Una nueva autopsia encargada por la familia de George Floyd asegura que murió de asfixia
La autopsia encargada por la familia de George Floyd, el afroeamericano asesinado durante una detención el pasado 25 de mayo en Mineápolis, asegura que murió de asfixia tras la inmovilización realizada por el policía que le arrestó.
“La causa de la muerte es la asfixia por la compresión del cuello, que puede interferir con el oxígeno que llega al cerebro, y la compresión de la espalda, que interfiere con la respiración”, dijo Michael Baden, un exmédico contratado por la familia de Floyd, en declaraciones que recoge la BBC.
El veredicto contrasta con la autopsia inicial realizada por un forense de Minnesota, según la cual no existían “evidencias físicas que sustenten el diagnóstico de una asfixia traumántica o estrangulación” y apuntaba más a “las condiciones médicas previas”.
El suceso ocurrió en la noche del 25 de mayo cuando un establecimiento de la ciudad alertó a la policía de que un individuo estaba utilizando un billete de 20 dólares falso para pagar. Fue entonces cuando la patrulla llegó al local y el hombre, identificado como George Floyd, estaba en su coche.
Los agentes justificaron su detención porque se resistió a salir del vehículo y parecía estar “drogado” y “borracho”. En el vídeo difundido en redes sociales, se puede ver cómo Floyd está esposado en el suelo, boca abajo, y con la rodilla de uno de los policías sobre su cuello durante varios minutos. A pesar de que el individuo se quejaba de no poder respirar: “Me duele el cuello. Todo me duele... agua o algo, por favor. No puedo respirar, agente, no puedo respirar”.
El incidente ha provocado una semana de rabia y protestas extendidas por 75 ciudades de Estados Unidos en las que al menos 2.500 personas han sido arrestadas. No se había visto una situación así ni en 1968, el año en que murieron casi 17.000 estadounidenses en Vietnam y estallaron terribles disturbios tras el asesinato del líder negro Martin Luther King.
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