Unos pisos de lujo amenazan la cueva submarina más extensa de España: “Sería una animalada”
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Con un recorrido de 7.020 metros, 5.529 de ellos subacuáticos, la Cova des Coll es la más extensa de España. Buena parte de ella discurre bajo el núcleo poblacional de Portocolom, al noroeste de Mallorca. Y, ahora, una promoción inmobiliaria de lujo amenaza con afectar una de las cámaras de la estructura natural, con el riesgo de colapso que supondría tanto para la nueva edificación como para la propia cueva, catalogada como Zona de Especial Conservación (ZEC) por la Red Natura 2000. “Podría ser una animalada”, advierte el espeleólogo Xisco Gràcia, uno de los principales investigadores de la materia. Una de las particularidades de La cova des Coll radica en que transcurre, a lo largo de más de 300 metros, por debajo del núcleo urbano de Portocolom.
Como aseveran en diversos estudios los especialistas que en los últimos años se han sumergido en cada uno de los recovecos de la cueva, la localización de su entrada terrestre, justo en el límite del núcleo urbano -en un varadero conocido como Es Rivetó-, hace peligrar desde hace años su conservación, afectada por los procesos urbanísticos que han ido desarrollándose sobre la cavidad. Su proximidad con la superficie permitió, además, que la cueva sirviese de refugio a comienzos de la Guerra Civil.
Junto a esta entrada se ubicaba hasta hace semanas un convento con más de cien años de historia, 'Ca ses Monjes'. El templo fue vendido hace dos años y las excavadoras ya han iniciado su demolición para edificar las nuevas viviendas. La licencia de derribo recayó en manos de la filial española de Taylor Wimpey, presente en España desde 1958, y que, como se anuncia en su web, se dedica a la promoción inmobiliaria “en zonas privilegiadas como las Illes Balears, la Costa Blanca y la Costa del Sol, construyendo urbanizaciones de manera sostenible y respetuosa, tanto con el medio ambiente como con el entorno y las comunidades locales”.
“Mallorca es una isla que atrae a los visitantes por sus múltiples encantos. Sus campos de golf, el desarrollo de sus infraestructuras, sus playas cristalinas, su estilo de vida, los famosos que viven en la isla, y los eventos mundiales de gran reconocimiento como el Global Ocean Race permiten descubrir la magia de Mallorca”, es tan solo una de las descripciones que la empresa británica realiza de la mayor de las Balears. En el solar en el que antes se alzaba el convento está previsto que se construyan varias viviendas de lujo, como informó Diario de Mallorca. elDiario.es ha enviado una petición de información a la empresa, todavía sin respuesta.
El derribo del histórico inmueble también ha despertado la indignación de vecinos y entidades conservacionistas: “Ni el Ajuntament de Felanitx, ni el Consell de Mallorca ni la orden religiosa que vendió Ca ses Monges sin importarle su destrucción, nadie ha estado a la altura para defender una parte importante de la historia de Portocolom”, recriminan desde la Asociación para la Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA). Por su parte, el portavoz de Terraferida e integrante de la plataforma Salvem Portocolom, Jaume Adrover, lamenta que “las monjas cerraron un día el convento y al día siguiente ya estaba vendido”. “La operación ya estaba cerrada. No tuvimos tiempo ni de reivindicar que fuese adquirido por el Ajuntament para hacer equipamientos públicos”, comenta Adrover en declaraciones a este medio.
“Atentado” contra el patrimonio histórico y natural de Mallorca
Las alusiones a la sostenibilidad enarboladas por Taylor Wimpey, sin embargo, chocan de frente no solo con las críticas de ecologistas y conservacionistas a raíz de este nuevo “atentado” contra el patrimonio histórico y natural de Mallorca. La Societat Espeleològica Balear, asociación sin ánimo de lucro dedicada a la investigación de las cavidades subterráneas así como a la exploración, la topografía —herramienta fundamental de trabajo para conocer las dimensiones, direcciones, desniveles y otros datos de las formaciones endocársticas— y la elaboración de estudios geológicos, paleontológicos, arqueológicos y etnológicos, dio recientemente la voz de alarma para advertir de la amenaza que supondrían las nuevas construcciones en caso de que las excavaciones se extralimiten y lleguen a tal profundidad que provoquen el colapso de la Cova des Coll.
“Nosotros no decimos que no se construya, sino que el peso que puedan ejercer la planta baja y los pisos podría suponer un peligro de hundimiento para la sala que hay debajo, dentro de la cueva”, asevera Xisco Gràcia. Se refiere, en concreto, a la amplia cavidad ubicada bajo los terrenos en los que estaría prevista la nueva promoción inmobiliaria y que cuenta con una parte aérea que se encuentra “mucho más cerca de la superficie”. “Hay que ir con cuidado porque es una sala con bastante volumen. De lo contrario, podría haber un colapso o un hundimiento de la sala. Sería una animalada”, subraya el veterano espeleólogo.
