A la deriva y sin combustible: investigan la muerte de cinco migrantes durante su travesía entre Argelia e Ibiza

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Las esperanzas de cinco migrantes de origen somalí se vieron truncadas el pasado sábado cuando, en su viaje para llegar a las costas de Eivissa y con ellas, también a territorio europeo, la travesía se torció. Se complicó tanto que la Policía Nacional investiga la muerte de estas cinco personas. La caída de una mujer durante la travesía fue el detonante de los fatídicos hechos, como relatarían a los agentes del cuerpo policial el resto de tripulantes una vez pisaron tierra pitiusa.
En la embarcación viajaban 24 personas, todas ellas de Somalia. Antes de poner rumbo a Eivissa, realizaron toda la travesía terrestre que supone cruzar parte del desierto desde su país, en el cuerno de África, una de las regiones más pobres del continente. Cada uno a su manera, cada uno con su historia. El objetivo: alcanzar Europa. Con más suerte y si todo sale según lo previsto, llegarían a un país donde hablen el mismo idioma que hablan ellos para reducir al máximo las dificultades que involucra per se emigrar. Sin embargo, nada saldría según lo previsto.
En la víspera del viaje, en una casa de la población argelina de Ain Taya, los jóvenes duermen juntos, apretujados, en una habitación, con ganas por lo que vendrá en los días siguientes, como se puede apreciar en un vídeo publicado por Diario de Ibiza. Chocan los puños en señal de apoyo y emoción. Hay entre ellos, por lo menos, un menor de 14 años. La localidad desde la que parten se encuentra en una zona costera y al día siguiente todos ellos se lanzan a buscar esa nueva vida de la que otros compatriotas probablemente les hablaron maravillas. El viaje, que al principio se presenta sin dificultades, no tarda en estropearse.
En los días claros, el trayecto entre la costa argelina y la pitiusa se realiza en alrededor de un día y medio, pero con imprevistos o condiciones meteorológicas desfavorables, la travesía puede prolongarse con facilidad. Primero se les dañó el motor, como sucede en muchos de los casos. Las embarcaciones, patroneadas en ocasiones por mafias, carecen de medida de seguridad alguna. De hecho, algunas ni siquiera cuentan con chalecos salvavidas.
Ya habían perdido el rumbo y navegaban con muy poco combustible cuando algunos de los migrantes, presas de la sed y deshidratados después de varios días a la deriva, comenzaron a incliniarse sobre la embarcación para beber agua del mar. Una ingesta que a veces puede provocar alucinaciones, aunque se desconoce si alguno de los ocupantes de la barca pudo sufrirlas.
En un momento dado, tal como relatan los supervivientes, una de las ocupantes se arrojó al agua debido a la desesperación y, de inmediato, cuatro hombres se lanzaron tras ella para intentar salvarla. Ninguno de ellos, como informa la Policía Nacional en Eivissa a elDiario.es, pudo regresar a la embarcación.
El rescate y el relato desgarrador
La barca fue avistada el sábado a mediodía, a las 15.30 horas, a unas 23 millas al oeste de Eivissa por un ferry de Baleària, ya sin apenas gasolina en el depósito. La naviera dio aviso a Salvamento Marítimo, que junto con la Guardia Civil de la demarcación de Sant Josep, rescató a 19 tripulantes, como informa por su parte la Delegación del Gobierno en Balears. Entonces los migrantes les contaron a los agentes, en un desgarrador relato, que cuando partieron de Argelia eran 24.
A su llegada, seis de ellos fueron atendidos con un cuadro de hipotermia y deshidratación, mientras que el resto se encontraban en aparente buen estado de salud. Delegación del Gobierno asegura que todo lo que se conoce de las muertes es el testimonio que los ocupantes relataron a los servicios de emergencia que los rescataron. “Por lo visto llevaban varios días a la deriva”, añaden.
