La camperización y el disfrute de vacaciones en caravana es uno de los placeres que muchos europeos eligen para pasar su tiempo libre. Una opción que con la pandemia de la COVID muchos turistas españoles decidieron probar, ya que les permitía viajar sin tener que compartir servicios ni lugares con otras personas. Sin embargo, en Balears esta modalidad de turismo no es vista con buenos ojos y los ayuntamientos de Eivissa persiguen la estancia de este tipo de vehículos en su territorio a través de reglamentos municipales, ejerciendo sobre ellos una presión que se materializa en las multas que se imponen con una cuantía que puede superar los 700 euros.
El problema se ha visto agravado por la falta de vivienda, lo que ha abocado a familias residentes y a gran cantidad de trabajadores de temporada a buscar otras alternativas habitacionales como las autocaravanas, caravanas y furgonetas camperizadas. El resultado: trabajadores y familias expulsadas del mercado de vivienda que se ven obligados a cambiar de lugar constantemente para evitar las sanciones y que se sienten perseguidos por la autoridad competente y turistas que no son bienvenidos.
Así lo pone de manifiesto Montse Martí, miembro de la junta directiva de AMMICCA (Amigos de Mallorca, Menorca e Ibiza en Caravana, Camper y Autocaravana), entidad creada hace 3 años para defender los derechos de los residentes en Balears, amantes de los viajes en caravana y que, en estos momentos, también está defendiendo los derechos de las personas que, por circunstancias, han tenido que optar por este tipo de vida.
Martí asegura que la situación es muy grave en Eivissa “porque en Formentera al ser una isla tan pequeña las restricciones para salvaguardar el territorio son lógicas”. En el resto de las islas la situación es diferente. “En Mallorca poco a poco se les está dando servicio”, comenta. En Menorca, concretan desde la asociación, presumen de un turismo de caravana con un alto poder adquisitivo para el que se dispone de una red de áreas de servicio específicas para este tipo de vehículos, evitando las afecciones medioambientales que sin estas instalaciones son casi inevitables.
“Queremos soluciones”
De todos es conocido el problema de la vivienda en Eivissa, que amenaza muy seriamente con colapsar los servicios públicos y turísticos, que está expulsando a residentes y que está bloqueando la llegada de personal imprescindible para el desarrollo de la temporada turística.
Sin embargo, ninguna institución hasta el momento ha sabido dar una solución a este problema y muchas personas y familias, que pueden permitirse la adquisición de este tipo de vehículos, han optado por vivir en sus caravanas o sus vehículos camperizados. Otras no tienen tanta suerte y tienen que dormir en sus vehículos como pueden, incluidos funcionarios de las fuerzas de seguridad, tal y como relataban los medios de comunicación locales y nacionales esta misma temporada. Los más desfavorecidos están abandonando la isla.
Esta realidad convive en Eivissa con aquellas personas que eligen este tipo de turismo y que poseen caravanas para ir de vacaciones a la península o el resto de Europa y con los “campistas motorizados” que acuden desde el continente a la isla para disfrutar de su tiempo libre. Así lo explican desde AMMICCA: “Somos los trabajadores de Ibiza (camareros, cocineros, funcionarios, arquitectos, dependientes, limpiadores, asesores…) y, en los últimos años, nos hemos visto obligados a buscar una alternativa a la vivienda tradicional. Muchos somos residentes a los que también nos gusta este modo de viajar y este modo de vida, turistas itinerantes que también amamos nuestra isla y queremos poder disfrutarla en nuestro tiempo libre haciendo lo que más nos gusta, siempre desde el respeto al entorno natural y al resto de ciudadanos”.
Somos los trabajadores de Ibiza (camareros, cocineros, funcionarios, arquitectos, dependientes, limpiadores, asesores…) y, en los últimos años, nos hemos visto obligados a buscar una alternativa a la vivienda tradicional
Desde la entidad proponen varias soluciones. Por una parte, la creación instalaciones con, “por lo menos”, servicios mínimos de carga y descarga de aguas negras para “vehículos vivienda”. En segundo lugar, para los que se ven obligados a vivir en sus vehículos para poder seguir trabajando y viviendo, “la creación de una zona de estacionamiento en cada municipio, libre de acoso policial”.
Desde AMMICCA denuncian, además, la imposición indiscriminada de multas a cualquier vehículo camperizado, caravana o autocaravana “por el simple hecho de estar aparcado”, incluso, puntualizan, frente a sus residencias habituales, y la instalación de señales que impiden el estacionamiento a este tipo de vehículos “totalmente al margen de la ley”. “Las normativas municipales que regulan estas actividades son ilegales”, aseveran desde la Asociación, y por ello instan a la eliminación de toda esta señalización, por ser “prohibitiva y discriminatoria por razón y forma del vehículo”.
