Theresa May recibe malos augurios horas antes de una nueva votación clave sobre el Brexit acordado con la UE
El acuerdo alcanzado entre Theresa May y la Unión Europea para un Brexit ordenado fue rechazado con contundencia el pasado mes de enero con 230 votos de diferencia. La primera ministra británica lleva desde entonces intentando arrancar nuevas concesiones a la Unión Europea para convencer a los parlamentarios y evitar una salida sin acuerdo.
Esta tarde, alrededor de las 20 horas en España, la Cámara de los Comunes votará el acuerdo con las nuevas garantías pactadas este lunes 'in extremis' en Bruselas entre May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y anunciadas pasadas las once de la noche. “Les contaré un secreto: no he dormido mucho esta noche por culpa de la señora May”, bromeaba Juncker este martes por la mañana.
El obstáculo sigue siendo el mismo: la llamada salvaguarda o backstop, cuyo objetivo es evitar la creación de una frontera física en Irlanda. “Hemos redactado un instrumento con fuerza jurídica y cláusulas que refuerza el acuerdo de retirada, sin modificarlo”, explicó Juncker en la rueda de prensa del lunes por la noche. “Es una segunda oportunidad, y no habrá tercera. Lo que puede pasar es que Reino Unido se vaya sin acuerdo si no se aprueba mañana este acuerdo. Estoy convencido que el acuerdo al que se ha llegado hoy es el único posible”.
Por su parte, May afirmó que había logrado cambios vinculantes en la cláusula de la salvaguarda. “Son cambios jurídicamente vinculantes, la salvaguarda no será indefinida, sino permanente, y si se aplicase, garantizamos que haya alternativas que sustituyan a la salvaguarda”, afirmó.
Sin embargo, la primera ministra ha recibido el primer revés horas antes de la votación, con la publicación de la opinión del abogado general, Geoffrey Cox, sobre las nuevas garantías acordadas 'in extremis'. En opinión de Cox, aunque el nuevo acuerdo reduce el riesgo de quedar atrapados en la cláusula del backstop de forma indefinida, “el riesgo legal no cambia”. “Reino Unido no tendría, al menos mientras las circunstancias fundamentales permanezcan, formas legales internacionales de salir de los acuerdos del protocolo”, explica Cox. En la práctica, el backstop establece que a falta de un acuerdo comercial, Reino Unido continuaría siendo parte de la unión aduanera para evitar la creación de una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte.
Si la Cámara de los Comunes cambia de opinión respecto a la votación de hace un mes, Reino Unido saldrá de la Unión Europea en la fecha planeada, 29 marzo, con acuerdo. Si el Parlamento vuelve a rechazar el acuerdo de May, este miércoles la Cámara celebrará una segunda votación sobre una salida sin acuerdo. En caso de que los parlamentarios voten a favor de una salida sin acuerdo, Reino Unido abandonará el bloque en la fecha acordada sin ningún tipo de arreglo con la UE. De lo contrario, la Cámara de los Comunes celebrará la tercera y última votación de la semana para pedir una extensión del artículo 50, es decir, retrasar la fecha de salida prevista.
“Las negociaciones de la primera ministra han fracasado. El acuerdo de anoche con la Comisión Europea no contiene nada que se acerque a los cambios prometidos por Theresa May al Parlamento”, ha afirmado Jeremy Corbyn, líder laborista. “La primera ministra se ha negado a buscar intereses comunes para un acuerdo que el Parlamento pueda apoyar. Por eso los diputados deben rechazar hoy este acuerdo”, ha añadido.
El grupo de parlamentarios conservadores a favor de un Brexit duro, conocido como European Research Group, también ha rechazado el acuerdo. “Los documentos de ayer no proporcionan 'cambios legalmente vinculantes' al acuerdo de retirada o al protocolo. No logran cumplir el compromiso del Gobierno ante la Cámara”, afirma el grupo. “No proporcionan ningún mecanismo de salida del protocolo”, añade.
Por su parte, el conservador Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, socio de Gobierno de Theresa May, también ha anunciado que no apoyará el acuerdo alcanzado pro la primera ministra. “No se ha alcanzado el progreso suficiente”.