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De impresor de edificios a cirujano virtual: así serán los trabajos del futuro

El foro de Davos se celebró entre el 23 y 26 de enero en la localidad suiza

Lucía Caballero

Además de hordas de esquiadores sedientos de nieve, a la ciudad suiza de Davos han acudido este mes líderes de países, organizaciones internacionales y grandes empresas de todo el mundo. Hace casi medio siglo que el Foro Económico Mundial, conocido con el sobrenombre de esta localidad, celebra una reunión anual en este paraje alpino para discutir sobre los retos presentes y futuros de la humanidad.

Como en años anteriores, uno de los temas recurrentes de esta cuadragésima octava edición, titulada Creando un futuro común en un mundo fragmentado, ha sido el que atañe a los cambios que el mercado laboral va a vivir en las próximas décadas debido a los avances tecnológicos y la automatización de tareas. La diferencia es que, si bien en otras ocasiones hemos tenido que imaginar cómo serán las profesiones del futuro, este año lo han hecho por nosotros.

Bajo la batuta de la Fundación MiSK y el estudio londinense AKQA, un equipo de creativos y artistas británicos y franceses han plasmado su visión de algunos empleos aún inexistentes en una serie de evocadoras y coloridas ilustraciones. “Todos los días durante el Foro Económico Mundial escuchaba los paneles de discusión por las mañanas, tomaba notas y seguía la narrativa del debate”, explica Senan Lee, miembro del grupo. Lee acudió a conferencias pronunciadas por nombres como Christina Lagarde (directora de Fondo Monetario Internacional) y Ruth Porat (de Google).

Una vez asimilada la información vertida en charlas y discusiones, la labor de este creativo publicitario consistía en basarse en las palabras de magnates y dirigentes para concebir una nueva profesión de cara al año 2030. “Algunas veces era fácil porque el panel lo predecía claramente; otras, tenía que inventar un trabajo a partir de la narrativa de la conversación o resolviendo un problema que hubieran apuntado”, indica Lee. Después, trasladaba el concepto al ilustrador francés Florian des Gainscourt para que obrara su arte. A la mañana siguiente, tras pasar todo el día y parte de la noche intercambiando ideas, una nueva imagen veía la luz para conformar un álbum de fotos del futuro que habla también de la tecnología y los problemas del presente.

Impresoras 3D para construir edificios

En una imagen que parece sacada de una película de ciencia ficción, una trabajadora toca una pantalla táctil en una cabina situada a gran altura. Al fondo, se ve una ciudad sembrada de luces y rascacielos. Así es como Lee y el resto del equipo han concebido el funcionamiento de una impresora 3D de superestructuras, capaz de fabricar materiales de construcción in situ a gran escala. La operadora controla la máquina desde un habitáculo colocado en una especie de grúa y cubierto de cristales que hacen las veces de interfaz.

No es la primera vez que en Davos se habla del futuro de la edificación ni de cómo la tecnología va a revolucionar el sector, de casas impresas en 3D y de rascacielos prefabricados para construir las megalópolis del futuro. Ni tampoco sus asistentes son los únicos en pensar en este tipo de soluciones que comienzan a gestarse en el presente. El MIT ya ha desarrollado una plataforma de impresión capaz de fabricar una vivienda —aunque marciana— y el sistema de la startup estadounidense Apis Cor, por nombrar una de las que trabaja ya en este área, permite crear las paredes de hormigón de una casa en menos de un día. 

Reciclaje mejorado

Durante más de un siglo, la humanidad ha vomitado sus residuos en vertederos distribuidos por todo el mundo. En Europa hay al menos 500.000, según el consorcio europeo EURELCO, por no hablar de los que envenenan sin control países en vías de desarrollo de África y Asia.

Aunque cruzarse de brazos no es una opción sostenible, los costes de aplicar medidas de descontaminación son muy altos. Pero hay una manera de reducirlos: recuperar y reciclar materiales aprovechables, una actividad bautizada como “minería de vertedero”. Desde el Foro Económico Mundial la ven, además de como un remedio a un problema de salud y ambiental, como una oportunidad para crear empleo.

Esta situación es la que han plasmado los creativos londinenses y el artista galo en una ilustración que muestra una enorme máquina extendida como un gusano sobre un basurero y gobernada por un operario o “reciclador de vertederos”. Delante del hombre se abren unas poderosas fauces que absorben la chatarra para separar las partes aprovechables.