Se refieren a la instrucción PROT 2023/14 de la Dirección General de Tráfico (DGT) que dice así: “El progresivo desarrollo en las dos últimas décadas del sector económico y de ocio vinculado a las autocaravanas ha alcanzado su máximo exponente tras la crisis por la pandemia mundial. Los ratios positivos de crecimiento en las venta y alquiler de autocaravanas son constantes año tras año, lo que unido a un vertiginoso aumento de turistas que visitan España en estos vehículos, dan muestra de la importancia del sector para el país”.
Desde Tráfico aseguran que tanto Francia como Alemania cuentan con más de medio millón de autocaravanas en uso y muchas de ellas circulan por territorio español. Asimismo, la instrucción se refiere a la importancia de este sector para el turismo en España. “Han sido relevantes las peticiones o mociones parlamentarias de asociaciones relacionadas con el autocaravanismo. Destaca, entre ellas, la Proposición no de Ley ante el Congreso de los Diputados de 27 de octubre de 2020, por la que se insta a realizar un estudio para analizar todos aquellos aspectos normativos relacionados con la movilidad en autocaravana. Dicha Proposición no de Ley reseña el sector de la autocaravana como favorecedor de la recuperación turística y de la actividad económica del país, así como de un turismo seguro y responsable”.
Respecto a la parada y el estacionamiento, la DGT entiende que en las ordenanzas municipales “es indiscutible que la exclusión de determinados usuarios debe ser necesariamente motivada y fundamentada en razones objetivas, como pueden ser las dimensiones exteriores de un vehículo o su masa máxima autorizada, pero no por su criterio de construcción o utilización ni por razones subjetivas como pueden ser los posibles comportamientos incívicos de algunos usuarios”.
La DGT menciona, entre otros posibles “comportamientos incívicos”, “los ruidos nocturnos, el vertido de basura o de aguas usadas a la vía pública, la monopolización del espacio público mediante la colocación de estructuras y enseres u otras situaciones de abuso contra las cuales las autoridades locales disponen de herramientas legales eficaces que deben ser utilizadas de forma no discriminatoria contra todos los infractores, ya sean usuarios de autocaravanas o de cualquier otro tipo de vehículo”. “Las autocaravanas pueden, por tanto, efectuar las maniobras de parada y estacionamiento en las mismas condiciones y con las mismas limitaciones que cualquier otro vehículo”, concluye la DGT.
Desde AMMICCA aseguran que estas directrices de la DGT no son respetadas por los ayuntamientos y, por este motivo, es necesaria tanto la creación de espacios como una adecuación de las ordenanzas a los criterios de Tráfico.
Alrededor de 400 multas
A pesar de esta instrucción de tráfico, y dada la ausencia de una regulación estatal sugerida por la misma, los ayuntamientos de Eivissa aplican sus ordenanzas que persiguen el estacionamiento de estos vehículos en la vía pública. Además, el PTI (Plan Territorial Insular) sólo permite “acampar” con caravana, autocaravana, furgoneta y tiendas de campaña en espacios autorizados, es decir en campings, y prohíbe su estacionamiento en suelo rústico común y en espacios naturales.
Todas las ordenanzas, al igual que el PTI, consideran como acampada el estacionamiento de este tipo de vehículos. Desde AMMICCA aseguran que se podría multar y considerar acampada todo lo que “se salga fuera del perímetro del vehículo, pero no la pernoctación o que estés descansando en tu propiedad cuando quieras”. “Somos ciudadanos que pagamos nuestros impuestos”, comentan.
En el término municipal de Eivissa, su Ordenanza de Circulación prohíbe el estacionamiento de autocaravanas, incluso en los aparcamientos disuasorios. En el mes de julio, los servicios sociales y las policías nacional y local se personaban en el campamento improvisado de sa Joveria, donde existen trabajadores que estacionan caravanas, con el objetivo de “tener un mapa de la situación actual y ”proporcionar la atención adecuada“ a las personas que viven allí; aunque no ha trascendido ninguna noticia de cómo avanzan estas gestiones. El Consistorio ha interpuesto en lo que va de año 8 multas por acampada.
En Sant Joan se aplica la Ordenanza Convivencia Ciudadana. “Si las caravanas o furgonetas se encuentran desplegadas se considera acampada y ahí sí podemos actuar”, asegura la portavoz del Ayuntamiento. Este verano, puntualizan, se han interpuesto 16 denuncias.
La Policía Municipal de Santa Eularia, por su parte, hasta agosto ha abierto 91 boletines de denuncia, 23 por acampada y 68 por pernoctación. Esta cifra es ligeramente superior a la del pasado año, con 88 boletines, de los cuales 70 fueron por acampada, en cualquier hora del día, y 18 por pernoctación. Las multas impuestas oscilan entre los 300 y los 600 euros.