Gràcia alude, asimismo, al “curioso” comportamiento de la Cova des Coll, cuya “influencia” puede dejarse notar en función de la cantidad de precipitaciones, así como por la presión barométrica. “Las mareas barométricas, al provocar una bajada del nivel marino, acentúan el efecto de surgencia o, por el contrario, una subida del nivel marino implica una entrada de aguas marinas en las cavidades por efecto de los vasos comunicantes”, explica con detalle el especialista en su estudio La Cova des Coll (Felanitx, Mallorca): Espeleologénesis, Geomorfología, Hidrología, Sedimentología, Fauna y Conservación, elaborado junto a los también investigadores Bernat Clamor, Damià Jaume, Joan J. Fornós, Maria Jesús Uriz, Daniel Martín, João Gil, Pedro Gàcia, Mateu Febrer y Guillem Pons.
“En caso de obstrucción por escombros u hormigón, el agua podría salir por cualquier sitio debido a la fuerte presión”, advierte Gràcia, quien alerta además de que, llegada esa situación, desaparecería “buena parte de los importantes seres vivos de la cavidad”, además del “riesgo de colapso de los edificios que se construyan encima de la cueva”. El espeleólogo señala, de hecho, que las paredes de la cueva se encuentran recubiertas por una gran densidad de invertebrados filtradores (esponjas, tunicados, poliquetos tubícolas y moluscos) que se desarrollan debido a la elevada renovación del agua. “Son animales muy curiosos que se alimentan del plancton procedente del mar en los momentos de entrada del agua al interior de la red de galerías de la cueva. Muchos de ellos aún se encuentran en fase de estudio”, destaca Gràcia.
Tal como señalan desde la Societat Espeleològica Balear, hasta la fecha se han hallado hasta 15 especies de organismos invertebrados filtradores o detritívoros. Su distribución indica zonas con hidrodinamismo condicionado por la distancia al mar. Por su parte, las esponjas presentan espícules muy robustas, que indica una disponibilidad de sílice importante, presente en los sedimentos de la cueva. “Algunas de las especies son extraordinariamente raras y poco conocidas”, recalcan desde la entidad, que precisa que de la fauna carcinológica (crustáceos) se ha censado en la cavidad un mínimo de 30 especies. Algunas de ellas han sido descubiertas y descritas por primera vez dentro de esta cueva.
La alcaldesa: “¿Qué más da que haya un convento o una vivienda?”
Desde el Ajuntament de Felanitx, su alcaldesa, Catalina Soler (PP), señala, en declaraciones a elDiario.es, que el Consistorio tramitará los permisos pertinentes a la nueva construcción. “Yo no quiero alarmar a nadie. Había un convento de monjas, sí, pero ¿qué más da que haya un convento de monjas o que haya una vivienda particular? Es decir, la diferencia yo no la llego a entender”. Sin precisar con exactitud qué proyecto futuro hay sobre la mesa —“Lo que hay en la zona es un proyecto de demolición que ya se ha ejecutado”—, la primera edil asegura no tener constancia de ninguna promoción de pisos “para arriba, sino justo lo contrario”. “Yo creo que serán casas”, comenta.
Por su parte, desde la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, competente en materia de protección del territorio, explican que recibieron la denuncia de un particular que alertaba del riesgo de que la nueva edificación afectase a la Cova des Coll. “Hicimos requerimiento en el Ajuntament para saber qué había autorizado”, confirman a elDiario.es, precisando que la petición de información sobre las posibles licencias de obra se efectuó el pasado 18 de diciembre. “Nos contestaron que solo existe el permiso para hacer la demolición”, subrayan desde la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal, que el pasado lunes remitió un recordatorio al promotor avisando de que la posible obra (que todavía no está presentada en el Ayuntamiento) deberá pasar una evaluación de repercusiones ambientales con el objetivo de evitar que los trabajos afecten a la cueva.
Galerías y salas inéditas
Cabe recordar que la historia de las exploraciones espeleológicas en la Cova des Coll se remonta a 1994, año en el que Gràcia, Peter Watkinson, Bernat Clamor, Robert Landreth y Owen Clarke topografiaron la zona terrestre próxima a la entrada y hallaron las primeras continuaciones subacuáticas de la cueva. Los descubrimientos continuaron sucediéndose y, en 1996, fueron halladas las galerías de la cueva que trascurren bajo el casco urbano y su conexión con el mar, dentro de Portocolom.
Tras superar un corto sifón de cinco metros, los investigadores se toparon con la bautizada como 'sala Esperada', de 27 metros de largo, en cuyo extremo fue hallado un pequeño cúmulo de piedras junto al cual emergió, semienterrado en el fango, el cuello de un ánfora romana.
Entre 2003 y 2005, los miembros del Grup Nord de Mallorca iniciaron, en colaboración con la Universitat de les Illes Balears (UIB) y con el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), una ampliación de las exploraciones y el estudio geológico y biológico de la cavidad, fruto de los cuales se descubrieron galerías y salas inéditas que se traducían en los 7.020 metros de recorrido con los que cuenta la Cova des Coll, la más extensa de España. Las dos campañas realizadas a lo largo de seis años supusieron 125 días de inmersiones en total y más de 900 horas de buceo dentro de la cavidad.
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