impulsado por la Academia de Cine y personalidades como Jesús Robles (copropietario de Ocho y Medio fallecido en 2013), una se ha convertido ya en un agujero negro. En puro vacío. Pero no es el único daño que lleva a preguntarse por qué el consistorio no ha dedicado ningún esfuerzo a arreglar una situación de tan sencilla solución.

Hay otras dos estrellas en evidente estado de deterioro: la de Javier Bardem y, especialmente, la de Luis García Berlanga (parece que a ciertas personas no les gusta reírse de sí mismas y de su país). Ambas tienen grandes grietas, les faltan trozos y se acumula la suciedad. Desde Ocho y Medio creen que la carga y descarga de camiones explica casos menos salvajes como estos dos, aunque llama la atención el daño ideológicamente selectivo en las baldosas. Las de Sara Montiel, José Luis Garci o Tony Leblanc se mantienen prácticamente intactas.

Como ya apuntábamos, el personal de la zona palpa este abandono. “Se las trata como cualquier otro baldosín, además de las que tienen grietas hay algunas hundidas en el suelo” (es el caso de la de Pedro Almodóvar), explica otra trabajadora de Golem. “A Carmen Maura la querían porque se la llevaron entera, a Penélope Cruz se ve que no tanto porque menudo estropicio y menuda saña”, bromea, poniéndole un poquito de guasa al asunto.

Tanto el personal de Golem como el de Renoir coincide en que el Paseo es un reclamo para los visitantes, que se detienen a curiosear y hacer fotos. Comparten también que podría serlo todavía más si se aprovecharse su potencial. “Está descuidado”, lamentan dos compañeros de los Renoir. “No se reponen las chapas y las estrellas reciben en definitiva el mismo tratamiento que el resto de la calle: los camiones de la limpieza echan agua y poco más”, añaden.

En Ocho y Medio, una de las cunas de la iniciativa, son más cautos. Afirman que el consistorio “se ha comprometido a reparar la estrella vandalizada”. Desde la Junta de distrito de Moncloa-Aravaca se limitan a informar de que “el Ayuntamiento está trabajando en un proyecto para la recuperación de este espacio”. Habrá que ver si estas palabras se transforman en hechos. De momento, ver una pequeña estrella vacía durante más de cinco años mientras a tres pasos se llevaba a cabo una mastodóntica obra como la de Plaza de España no es el mejor presagio.

El misterio de las estrellas espontáneas

Aunque en estos once años el firmamento no ha hecho más que menguar, lo cierto es que el hoy Paseo de la “Infamia” nació con la idea de expandirse. En 2015 se llegaron a publicar vídeos y fotos sobre la colocación de una 26ª estrella dedicada al actor Luis Escobar, aprobada un año antes. No obstante, como relata este artículo publicado en Mirador Madrid, pronto dejó de haber rastro de la placa.

Pero sí ha habido incorporaciones que permanecen: Tami G. Cantamañanas, Esterilla Hoster y Raulete Showman. No, no te faltara cultura cinéfila nacional. Son personalidades inventadas cuyos (geniales) nombres aparecen dentro de estrellas pintadas en las baldosas anexas a las de Carmen Sevilla, Fernando Trueba y Concha Velasco. Se trata de un troleo, es cierto, pero llama la atención que los autores de una chiquillada así hayan dedicado más atención a este lugar ilustre que tantos dirigentes madrileños.

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