Alemania se sube el sueldo

La Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis, por sus siglas en alemán), informó recientemente de que, en el primer trimestre de este año, los salarios subieron en el país de Angela Merkel un 2,5%. Se trata del “mayor incremento registrado” desde 2008, año en que comenzó registrarse la evolución de este indicador. Este dato no sólo es una buena noticia para los alemanes. Supuestamente, el alza del poder adquisitivo de los germanos repercutirá positivamente en el resto de Europa, ya que podrán consumir más productos del resto de la Unión Europea. En la UE están precisamente los principales socios comerciales de Alemania. Sin embargo, todavía resulta algo ilusorio plantearse que los alemanes, a través del consumo, puedan reconducir a corto plazo la situación de los países más afectados por la crisis económica. 

“En Alemania se ha terminado la era de la moderación salarial, en la que los acuerdos salariales establecían que los salarios crecerían menos que la productividad”, dice a eldiario.es Thieß Petersen, economista de la Fundación Bertelsmann. Porque ya “entre 2010 y 2013 el incremento de los salarios en Alemania creció incluso por encima de la productividad”, añade. Resultado de esa tendencia es que, según datos de Destatis, el año pasado se ganara en Alemania de media mensual unos 3.527 euros. Ese montante, que tiene en cuenta exclusivamente el sector industrial y el sector servicios y que excluye los pluses, constituye todo un récord. Supone 300 euros más que el salario medio mensual de 2010 (3.227 euros). 

Esta tendencia salarial al alza resulta especialmente significativa en un país donde se ha operado durante mucho tiempo lo que el columnista económico alemán Olaf Storbeck ha calificado de “excesiva restricción salarial”. En este sentido, según han indicado en un artículo de la revista científica Journal of Economic Perspectives los economistas Christian Dustmann, Bernd Fitzenberger, Uta Schönbert y Alexandra Spitz-Oener, Alemania pudo ganar competitividad durante años respecto a países como Francia, Italia o España debido a que “los salarios crecieron a un ritmo más lento que la productividad”.

“Es cierto que los salarios en Alemania se han mantenido bajos durante mucho tiempo, y que han crecido a un ritmo más lento que la productividad, cuando se supone que se ha de hacer lo posible para que haya un equilibrio entre ambos indicadores”, expone a este periódico Grégory Claeys, analista del prestigioso think tank especializado en asuntos económicos Bruegel, con sede en Bruselas. Pero este año, “los salarios van a subir más en Alemania”, agrega. 

No olvida Claeys factores para explicar la subida salarial prevista para este año como la aparición del salario mínimo. Éste fue instaurado este año por el Gobierno de gran coalición. Asciende a 8,5 euros la hora. La coyuntura económica también contribuye a explicar que los sueldos estén al alza en Alemania. En 2014, la economía germana creció un 1,6%, una décima más de lo esperado. En el primer trimestre de este año, el PIB teutón creció tres décimas, lo mismo que en el segundo, según datos recientes del Gobierno alemán. Por su parte, el mercado de trabajo se encuentra en una situación óptima, pues está acariciando el pleno empleo. El paro está en un 6,2%, de acuerdo con lo registrado en junio. 

“La relativa solidez económica causa una demanda estable de mano de obra”, subraya en este sentido Petersen, el economista en la Fundación Bertelsmann. “Los salarios suben porque no puede haber sustituciones fáciles en los puestos de trabajo”, recalca por su parte Claeys, el analista de Bruegel.

También se tiene por responsables de las mejoras salariales a los sindicatos. “Las negociaciones salariales están siendo ahora más productivas que en años anteriores”, sostiene Claeys. Desde el pasado mes de abril, por ejemplo, los trabajadores de la metalurgia ganan un 3,4% más a final de mes gracias a IG Metal, la organización laboral más grande del sector industrial en Alemania. Antes de acordar esa subida, IG Metal se presentó a las negociaciones queriendo aumentos salariales de hasta un 5,5% para los 3,7 millones de trabajadores del sector. En 2012, IG Metal ya había satisfecho subidas salariales de un 4,3%, el mayor aumento salarial registrado en 20 años.

Una de las primeras consecuencias para Europa que ven los expertos al tener constancia de esta tendencia es que “la demanda en Alemania crecerá, y también la de bienes y servicios del extranjero”, según los términos de Petersen. Para este año y el próximo, el crecimiento económico en Alemania llegará en buena medida gracias a la demanda interna, según previsiones del Instituto para la Macroeconomía y la Investigación de la Coyuntura económica (IMK, por sus siglas en alemán). Esto es algo relevante y novedoso para una economía altamente dependiente del rendimiento de sus exportaciones. 

Petersen espera que junto a esa fortalecida demanda interna llegue una “reducción del superávit comercial” germano, que resulta de una excelente marcha de las exportaciones alemanas no compensada por unas importaciones más bien discretas. En 2014, ese superávit fue de 215.300 millones de euros, superando ostensiblemente el de China (176.700 millones de euros). Este desequilibrio de la economía alemana ya le ha costado más de un aviso a Berlín desde las autoridades comunitarias. Para acabar con él, según dice Claeys desde Bruselas, hará falta que en Alemania crezcan por mucho tiempo demanda y salarios. 

“Que suban los salarios en Alemania siempre va ayudar en la UE, porque si no ocurre, se obliga a países como España o Portugal a rebajar sus salarios para ganar competitividad, y esto lleva a la deflación, pero un crecimiento significativo de los salarios, si es sólo un año, no ayudará para que tenga lugar el ajuste económico que necesita Europa”, asegura el economista de Bruegel. “Llevará unos cinco o seis años al menos de crecimiento de los salarios en Alemania para que los otros países puedan ajustar su competitividad y que se equilibre la eurozona”, concluye.