El Grupo Operativo de Extranjeros de la Policía Nacional en Eivissa se hizo cargo de la recepción de los migrantes y, entre otros detalles, los supervivientes de la travesía marítima irregular les aseguraron que entre los desaparecidos se encontraba el patrón de la patera.
Fue una vez en tierra y fuera de peligro cuando los migrantes relataron que cinco de sus compañeros habían perdido la vida durante el trayecto, atrapados por el mar después de que la embarcación se desorientara e intentaran salvar a su compañera de travesía.
La Policía Nacional ya ha tramitado los expedientes de los migrantes y remitido un informe a la autoridad judicial mientras continúa con la investigación para esclarecer las circunstancias que causaron posiblemente el fallecimiento de las cinco personas de origen somalí.
Según apuntan fuentes policiales a elDiario.es, toda la información se trasladará luego a un Juzgado de Eivissa para que continúe con las averiguaciones y también a la Guardia Civil, quien tiene realmente la competencia del caso, al haberse producido los hechos en alta mar.
Una ruta peligrosa y mortal
Desde la costa argelina parten un total de quince rutas migratorias a través del Mediterráneo. Cinco de ellas conectan el norte de África con Mallorca, dos con Eivissa y Formentera con embarcaciones que suelen salir desde Tipaza, y otra con Menorca. El resto, parten desde Orán y llegan a distintos puntos del sur de la Península.
Los activistas por los Derechos Humanos (DDHH) han considerado más de una vez que los trayectos entre Argelia y las Pitiüses son los más peligrosos del Mediterráneo, por hacerse en embarcaciones muy precarias en las que cada vez arriesgan la vida personas de perfiles más vulnerables.
Las embarcaciones que trazan esta región del Mediterráneo son frágiles, vienen sobrecargadas de pasajeros y cuentan con escasos recursos para afrontar el trayecto. Unos factores que no impiden, sin embargo, que migrantes de distintas regiones del Sahel, Palestina -como una familia que llegó en julio de 2024 a Eivissa buscando asilo y huyendo de la guerra de Gaza- o de la misma Argelia se arriesguen a cruzar al otro lado.
Una vez embarcados en el viaje hacia una realidad mejor, las familias de los migrantes, los que desaparecen, no solo enfrentan la angustia de no saber qué ha ocurrido con sus seres queridos. También se convierten en objetivo de redes de extorsión cuando intentan obtener información, a toda costa, sobre su paradero.
Las organizaciones que han conformado toda una red alrededor de esta necesidad se aprovechan de la desesperación y ofrecen a la familia investigar sobre lo sucedido a cambio de una suma determinada de dinero. A veces les aseguran falsamente, incluso, que pueden localizarlos en el país de destino.
Datos falsos y autopsias manipuladas
En la mayoría de los casos, lo que reciben los familiares son datos falsos o directamente inexistentes. De hecho, algunas de estas redes llegan a enviar imágenes de autopsias manipuladas, presentándolas como pruebas de la muerte del desaparecido. En países como Argelia, donde la corrupción está extendida y es común pagar por cualquier trámite, este tipo de estafas se han convertido en una práctica recurrente que agrava aún más la situación de los afectados.
En el caso de los cinco migrantes desaparecidos de la patera que llegó el sábado mediodía a Eivissa, se desconoce si los familiares de alguno de ellos ha intentado conocer su paradero. Pero la hermana de uno de ellos, el adolescente de 14 años que fue uno de los que se tiró al mar para rescatar a la mujer y por lo tanto, se encuentra desaparecido, ya conoce los últimos acontecimientos. Diario de Ibiza recoge su testimonio, donde explica que su padre les abandonó y que su hermano, consciente de sus pocas oportunidades en Somalia, se pasó meses a pie cruzando el desierto. La noche antes de embarcar, les escribió avisándoles de que al día siguiente intentaría llegar a España.
A lo largo de este año 2025, han llegado a Balears un total de 37 pateras con 769 ocupantes a bordo, según un recuento realizado por la agencia Efe. En cuanto al año pasado, arribaron al archipiélago por vía marítima irregular casi 6.000 migrantes, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
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