El millonario alemán que mató con su yate a un joven en Mallorca asegura ante la jueza que no fue consciente del choque

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Dennis Viehof, el patrón del yate que el pasado mes de agosto embistió a una barca que estaba pescando en Cala Bona (Mallorca), causando la muerte de un joven de 20 años, ha asegurado ante la jueza que, en el momento de los hechos, no fue consciente de la colisión ni de que su embarcación, de 20 metros de eslora, hubiese arrollado la pequeña lancha. Según ha asegurado en su declaración como imputado, el yate no navegabaa una velocidad temeraria, a pesar de que los informes de la causa apuntan a que la rapidez era tal que apenas bastó un golpe del tamaño de un palmo para causar la desgracia. La nave ni siquiera frenó y continuó su trayectoria rumbo a Portocristo, donde la familia Viehof tiene parte de sus posesiones.
Viehof, de 35 años, piloto aéreo e integrante de una de las familias más acaudaladas de Alemania, ha comparecido a las 9.00 horas de este lunes ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Manacor, donde estaba citado a declarar como investigado por delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro. Diez minutos antes lo había hecho su abogado. Durante el interrogario, en el que únicamente ha respondido a las preguntas de su letrado, Viehof ha asegurado que tampoco se encontraba ebrio cuando se produjo el suceso, tal como han señalado fuentes jurídicas a elDiario.es. Tras su declaración, la jueza le ha retirado el pasaporte así como el título que le habilita para navegar.
Los hechos tuvieron lugar, pasadas las 21.30 horas, a una milla del puerto de Cala Bona, una antigua colonia de pescadores ubicada a 71 kilómetros de Palma. Pocos barcos de gran eslora se aprecian en estas aguas, pero el 23 de agosto de 2024 un lujoso Riva Ribelle 66 apodado La Luna se cobraba la vida de Guiem Comamala Fiol, quien se encontraba pescando junto a su tío y su primo. Guiem, su tío y su primo advirtieron la gran potencia a la que se les aproximaba el buque, pero cuando quisieron encender el motor para apartarse, la embarcación ya había pasado por encima de la popa, donde se encontraba el joven, llevándose además por delante el propulsor del bote. Las hélices acabaron alcanzando al joven, que no pudo sobrevivir a la colisión.

La nave ni siquiera frenó, mientras en el punto donde sucedió todo, un pescador que se encontraba en las proximidades y que escuchó los gritos de auxilio ayudaba a sacar del agua el cuerpo del joven y amarraba el bote a su lancha para conducirlos hasta el muelle.
Según las primeras investigaciones, el mismo día de los hechos, mientras Guiem pescaba calamares en Cala Bona, Dennis Viehof celebraba una fiesta por todo lo alto y decidió salir a navegar, junto a otros acompañantes, desde la Costa dels Pins hasta Portocristo, en el municipio mallorquín de Manacor, donde su padre posee una lujosa finca y una empresa, Sunset Group, dedicada a la construcción y venta de viviendas en la zona costera del levante mallorquín e integrada en Vibro Beteiligungs–GmbH & Co. KG., holding de inversión de la familia Viehof. En Portocristo fue, además, el lugar donde la Guardia Civil localizó y precintó el yate La Luna.
La Luna, al que algunas webs de venta y alquiler de embarcaciones le atribuyen un “alma atrevida e inconformista” y cuyo precio oscila entre los 2,5 y los 3 millones de euros, lo patroneaba Viehof, hijo del multimillonario Klaus Viehof, fundador de una cadena de cosméticos de lujo, Allkauf, que vendió en 1998 por 2.400 millones de marcos que acabaron repartidos entre sus cuatro vástagos. Décadas antes, el patriarca de la familia, Eugen Viehof –abuelo del actual investigado–, había puesto en marcha la mayorista Selgross, repartida por varios países europeos y de la que más tarde surgiría Allkauf.

De inmediato, los equipos de emergencias dieron inicio a una exhaustiva batida. “Buscamos un yate grande de color negro”, fue el mensaje que difundió la Guardia Civil. Finalmente, el buque fue hallado en Portocristo, donde, sin embargo, no había ni rastro de su patrón. Las investigaciones permitieron descubrir que al menos seis personas habían estado de fiesta en La Luna. Pasaron cinco días hasta que, estrechado el cerco sobre él y citado por la Guardia Civil, Viehof se personó en las dependencias del Instituto Armado. El empresario alemán se negó a declarar y, tras ello, quedó en libertad con cargos y tomó un vuelo de regreso a Alemania.
Tras el suceso, residentes isleños y ecologistas lamentaron la “impunidad” con la que navegan algunos barcos de gran eslora cerca de la orilla. La entidades conservacionistas Mallorca Blue y Grupo de Ornitología Balear (GOB) lanzaron, de hecho, una campaña para reclamar que se endurezcan las limitaciones de velocidad de las embarcaciones y motos de agua en las zonas próximas a la costa, frecuentadas por bañistas y usuarios de kayacs o tablas de paddle surf y que sufren a menudo situaciones de peligro. Apenas unos días después, una embarcación chárter se llevaba por delante la barca de otro pescador en Binissafúller, al sur de Menorca. El hombre logró saltar al agua y resultó finalmente ileso, pero su bote acabó hundido y destrozado por completo.
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