Erigido en uno de los hombres fuertes del PP balear durante los últimos años y pieza esencial en las negociaciones llevadas a cabo a lo largo de estas semanas con Vox, Antoni Costa (Eivissa, 1976) ostentará en el próximo Govern un cargo clave: la Vicepresidencia económica del Ejecutivo en solitario que presidirá Marga Prohens. Mientras continúa trabajando en el organigrama de su futuro equipo, la líder popular en las islas no ha dudado a la hora de elegir determinados perfiles -en el caso de Costa, eminentemente técnico- para algunas de las Consellerias que conformarán su gabinete.
Doctor en Economía y diplomado en Ciencias Empresariales por la Universitat de les Illes Balears (UIB), Antoni Costa fue, entre 2011 y 2015 (última legislatura en la que Balears acogió la última mayoría absoluta), director general de Presupuestos y Financiación del Govern bajo la presidencia de José Ramón Bauzá. Un mandato que, entre otros aspectos, se recuerda por los importantes recortes aplicados en áreas como educación y sanidad, haciendo valer Bauzá que había suprimido “todo lo prescindible” a la vez que proclamaba que el PP es “la única fuerza que puede garantizar una estabilidad política para volver a crear empleo y crecimiento económico”.
“La sanidad balear ya no es universal, los centros de salud cierran a las cinco y media, han despedido a 1.200 profesionales sanitarios, pagamos diez euros por la tarjeta sanitaria y uno de cada cinco pensionistas no puede pagar sus medicamentos y no los toma, pero tenemos un 1,3 % de déficit”, manifestó en su día la expresidenta del Govern y líder socialista en Balears, Francina Armengol, quien llegó a calificar a Bauzá como el “campeón de los recortes de los derechos de los ciudadanos y de los servicios públicos”.
Azote en materia impositiva y sanitaria
Tras su paso por el Govern, Costa, a quien sus compañeros califican de “discreto” y “muy trabajador” y fuera del partido consideran “muy preparado y dialogante”, continuó siendo una figura clave en materia económica dentro del PP. Durante la pasada legislatura, tras la retirada de la política por parte del expresidente del PP balear Biel Company, pasó a ejercer como portavoz parlamentario del partido, convirtiéndose, desde la oposición, en uno de los principales azotes de Armengol y de la gestión del pacto de izquierdas. Desde su escaño se ha mostrado especialmente crítico con la gestión del Ejecutivo en materia impositiva y sanitaria.
En el afán de los conservadores por rebajar los impuestos, Costa fue, el pasado mes de septiembre, el encargado de defender en la Cámara autonómica lo que denominaron “plan Feijóo para la defensa de las familias y la economía de España”, con el objetivo de implementar en las islas el Plan de medidas urgentes y extraordinarias que la formación a nivel nacional envió en abril de 2022 al Gobierno de Pedro Sánchez y que se enfoca en una bajada de los impuestos fundamentales (IRPF, IVA, Sociedades...). Los expertos manifestaron en su día, sin embargo, que esta iniciativa sería gasolina para la inflación, la principal y más preocupante consecuencia de la invasión de Ucrania, y alejaría a España del modelo fiscal de la eurozona, acercándola al de los países del Este, los únicos que actualmente tienen tipos medios más bajos que España.
Durante el debate de la Proposición No de Ley del PP, Costa alegó que el Plan beneficiaría “a los ciudadanos de Balears, porque Balears es España”. Finalmente, la iniciativa fue rechazada con los votos en contra de PSOE, Més, Podemos y Vox.
Las críticas a la gestión de la sanidad pública
En otra ocasión, Costa acusó al Govern de poner la sanidad pública balear “contra las cuerdas” y de dejarla próxima a una “situación dramática”. “No se puede hablar de humanización en la sanidad mientras hay pacientes que acuden a sus centros de salud y se encuentran directamente”, recriminó Costa después de que la Conselleria de Salud presentara su Plan de Humanización en el Ámbito de la Salud 2022-2027 con el objetivo de mejorar la experiencia de los usuarios con una asistencia “humanizada”.
Ante tales críticas, Armengol siempre ha defendido la “paz social” en el sistema sanitario balear bajo su mandato gracias a la “capacidad de consenso” de la Conselleria de Salud y Consumo, “no como pasa cuando gobierna la derecha”. Es más, la expresidenta socialista ha puesto en valor la gestión llevada a cabo durante la pandemia de la COVID, la contratación de más de 5.000 sanitarios desde 2015 y el hecho de que, desde que cogió la vara de mando de la Comunidad, la sanidad pública “ha cambiado radicalmente” en las islas. La también secretaria general del PSIB ha destacado que este año Atención Primaria cuenta con el presupuesto más alto de su historia, con un incremento del 75% en siete años.
Costa también se ha expresado duramente crítico en materia impositiva, al acusar a Armengol de apostar “por una sociedad subsidiada”, y en varias ocasiones ha hecho suyas una de las principales proclamas de la derecha: “Donde mejor están los recursos es en los bolsillos de los ciudadanos”. Unas críticas que deslizó después de que el Govern anunciase el incremento del techo de gasto de 2023 en 770,9 millones de euros, un 15% más que el de 2022, hasta los 5.947,5 millones de euros.
El papel de Costa, clave en las negociaciones con Vox
“El presupuesto crece para hacer posible la financiación de las necesidades de las personas gracias al trabajo hecho durante el verano. No pensamos en las elecciones, pensamos en la gente”, puso de manifiesto Armengol para acallar los reproches vertidos sobre su gestión presupuestaria.
Estas semanas, el papel de Costa durante las negociaciones con Vox, que hasta el último momento insistió en entrar en el Govern siguiendo el modelo de Castilla y León, ha sido fundamental para lograr la abstención de los ocho diputados de la ultraderecha durante la sesión de investidura de Prohens, que arrancará el próximo lunes.
PP y Vox llegaron el pasado miércoles a un acuerdo para investir a Prohens como presidenta del Govern a cambio de la participación de Vox en los consells insulars de Mallorca y Menorca -con carteras aún por definir- y del cumplimento de 110 medidas programáticas. En el documento, al que tuvo acceso elDiario.es, el PP asume gran parte del ideario político de la extrema derecha como peaje para gobernar en solitario las Islas y, entre otros aspectos, pone el foco en “la protección de la mujer” -en ningún momento hablan de la violencia machista- y “la seguridad de los ciudadanos de Baleares, con especial atención al problema de la inmigración ilegal y la persecución de las mafias”, además de la derogación de la Ley de memoria democrática de Balears o la defensa de la “cultura de la vida frente a la eutanasia”.