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Misas en plena noche contra el turismo de excesos en Mallorca: “No queremos moralizar, sino compartir nuestra fe”

Instante de uno de los cultos celebrados en la zona del Ballermann, en s'Arenal

Esther Ballesteros

Mallorca —
23 de agosto de 2024 22:15 h

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“Estamos entusiasmados con Dios y la vida. Ir a las zonas de fiesta más famosas del mundo con Jesús y cientos de jóvenes de todas las naciones es nuestra visión y nuestra pasión”. Desde 2011, Reach Mallorca congrega a centenares de jóvenes alemanes para que lleven “la fe en Cristo” a los puntos negros del desfase en la isla. Este año, más de 300 voluntarios del país germano se desplazaron hasta la mayor de las Balears, consideradas por muchos como el decimoséptimo Bundesland de Alemania, para compartir el Evangelio con los turistas y “disuadirles” de la excesiva ingesta de alcohol. “No estamos en la playa para moralizar, sino para compartir nuestra fe en Cristo”, aseveran. La iniciativa, sin embargo, no es bien vista por los vecinos de estas zonas, que acusan el ruido y la suciedad provocados por los participantes.

El último de los cultos, como prefieren llamar a esta celebración, tuvo lugar la semana pasada en la Playa de Palma, como recoge Diario de Mallorca. La Playa de Palma es el epicentro del turismo alemán en Mallorca y uno de los destinos pioneros en la explotación del sol y playa. El país centroeuropeo es, de hecho, el principal mercado emisor de Balears: en 2023, España recibió a 10.989.659 turistas alemanes, el 42% de los cuales eligieron las islas para pasar sus vacaciones, según recientes datos difundidos por Turespaña. Además, Mallorca continúa sigue siendo uno de los destinos turísticos preferidos de los germanos a pesar de la pérdida de población alemana residente en la isla: en la actualidad, 5.867 cuentan con residencia habitual en el archipiélago.

Sin embargo, el turismo de excesos por parte de los alemanes se ha cebado con el paso de los años con parte de la Playa de Palma, principalmente la situada a la altura del balneario 6 de s'Arenal -más conocido como Ballermann-, donde son habituales las exaltaciones alcohólicas y las fiestas desenfrenadas, lo que ha llevado a las distintas administraciones a lanzar campañas contra este tipo de disfrute vacacional y a impulsar normativas como el Decreto de Turismo de Excesos -aprobado por el anterior Govern progresista y hoy denominado Decreto de Turismo Responsable-. 

Esta misma semana, tres turistas alemanes eran detenidos por propinar una paliza a un taxista que acababa de recogerles en la conocida -y polémica- 'calle del Jamón', en s'Arenal, para trasladarlos a un agroturismo de la localidad de Petra. Mientras la víctima se encuentra ingresada a la espera de ser intervenida quirúrgicamente, los tres jóvenes ya han sido puestos en libertad.

Los vecinos ya han mostrado su hartazgo ante un turismo que atenta contra la convivencia y la tranquilidad de quienes residen en la zona. La situación ha alcanzado tal extremo que el Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma han puesto en marcha este verano una campaña bajo el lema 'Diviértete con respeto' que busca prevenir los comportamientos incívicos por parte de quienes visitan la Playa de Palma. Las vallas publicitarias, distribuidas a lo largo del paseo principal, lanzan mensajes como 'Las vacaciones de tus sueños deberían ser así, no así', contraponiendo el disfrute de calidad con el basado en los excesos y los disturbios. Frente a ello, el tabloide sensacionalista alemán Bild titulaba así uno de sus artículos el pasado mes de junio: “Mallorca ya no nos quiere. Ahora toca comportarse”.

Nace Reach Mallorca

En medio de la problemática generada por los desfases etílicos, en 2011 nació Reach Mallorca de la mano de Gernot Elsner y su familia, en la actualidad residentes en la isla. Inspirados por la comunidad 24/7 Prayer de Eivissa, decidieron llevar hacia s'Arenal -y a otras zonas de 'fiesta' como Magaluf- a su equipo de Gospeltribe, que, como indica en su web, se dedica a ayudar a los jóvenes de todo el mundo “a desarrollar una relación apasionada con Jesús y a utilizar sus dones para alcanzar a todas las personas con el Evangelio”. En el caso de Mallorca, su misión era “llevar a Jesús al Ballermann”.

Como señala Elsner en declaraciones a elDiario.es, Gospeltrive lleva a cabo viajes a corto plazo con jóvenes de iglesias luteranas, católicas y evangélicas “a muchos lugares del mundo, sobre todo del tercer Mundo”, para compartir su “fe en Cristo”. “En 2011 estuvimos en Mallorca y pensamos: '¿Por qué no organizamos un viaje de este tipo a la zona de fiesta'? Vimos que no había ninguna barrera de idioma y que la gente también tenía necesidades, no económicas, pero sí de otro tipo. Entonces pensamos que posiblemente, durante sus vacaciones, los turistas estaban más preparados para reflexionar sobre las grandes preguntas de la vida”.

