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De la Antigua Roma al ‘hashtag’: breve historia de la almohadilla

Desde la antigua Roma, la almohadilla ha tenido distintos usos

José Manuel Blanco

Cuando los teléfonos fijos comenzaban a languidecer y los móviles con pantallas táctiles despertaban a la vida, un símbolo desaparecía con ellos: la vieja y querida almohadilla. Esas cuatro barras cruzadas en forma de rejilla nos servían (bueno, aún nos sirven) para pedir servicios especiales o ejecutar órdenes. Justo cuando parecía que nos íbamos a olvidar de ella, llegó Twitter y le dio un nuevo uso: las etiquetas ('hashtags' en inglés).

La almohadilla tiene una historia larga, que va más allá de teléfonos y redes sociales. Nace en la Antigua Roma, donde los latinos la llamaron ‘Libra pondo’ (peso en libras), abreviada como ‘lb’ y utilizada para esta antigua medida. Al acortarla, se solía poner una raya horizontal superior que cruzaba ambas letras. Con el tiempo, y al escribirla cada vez más rápido, el ‘lb’ se fue transformando.

En el siglo XX, la almohadilla conoció un nuevo uso: formar parte de los teclados telefónicos. En 1968, los míticos laboratorios Bell decidieron añadir dos teclas a los lados del solitario cero; con ellas se podrían realizar más funciones. Eligieron el asterisco y la almohadilla porque eran símbolos fáciles de reconocer por los ordenadores de la época y porque ya estaban en el teclado estándar QWERTY.

Antes de aterrizar en el siglo XXI y del 'boom' de las redes sociales, la almohadilla había conocido otros usos. Es una de las herramientas de trabajo en lenguajes de marcado y programación como CSS y PHP, mientras que en las transcripciones de las partidas de ajedrez representa el mate. Los estadounidenses la utilizan para sustituir en ciertos contextos a los números ordinales (por ejemplo, el #1 de una clasificación) y también encabeza la combinación de cifras que designa a cada color en hexadecimal. ¡Ojo! Aunque pueda parecerlo, no es exactamente igual que el símbolo del sostenido musical.

En esta breve historia no se puede obviar su uso en los chats IRC (nuestra amiga encabeza los diferentes canales temáticos para conversar) ni tampoco uno que conocerán los jugadores expertos de Scrabble: la # ante una palabra en inglés significa que no está en el glosario de términos permitidos en los torneos norteamericanos.

Llegamos así a 2007. En aquel año, cuando apenas unos cuantos utilizaban Twitter, el estadounidense Chris Messina sugirió utilizar a nuestro viejo amigo junto a una palabra para reunir las conversaciones grupales.Chris Messina Casi ocho años después, el ‘hashtag’, con su sempiterna almohadilla, ha estructurado miles de debates (un verdadero filón para la pequeña pantalla) y ha demostrado el talento de muchos internautas: que se lo digan al #turismoBisbal o a las etiquetas de Instagram. Todo a pesar de que, según contó el propio Messina, Twitter rechazó su uso en un principio porque consideraron que era algo para ‘nerds’.

Sin embargo, la idea prosperó, y no solo en Twitter: tras los 140 caracteres y las etiquetas de Instagram vinieron las breves publicaciones de Tumblr y hasta Facebook, el último en subirse al carro. Todos con la misma intención: que ese símbolo agrupe las conversaciones sobre un mismo tema. Un signo, la almohadilla, que también se conoce en español como numeral y que en inglés recibe numerosas denominaciones: ‘number sign’, ‘sharp’, ‘octothorpe’...

Para terminar, un poco de marcha. La influencia de las barras cruzadas ha llegado hasta genios de la música como Bob Dylan, que lo usó en su canción ‘Rainy Day Women #12 & 35’. ¡Bailemos en su honor!

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Las imágenes son propiedad de Lenore Edman y Bill Bradford

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