El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, insta a los miembros de la UE a seguir enviando ayuda militar a Ucrania, especialmente los tanques que reclama Volodímir Zelenski, dado que considera que no se ha hecho aún lo suficiente por apoyar a ese país y ha advertido a los grupos parlamentarios de que el envío de armamento no es incompatible con los esfuerzos diplomáticos para acabar con la guerra. “Hemos anunciado que daremos carros de combate y no ha habido ninguna tercera guerra mundial”, ha afirmado el alto representante en una intervención en el Parlamento Europeo, donde con más frecuencia afloran las reticencias a la posición de los aliados ante el temor de una escalada.
“No entiendo a los que dicen que, para negociar, primero hay que dejar de apoyar militarmente a Ucrania. Al contrario, hay que hacer las dos cosas a la vez. Este no es un debate entre palomas y halcones”, ha aseverado Borrell, que confía en que en el marco de la próxima Asamblea de la ONU se ponga en marcha una suerte de proceso de mediación o negociación liderado por el secretario general. Pero se ha mostrado poco optimista al reconocer que “la guerra va a ser larga” y mostrar desconfianza en Vladimir Putin, quien ha dicho no tiene en sus planes acabar con el ataque, de acuerdo a quienes han hecho acercamientos para abordar diplomáticamente la situación.
Ante las críticas que han llegado, fundamentalmente desde la izquierda, durante el debate, Borrell ha respondido en la misma línea: “No entiendo cómo desde la izquierda se diga que la situación pasa por dejar de ayudar militarmente a Ucrania. No entiendo el filoputinismo o la extrema ingenuidad”, ha reprochado. “El problema de Zelenski es que le sobran aplausos y slavas Ukrani [viva Ucrania] y le faltan municiones. ¿Saben por qué? Porque los aplausos son gratis”, ha agregado antes de concluir que dejar de apoyar militarmente a ese país supondría que se convirtiera en un Estado similar a Bielorrusia.
Borrell, que ha asegurado no tener ningún “ardor guerrero”, ha advertido de que esta primavera y el verano van a ser determinantes en el futuro del conflicto y ha reprendido a los 27 por la lentitud a la hora de tomar decisiones como el envío de tanques. Así, ha apremiado a los socios a seguir enviando armamento. Por ahora, solo once países pretenden mandar tanques, según anunció este martes el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, que lidera el grupo que está coordinando esa acción.
Un nuevo paquete de sanciones por 11.000 millones
“Hago una llamada a los países que disponen de carros de combate modernos y eficaces, que están acumulando polvo en sus cuarteles y que no sirven para nada, que los den a Ucrania cuanto antes”, ha expresado Borrell. Sobre lo que no ha dicho nada es sobre el envío de cazas, que es la nueva petición de Zelenski a los aliados. Y, aunque se ha roto el tabú sobre el posible envío de aviones de combate, los aliados sostienen que aún no se ha entrado en esa fase.
Ante las críticas que han expuesto algunos eurodiputados por la parsimonia de la UE después de la anexión rusa de Crimea en 2014, Borrell ha reconocido que fue un error poner pocas sanciones y mantener la dependencia del régimen de Putin, sobre todo en términos energéticos, pero ha dicho que la solución no es mirar atrás.
Así, ha asegurado que ahora las sanciones -que ha definido como “veneno lento”- están funcionando, especialmente el tope al precio del petróleo ruso. En ese mismo sentido se ha pronunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha asegurado que los nueve paquetes vigentes están haciendo retroceder a la economía rusa. “Y para mantener esta fuerte presión, vamos a proponer un décimo paquete de medidas con nuevas prohibiciones al comercio y a la exportación de tecnología de Rusia”, ha dicho la jefa del gobierno comunitario, que ha cifrado en 11.000 millones el valor total de esas nuevas sanciones dirigidas a la industria militar.
Unas horas después, Von der Leyen y Borrell han anunciado la propuesta que la Comisión Europea va a hacer a los estados miembros con la intención de que el décimo paquete de sanciones entre en vigor coincidiendo con el primer aniversario de la invasión. El objetivo de las nuevas sanciones serán los “productos industriales que Rusia necesita” de terceros países y que aún está consiguiendo importar a través de la UE, como electrónica, vehículos especializados, piezas de maquinaria, repuestos para camiones y motores a reacción, según ha explicado la presidenta, que ha asegurado que apuntan al sector de la construcción en cuestiones que se pueden derivar al ejército, como antenas o grúas.
“Restringiremos aún más la exportación de bienes de doble uso y bienes de tecnología avanzada. Proponemos controles en 47 nuevos componentes electrónicos que pueden usarse en los sistemas de armas rusos, incluidos drones, misiles, helicópteros”, ha explicado Von der Leyen: “Con esto hemos prohibido todos los productos tecnológicos que se encuentran en el campo de batalla y nos aseguraremos de que no encuentren otras formas de llegar allí”. Además, la dirigente alemana ha afirmado que la Guardia Revolucionaria Islámica ha entregado drones a Rusia, por lo que el castigo se ampliará a siete entidades iraníes, que se suman a las ya vigentes.
Además, la Comisión Europea plantea prohibir la pertenencia de ciudadanos rusos a los órganos de gobierno de empresas consideradas estratégicas de los 27, es decir, aquellas relacionadas con la energía, el transporte o las infraestructuras críticas, según ha publicado El País.
Reforzar el control sobre los oligarcas
Borrell ha dicho que la propuesta, que tendrá que ser aprobada por unanimidad de los 27, alcanzará a un centenar de personas y entidades responsables de las actividades militares (entre las que ha mencionado también secuestros, deportaciones o el traslado de niños), decisiones políticas (más miembros del gobierno y parlamentarios) y la propaganda del régimen ruso. “Golpearemos duro al sector militar ruso”, ha sentenciado.
Uno de los objetivos de la UE es, además, analizar qué hacer con los activos que se han confiscado a través de las sanciones dadas las dudas legales existentes sobre la posibilidad de invertirlos en la reconstrucción de Ucrania y también pone el foco en evitar que se pueda sortear el castigo. “Seguiremos a los oligarcas que intentan esconder o vender los activos para escabullirse de las sanciones. Y junto con los Estados miembros, revisaremos los activos congelados del Banco Central ruso en la UE. Tenemos que saber dónde están localizados y saber la cantidad. Es crucial en aras del posible uso de activos rusos para financiar la reconstrucción de Ucrania”, ha agregado Von der Leyen.