En 2011 estuvimos en Mallorca y pensamos: '¿Por qué no organizamos un viaje de este tipo a la zona de fiesta'? Vimos que no había ninguna barrera de idioma y que la gente también tenía necesidades, no económicas, pero sí de otro tipo. Entonces pensamos que posiblemente, durante sus vacaciones, los turistas estaban más preparados para reflexionar sobre las grandes preguntas de la vida

Gernot Elsner Promotor de la iniciativa

Y ahí surgió todo. Ese año, los organizadores comenzaron con once personas para llevar a cabo la experiencia, en 2017 alcanzaron las 80, el año pasado, las 250, y la semana pasada fueron más de 300 los voluntarios que acudieron hasta Ballermann. En contraste con el primer año, cuando los participantes se limitaban a hablar en la playa con apenas unos cuantos turistas, en 2018 se pusieron en marcha los cultos a pie de arena -con los pertinentes permisos del departamento de Costas y de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural-, con oraciones cada noche entre las 21:30 y las 23.00. Cánticos, rezos, actuaciones teatrales e incluso fiestas de rap unidos para concienciar al turismo alemán de que Mallorca “no es un destino de borrachera”.

“Estamos totalmente en contra del exceso de alcohol y de drogas”

“Nosotros conocemos el problema y vemos cómo se comportan muchos de los alemanes que vienen de vacaciones. Nos parece muy mal. No estamos en la playa para moralizar ni para decir que 'son malos', pero nos damos cuenta de lo que ocurre y, como alemán, también me da un poco de vergüenza ver cómo cada año los alemanes están en el punto de mira”, confiesa Elsner. En su web, Reach Mallorca deja claro: “Nos entusiasma la idea de hablarle a la gente sobre Jesús aquí, celebrar servicios en la playa y hablar sobre cómo Dios ha cambiado nuestras vidas”. “Nosotros estamos totalmente en contra del exceso de alcohol y de drogas y creemos que, si alguien comienza a seguir a Cristo, este también cambiará su vida. Por eso confiamos en que nuestra presencia también ayude a la gente que vive en la zona”, abunda Elsner.

Quejas de los vecinos

De hecho, Reach Mallorca también cuenta con los llamados Street Angels, que ayudan a las personas ebrias “a llegar a casa o al hotel a salvo, a tomar agua fría o simplemente a mantener una agradable conversación”. “También a mujeres que hayan podido sufrir una mala experiencia durante la noche las acompañamos a la ambulancia o a la policía, además de recoger la basura para dejar limpias las calles”, añade Elsner. 

Precisamente, la limpieza de los lugares en los que Reach Mallorca realiza sus cultos ha llevado a algunos vecinos a mostrar sus quejas. Aunque son minoría, algunos de los residentes critican la suciedad y los ruidos generados por las actividades religiosas y festivas. Un empresario de la zona comenta con ironía que los voluntarios acudan a la zona del Ballermann porque es ahí “donde están los demonios”, pero señala que, “con todo lo que hay en s'Arenal, esto prácticamente es una anécdota”.

Al respecto, el presidente de la Asociación de Vecinos Amics de s'Arenal, David Servera, comenta que en ese punto de la Playa de Palma “hay problemas mucho más graves”. “Por lo que tengo entendido, [los participantes en los cultos] son un poco ruidosos, pero en s'Arenal tenemos otras problemáticas: carteristas, peleas, drogas, alcohol. Es lógico que vengan aquí, porque esta zona es lo más parecido al mal”, subraya.

Por su parte, Elsner rechaza las críticas: “Nosotros no queremos molestar a nadie. En el pasado hubo un par de personas que nos trasladaron que no estaban felices con lo que estamos haciendo. Una, el dueño de una discoteca próxima que decía que por nosotros estaba perdiendo clientes. Y la otra, el dueño de un hotel que decía que sus clientes querían dormir antes de las doce de la noche. Pero nosotros nos preocupamos de que el sonido no llegue al otro lado de la calle. Llevamos a técnicos especializados que controlan los decibelios para evitar ruidos. Y los cultos los hacemos una vez al año durante siete noches y con autorización”, alega.

El organizador de las actividades de Reach Mallorca apela, finalmente, a la necesidad de potenciar entre los visitantes alemanes una imagen de Mallorca alejada del turismo de excesos: “La zona de fiesta de s'Arenal son unos 500 metros, cuando la isla debería ser conocida por tanta belleza, por su naturaleza y por un estilo de vivir. Es una pena que los jóvenes que vienen no conozcan la isla y su gente como realmente son”. “Nosotros conocemos a la gente, compramos nuestras cosas aquí, vivimos de una manera diferente a la de los turistas que vienen por dos o tres días”, añade. Por ello, a través de Reach Mallorca, Elsner quiere conciliar a Alemania con la isla: “Queremos mostrar con nuestras actividades que queremos ser turistas diferentes”.

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