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La población balear ha crecido un 46,3% en las últimas dos décadas (entre 2001 y 2023) mientras que el número de viviendas disponibles lo ha hecho entre 2002 y 2023 un 31,2%, lo que supone una diferencia de 15 puntos y tendencia que el Govern espera revertir a medio y largo plazo con sus políticas en la materia.
Igualmente dispar es el ritmo al que en los últimos años han crecido el valor de las transacciones de viviendas (+59,5% entre 2008 y 2023) y los salarios (+26,8% en el mismo periodo), lo que evidencia que el ciudadano medio, dedicando un 30% de su salario a la vivienda, necesite casi 50 años de media para pagar una vivienda en el mercado libre.
Lo ha explicado este miércoles el vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, que ha expresado su confianza en poder revertir estas tendencias al menos en el medio y largo plazo reduciendo, por un lado, las tasas de crecimiento poblacional y, por otro lado, incrementando la oferta de vivienda disponible para venta y alquiler.
En materia de crecimiento poblacional, la receta del Govern pasa por lograr la transformación del modelo económico en un modelo basado en valor, con mejores salarios que ha vinculado a un aumento de la productividad. En cuestiones de vivienda, ha insistido en las políticas impulsadas por el Ejecutivo para sacar vivienda al mercado. “Ojalá en los últimos años se hubiera pensado en la oferta”, ha señalado.
El Govern ha presentado este miércoles el análisis de la coyuntura económica que evidencian, con datos del tercer trimestre, un incremento del ritmo de la actividad económica con un crecimiento del 3,2% impulsado, principalmente, por los servicios (3,7%.
El resto de sectores también contribuyen al crecimiento global: el sector primario (1,8%), sector industrial (1,2%) y la construcción (0,7%). El dinamismo de la economía se refleja en el aumento del empleo en todos los sectores, con cifras sin precedentes.
En materia de vivienda, el Ejecutivo se fija como política prioritaria, la directora general de Economía, Catalina Barceló, ha presentado algunas cifras que justifican que se trate de una política prioritaria del Ejecutivo.
Así, además del diferente ritmo de crecimiento de la población respecto a la vivienda disponible y las diferencias de precios y salarios, Barceló ha resaltado la disminución progresiva de viviendas públicas disponibles.
En concreto, se ha pasado de 2,19 viviendas de protección pública en la década de los 90 por cada 1.000 habitantes a 1,15 en la década de los 2000 hasta que a partir del 2015 no se ha certificado ninguna VPO.
Costa ha destacado, en todo caso, el incremento de viviendas libres iniciadas en el primer semestre de 2024, con un aumento del 35%, frente a una disminución del 14% de los inmuebles acabados. Según ha explicado, el hecho de que el porcentaje de iniciados sea superior al de realizados significa que el sector de la construcción permanecerá activo en los próximos meses.
Suben también las viviendas visadas, un 9,6% hasta agosto. Respecto al hecho de que las viviendas visadas correspondan en gran medida a viviendas de lujo, Antoni Costa ha admitido que el reto del Ejecutivo es lograr que haya más pisos para los residentes en las ciudades, especialmente en Palma.