Amnistía Internacional denuncia violaciones “masivas” de los derechos humanos en El Salvador a manos del Gobierno

Amnistía Internacional denuncia en un informe recién publicado las “violaciones masivas a los derechos humanos” en El Salvador. Los hechos de violencia cometidos por el Estado empezaron el 27 de marzo, después de que el presidente Nayib Bukele declarara el estado de excepción como respuesta a una ola de violencia en manos de bandas criminales, que provocó 87 asesinatos en un solo fin de semana.

Las autoridades han detenido en este tiempo a más de 36.000 personas sospechosas de estar vinculadas a estas bandas, muchas de ellas de manera arbitraria. Violaciones al debido proceso, tortura, malos tratos y la muerte de al menos 18 personas bajo la tutela del Estado son algunas de las acciones que denuncia la organización internacional de derechos humanos. “En casi todos los casos documentados por Amnistía Internacional, las personas expresaron que hubo momentos en los que no sabían dónde se encontraron detenidos sus familiares. Al menos en un caso sigue sin saberlo, lo que podría constituir en desaparición forzada”, dice la organización en las conclusiones de la visita a El Salvador.

Durante las últimas semanas, un equipo de Amnistía Internacional registró la detención de cientos de personas sin que se cumplan requisitos legales y sin una orden de arresto. Su arresto tiene que ver con ser percibidos por las autoridades como criminales, tener un familiar perteneciente a una pandilla o tener antecedentes penales. Además, solo una minoría de los detenidos ha podido tener acceso a abogados privados, acceso al expediente y a la información presentada por la Fiscalía.

El Gobierno salvadoreño está “sometiendo al pueblo salvadoreño a una tragedia” en medio del despliegue de una política de seguridad que busca castigar a las bandas, dice la organización. “Las víctimas de violencia por parte de pandillas merecen justicia de forma urgente, pero ésta sólo se logra con investigaciones robustas y procesos justos que garanticen un debido proceso y una condena efectiva”. El derecho internacional de respeto a los derechos humanos, que también aplica a El Salvador, no permite ni en el caso de estado de excepción que sean violados.

Los asesinatos habrían sido en respuesta a lo que esta banda considerara una “traición” del Gobierno Nayib Bukele al pacto que mantenían desde hace al menos dos años y medio. Las pandillas son la herencia de la guerra civil (1980-1992), se fortalecieron con la deportación de criminales de Estados Unidos a San Salvador y han venido ganando fuerza con el avance del narcotráfico en la región. Pero entre las causas no solo está el régimen de excepción sino las recientes reformas al Código Penal y el Código Procesal Penal que han limitado el derecho a la defensa, a la presunción de inocencia, a un recurso judicial efectivo y al acceso a un juez independiente, según los especialistas.

“Hace tres años nos reunimos con el presidente Nayib Bukele y se comprometió a respetar los derechos humanos. Sin embargo, desde entonces y de forma reiterada no ha cumplido con su palabra”, dice Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

“Guerra contra las pandillas”

Mientras tanto, el presidente Nayib Bukele, en el discurso ante la Asamblea Legislativa del miércoles por su tercer año de gobierno, dijo que está “punto de ganar” la llamada “guerra contra las pandillas”. “Estoy aquí para decirle a todos algo que muchos pensaron que era imposible y que hasta hace poco nadie hubiera creído que fuese así: estamos a punto de ganar la guerra contra las pandillas”, dijo Bukele, que lleva más de 1.400 denuncias de violaciones a derechos humanos bajo el régimen de excepción.

El primer paso en el combate contra las bandas, según el Gobierno, fue un plan lanzado en 2019 para cortar las fuentes de financiación de las maras y retomar las zonas controladas por las bandas, en su mayoría barrios populares. Pero el plan no evitó la escalada de violencia que convirtió al pasado 26 de marzo en el día más violento de la historia reciente del país, con 62 muertes violentas.

Bukele llamó a todos los salvadoreños a que apoyen “sin titubeos esta batalla”. Cuenta con mantener su alto índice de aprobación, que llega al 87%, según una encuesta para el diario La Prensa Gráfica.