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La polémica macrogranja de gallinas que la empresa Avícola Son Perot ha planteado levantar en Sineu (Mallorca) se enfrenta un nuevo obstáculo: el Consell de Mallorca ha decidido emitir un informe desfavorable sobre este proyecto, que ha generado un fuerte rechazo entre vecinos, el propio Consistorio de Sineu y las asociaciones animalistas y ecologistas. La institución insular pone pegas a la iniciativa por, entre otros motivos, no hacer referencia a ciertas normativas municipales y autonómicas que son de obligado cumplimiento.
La compañía quiere construir hasta diez naves en las que se hacinarán 750.000 gallinas para producir unos 156 millones de huevos al año. Según ha denunciado Greenpeace, será la macrogranja más contaminante de todo el territorio español: “Si comparamos con otras explotaciones avícolas industriales en funcionamiento, solo en lo que respecta a las emisiones de amoníaco, un gas tóxico con nefastos efectos sobre el medio ambiente y la salud de las personas, esta explotación industrial se convertiría en la macrogranja de aves de corral más contaminante del país”.
Además, según la organización ecologista, la instalación consumirá más de 61.000 m3/año de agua —el equivalente a unas 25 piscinas olímpicas, una tercera parte del consumo estimado para el pueblo de Sineu— en un municipio que, de por sí, sufre una grave presión sobre sus recursos hídricos. “Es un despropósito y una aberración, no podemos consumir agua propia desde hace más de diez años y van a plantarnos unas instalaciones que nos generarán aún más problemas”, lamentan los vecinos en este reportaje de elDiario.es.
Argumentos en contra del Consell Insular
La institución insular considera que el proyecto presentado no “hace ninguna referencia al planeamiento municipal vigente”, ni al “procedimiento de las actividades sujetas a autorización ambiental integrada (AAI), ni a la documentación requerida por la Evaluación de Impacto Ambiental (AIA)”. Asimismo, ha recalcado a la empresa que es necesario hacer “referencia directa” a las normas urbanísticas de Sineu y “justificar el cumplimiento de las condiciones que no son objeto de exoneración”.
En ese sentido, le pide que se atenga la normativa que regula la protección del arbolado, las excavaciones a cielo abierto -puesto que se proyecta en zona de interés minero- o los vertidos de estiércol, porque “no se admite que estos afecten a terrenos agrícolas, ganaderos, forestales ni que se ubiquen en lechos de corrientes de aguas, paisajes pintorescos y inmediaciones de áreas de población o áreas turísticas”. También le reclama la protección de las posesiones rústicas pintorescas o ceñirse a la legislación de almacenamiento de aguas pluviales.
Además, el informe del Consell de Mallorca observa que, junto con el proyecto técnico, se aportan una serie de planos de información que “no se indica su procedencia” y “tampoco se justifica ni se analiza, en la memoria del proyecto técnico, si éstos suponen condicionantes o limitaciones para el proyecto”.
En todo caso, ha recalcado que el proyecto deberá solicitar un informe a la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural para que esta defina si se trata de una zona de gran interés agrícola o para que autorice actividades y usos del sector primario e industrias de transformación agraria del sector secundario.
En cuanto al aspecto urbanístico, ha señalado que “falta justificación del cumplimiento del planeamiento vigente de Sineu”. Sobre la autorización ambiental integrada, ha incidido en que debe ir acompañada del informe urbanístico municipal en el que se acredite que el proyecto se adecua al planeamiento urbanístico vigente y tener en cuenta que, una vez otorgada la autorización ambiental integrada, se tendrá que tramitar y disponer de la licencia urbanística municipal.