Borrell confía en que los aliados envíen cazas a Ucrania “pronto”

A medida que avanza la guerra y que los aliados aguardan la contraofensiva de Ucrania, para la que han incrementado el envío de armamento, se van superando tabúes. Primero fueron los carros de combate y ahora los cazas. Joe Biden ha abierto la puerta a proporcionar F-16 después de que Volodímir Zelenski le garantizara que no serán utilizados para atacar a Rusia en su territorio (aunque sí podría hacerlo contra las tropas que están en territorio ucraniano). La UE, por boca del alto representante, Josep Borrell, ha aplaudido esa decisión.

“Es una buena idea que los países del G7 finalmente decidieron preparar el terreno para proporcionar a ucrania los cazas que necesitan. El entrenamiento de pilotos ha empezado, que es lo primero”, ha dicho Borrell, que se ha mostrado confiado en que ese tipo de material pueda ser enviado “pronto”.

El envío de cazas había sido una línea roja para algunos países, como Alemania. El canciller Olaf Scholz se había opuesto férreamente a dar ese paso. Tampoco Estados Unidos había dado ese paso, que sí habían solicitado otros aliados, como Polonia. La mayoría, no obstante, había dejado la puerta abierta en función de cómo avanzara la guerra. “Tengo la garantía plena de Zelenski de que no los usarán para ir adelante y moverse contra Rusia en su territorio geográfico. Otra cosa es si las tropas rusas están dentro del área de Ucrania”, afirmó Biden Biden en la rueda de prensa posterior al encuentro del G7 en Hiroshima.

La presión para la entrega de estos aviones a Kiev se ha incrementado en las últimas semanas y algunos países, como Reino Unido, Países Bajos o Francia, habían empujado con el lanzamiento de una “coalición” con ese objetivo, que ha comenzado con el entrenamiento de los pilotos. La ministra de Defensa española, Margarita Robles, siempre ha descartado que España envíe cazas porque no tiene los F-16 que reclama Zelenski.

Borrell ha agradecido el movimiento del G7, que supondría una nueva etapa en el conflicto. El alto representante se ha pronunciado así antes de la reunión con los ministros de Exteriores de los 27 en Bruselas en la que analizarán, entre otras cosas, el nuevo paquete de sanciones contra Rusia que ha planteado la Comisión Europea y que persigue fundamentalmente establecer mecanismos para evitar que se eludan esas sanciones a través de terceros países. También estudiarán el desbloqueo de un nuevo tramo de 500 millones de euros para armamento a través del Fondo Europeo para la Paz.

Por el momento ese desembolso está bloqueado por Hungría, después de que Kiev haya incluido al banco OTP en una 'lista negra' por supuestamente ser sponsor del Kremlin. Borrell ha dado por hecho que no habrá luz verde este lunes al paquete de sanciones, no solo por Budapest, sino porque hay “consideraciones específicas” en ese paquete que los estados miembros deben discutir. El nuevo paquete incluye por primera vez empresas chinas en las sanciones.

Ese es un asunto delicado en un momento en el que la UE está intentando lanzar su propia relación autónoma con el régimen de Xi Jinping y esas relaciones han generado tensiones dentro de los 27. En lo que hay una posición común es en que no haya una ruptura (decoupling) con Pekín pero que se minimicen los riesgos de la relación, es decir, que se reduzcan las dependencias económicas “arriesgadas” sobre todo en las materias primas.

Más sanciones a Irán

La UE ha impuesto nuevas sanciones a Irán por la represión en las protestas después de la ejecución de otros tres manifestantes la semana pasada. En total, la UE ha sancionado a 216 personas y 37 entidades iraníes. En la octava ronda, los objetivos han sido cinco personas y dos entidades, entre ellas la fundación que gestiona las inversiones de la Guardia Revolucionaria Islámica y la organización estudiantil Basij, cuyos miembros dispararon contra estudiantes en otoño de 2022.

Entre los individuos sancionados está el comandante de la Policía de Teherán Salman Adinehvand, a quien los 27 señalan por ser “directamente responsable de la represión violenta de las protestas” así como al portavoz de la policía y al fiscal general de Sirjan, Mohsen Nikwarz. También apuntan al secretario del Consejo Supremo del Ciberespacio Seyyed Mohammad Amin Aghamiri por el espionaje y el acoso a periodistas y opositores.