En el Municipio de Sant Josep se aplica Ordenanza Municipal de Policía y Buen Gobierno, que en su capítulo décimo sobre uso impropio del espacio público especifica que “no se permite acampar en las vías y espacios públicos o privados de uso público en tiendas de campaña, vehículos, autocaravanas o caravanas, salvo autorizaciones para lugares concretos”. “No está permitido tampoco dormir de día o de noche en estos espacios”, añade. Las sanciones aplicables son calificadas como leves y se sancionan con multas de “hasta 750 euros”. 160 han sido las denuncias de la Policía Municipal por estacionar, pernoctar o dormir en caravanas o furgonetas hasta mediados de este mes.
Por último, la Policía Municipal de Sant Antoni ha interpuesto 123 denuncias hasta mediados de septiembre por incumplimiento de su Ordenanza de Convivencia, que tampoco permite dormir ni de día ni de noche en los vehículos. Asimismo, desde 2019 la concejalía de Seguridad Ciudadana ha instalado 14 señales que prohíben acampar o pernoctar en diferentes puntos del municipio “para evitar asentamientos ilegales y la aglomeración de caravanas o autocaravanas” y dispuesto “2 arcos con límite de alzada para impedir el acceso de caravanas a la zona de la desaladora y al aparcamiento de la entrada del pueblo”, según asegura el Consistorio.
“Uso mi furgoneta para trabajar y dormir”
Mientras las policías locales hacen su trabajo, los usuarios de caravanas y furgonetas están al límite, pero no van a tirar la toalla.
Raquel es una mujer, madre de familia, que como vehículo dispone de una furgoneta camperizada con la que en diversas ocasiones recorre la isla para su disfrute, ya que es amante de este tipo de ocio. La mujer asegura que ya le han puesto varias multas frente a su casa. “Parece que no tengo derecho a aparcar mi vehículo y constantemente tengo este tipo de problemas”, comenta a elDiario.es.
La portavoz de AMMICCA está en la misma situación. “Me multan constantemente por aparcar mi caravana frente a mi casa. La aparco en un lugar donde no pueda molestar a nadie porque entiendo que es un vehículo grande e igual a algún vecino le impide hacer una maniobra… pero no me pueden sancionar”, asegura indignada. Las dos son residentes. “Pagamos nuestros impuestos y somos libres para movernos donde queramos y para aparcar cerca de nuestras casas. Es un despropósito”, explica.
Me multan constantemente por aparcar mi caravana frente a mi casa. La aparco en un lugar donde no pueda molestar a nadie porque entiendo que es un vehículo grande e igual a algún vecino le impide hacer una maniobra… pero no me pueden sancionar
También desde elDiario.es nos hemos puesto en contacto con un hombre que trabaja en la isla y que reside en su furgoneta: “Estoy harto de esta situación. Día sí y día también me encuentro cuando llego a coger mi furgoneta con esas pegatinas que son totalmente ilegítimas”. El hombre se refiere a las que deja la Policía Municipal de Sant Josep cuando multa a un vehículo. “Están poniéndolas en una propiedad privada dejando pegamento en el cristal y no sabes qué número de agente, ni a qué hora han venido. Habría que denunciarlos por discriminar a un sector de la población que no puede tener acceso a una vivienda. No me puedo encontrar en esta situación cada vez que salgo de trabajar. Voy a seguir acudiendo a mi trabajo con la furgoneta cuando quiera. Les guste o no”, argumenta.
Habría que denunciarlos por discriminar a un sector de la población que no puede tener acceso a una vivienda. No me puedo encontrar en esta situación cada vez que salgo de trabajar. Voy a seguir acudiendo a mi trabajo con la furgoneta cuando quiera
Otro de los consultados explica que “cada poco” tiene que cambiarse de lugar para que la Policía no lo localice. “Por la mañana me voy temprano a trabajar con el vehículo y como voy a una finca no tengo problemas. Pero tengo que tener mucho cuidado de donde duermo, mudarme constantemente y esconderme como si estuviera haciendo algo malo. La situación es insostenible, pero seguiré haciéndolo porque no encuentro ninguna casa que pueda pagar, aunque mi sueldo está bien”.
Desde AMMICCA aseguran que estas “denuncias falsas” están a la orden del día. “Vehículos estacionados el día anterior, multas por supuesta pernocta sin tener pruebas de ello… Un auténtico despliegue de ilegalidades y abuso de autoridad para desvirtuar al colectivo camper”.
Asimismo, la asociación quiere puntualizar que el colectivo, en general, es amante del medio ambiente y aboga por su cuidado y su conservación. “El que aparque en sitios protegidos o en un acantilado, así como el que no recoja su basura, por supuesto que debe ser multado, pero esto no quiere decir que el colectivo actúe así”. “Menos mal que este verano los campings nos están dejando deshacernos de las aguas negras, que tanto contaminan, en sus instalaciones”. “Todos amamos Eivissa, basta ya de destruirla a nuestra costa”, concluye Montse Martí.