Bancos para todos gracias al blockchainblockchain

Des Gainscourt también ha usado su imaginación y habilidades artísticas para reflejar una posible solución a otro reto global: más de 2.000 millones de personas en todo el mundo no tienen una cuenta en el banco. Esta era la situación que planteaba Lagarde en uno de los paneles del foro, donde también explicaba cómo afrontarla gracias a la tecnología blockchainblockchain, la base de Bitcoin y otras criptomonedas.

Traducido a un idioma laboral e icónico, el discurso de la directora del Fondo Monetario Internacional ha tomado la forma de un “ingeniero bancario de blockchain”blockchain subido sobre una estructura flotante. Este experto ficticio se encarga de “expandir la infraestructura de blockchain, dando acceso a personas a un modelo de banca segura por primera vez”. Esta plataforma descentralizada puede emplearse para facilitar pagos y firmar contratos inteligentes dinámicos que se aplican automáticamente, un terreno en el que ya se mueven startups como Monetha (especialista en acuerdos digitales) y Bankera y BABB, dos bancos incipientes basados en la cadena de bloques.

Guardianes del patrimonio

Pero la última tecnología no solo tiene potencial en sectores como el inmobiliario o el financiero, sino también en áreas menos enfocadas a los negocios, como la conservación y preservación de edificios históricos. Una de las principales labores de quienes se dedican a ello consiste en crear planos de monumentos u otros vestigios de la antigüedad y elaborar bases de datos con sus detalles.

Más allá de los métodos de medida y fotografía tradicionales, las innovaciones como los escáneres láser o las técnicas de imagen tridimensional permiten obtener esta información en formato digital. Investigadores y museos ya utilizan estos sistemas, pero ¿por qué no crear un empleo dedicado en exclusiva a preservar nuestro legado virtualmente?  Así lo han imaginado Lee y sus colegas: como un “conservador de identidad nacional” que escanea lugares de interés con el objetivo de hacer una copia que podamos admirar siempre.

Operaciones médicas en remoto

Otro de los paneles de la pasada edición del Foro de Davos reunía a personalidades como Satya Nadella (Microsoft) y Rajeev Suri (Nokia) para discutir sobre el futuro de la medicina. En unas pocas décadas, vaticinaron, los humanos vivirán hasta los 140 años, los hospitales se transformarán en meras salas de urgencias porque los pacientes se tratarán en casa y ambulancias conectadas salvarán millones de vidas gracias a la tecnología.

Durante la conversación trataron la importancia de eliminar las diferencias en la atención sanitaria. Michael Neidorff, de la Fundación Centene, advertía de la necesidad de “reconocer la sanidad como un derecho fundamental”. No obstante, en ocasiones, puede resultar tan difícil como costoso trasladar personal médico a zonas rurales, remotas o en conflicto. La ilustración inspirada en esta jornada ponía sobre la mesa una posible alternativa: emplear a “cirujanos robóticos remotos” conectados que permitan a los doctores ejercer su profesión a distancia. Como una versión avanzada de los actuales asistentes robóticos que ya se usan en los quirófanos. 

¿Tecnología ética?

A pesar de su enorme potencial para unir algunas piezas de este “mundo fragmentado”, ciertas tecnologías pueden llevar consigo importantes riesgos y dilemas morales. En el caso de los coches autónomos, por ejemplo, ¿cómo podrán los gobiernos evaluar si los son lo suficientemente seguros y regularlos?

Algunos consideran que uno de los principales problemas radica en cómo estos vehículos toman decisiones que tienen que ver con la seguridad de pasajeros y peatones. Sin embargo, Karl Iagnemma, presidente de la empresa nuTonomy, cree que no es en esta cuestión en la que deben centrarse los políticos. “Podría distraerles de la importante labor de asegurar una transición segura al despliegue de los vehículos autónomos o llevar al público a pensar erróneamente que los coches inteligentes son peligrosos”, advierte Iagnemma.

Lee se inspiró en una de las discusiones celebradas en Davos sobre este asunto para inventar la figura de “experto en ética de las tecnologías públicas”, un investigador empleado por los gobiernos para “evaluar las nuevas tecnologías y decidir si son adecuadas para su uso público”.

El creativo londinense y sus colegas tardaron 120 horas en total en crear este álbum de fotos del futuro que, como una bola de cristal, nos muestra cómo será el mundo laboral en el 2030. Dentro de algo más de una década, podremos comprobar si sus imaginativos vaticinios se cumplen.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, del Foro Económico Mundial y Florian de Fesincourt/AKQA.

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