El Brexit estalla de nuevo: Bruselas acusa a Johnson de saltarse el derecho internacional con Irlanda del Norte
Si alguien pensaba que el Brexit acababa con la salida de Reino Unido de la UE estaba muy equivocado. Reino Unido salió de la UE el 31 de enero de 2020, y a 3 de marzo de 2021 las tensiones han estallado de nuevo entre las dos partes. Y no es la primera vez en lo que va de año, si se tiene en cuenta de que la salida efectiva de Reino Unido se produjo el 1 de enero de 2021.
Eso sí, el foco de la disputa es Irlanda del Norte. Si hace unas semanas fue por la intención de Bruselas de activar los controles entre las dos irlandas para vigilar que no se fugaran vacunas de AstraZeneca por la frontera invisible de la isla de Irlanda; el conflicto se ha ido inflamando por algo que mucho tiene que ver con la llegada al poder de Boris Johnson: el protocolo de Irlanda del Norte y que la isla de Gran Bretaña se situara fuera de la unión aduanera de la UE, cosa que no quería Theresa May y que fue su tumba política.
Ahora, cuando de facto el mar de Irlanda es una frontera que divide Reino Unido porque hay que controlar lo que llega de Inglaterra para que no entre sin control en la UE a través de la República de Irlanda, las alarmas no dejan de saltar en Reino Unido.
El Gobierno británico ha pedido en varias ocasiones una moratoria en la aplicación de esos controles, que han causado actos violentos de unionistas irlandeses, agravado también por la pandemia y las nuevas variantes de la COVID-19.
Durante el mes de febrero, se ha ido reuniendo el Comité Conjunto UE-Reino Unido sobre el Acuerdo del Brexit, con el negociador británico, el canciller del Ducado de Lancaster, Michael Gove, y el vicepresidente de la Comisión Europea Maroš Šefčovič. Sobre la mesa ha estado un asunto pendiente desde la crisis diplomática tras los problemas de AstraZeneca con la distribución de vacunas en la UE: el protocolo de Irlanda del Norte, para el que Londres ha pedido una prórroga hasta 2023, por los problemas que se están creando en los puertos de Irlanda del Norte, donde se tienen que producir controles fronterizos para que así se respete la frontera invisible entre las dos irlandas.
Pero, hasta la fecha, no ha habido acuerdo.
Y este miércoles, el Gobierno británico ha anunciado en sede parlamentaria que “está tomando varias medidas temporales para evitar perturbaciones”, como “proporcionar el tiempo apropiado para que las empresas implementen nuevos requisitos para cumplir con flujo efectivo de mercancías entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte”.
Así, Downing Street ha anunciado que “para los supermercados y sus proveedores” la moratoria continuará “hasta el 1 de octubre”. Además, a finales de esta semana “se proporcionarán más orientaciones sobre los movimientos de paquetes desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte para proporcionar el tiempo añadido necesario para los comerciantes después del 1 de abril”.
En efecto, Irlanda del Norte se ha mantenido como parte del mercado único de la UE, por lo que los productos que llegan de Gran Bretaña se someten a los procedimientos de importación de la UE. Y Londres ha decidido ampliar el período en el que los procedimientos y controles aún no se han aplicado en su totalidad. El primero de estos períodos expirará a fines de marzo, pero el Reino Unido ha dicho que lo extenderá hasta octubre.
“También se ofrecerán orientaciones para ayudar a abordar los problemas prácticos del suelo vinculados al movimiento de plantas, semillas, bulbos, hortalizas y maquinaria agrícola”, prosigue la declaración del Gobierno británico, que “escribirá al Ejecutivo de Irlanda del Norte para confirmar que las flexibilidades no requieren un régimen de aranceles para los productos agroalimentarios”.
La reacción de Bruselas ha sido contundente: “Reino Unido se está saltando de nuevo el derecho internacional”. La Comisión Europea recuerda aquella ley de mercado interior que tuvo que rectificar Boris Johnson porque violaba el protocolo de Irlanda del Norte. También.
En esta ocasión, al Comisión Europea afirma su “gran preocupación por la acción unilateral del Reino Unido, ya que esto equivale a una violación de las disposiciones del Protocolo sobre Irlanda/Irlanda del Norte y la obligación de buena fe en virtud del Acuerdo de Retirada. Esta es la segunda vez que el gobierno del Reino Unido está dispuesto a violar el derecho internacional”. Tras aquella primera, Bruselas acudió al Tribunal de Justicia de la UE.
Tras la reunión de Sefcovic con el negociador británico, Michael Frost, el Gobierno británico ha afirmado: “Lord Frost ha explicado que las medidas anunciadas hoy [por el miércoles], tras la notificación oficial a la Comisión Europea a principios de esta semana, son pasos técnicos temporales, que en gran medida continúan con medidas ya vigentes, para brindar más tiempo para que empresas como supermercados y operadores de paquetería se adapten a los nuevos requisitos del Protocolo [de Irlanda del Norte]”.
Según Londres, Frost “ha subrayado que son pasos necesarios por razones operativas, mínimos y necesarios para dar tiempo a que continúen los debates constructivos sin la perspectiva de perturbar la vida cotidiana de la población de Irlanda del Norte en las próximas semanas. Tales medidas operativas tienen un gran precedente en otros acuerdos comerciales internacionales que eran totalmente coherentes con nuestra intención de cumplir de buena fe con nuestras obligaciones”.
Sin embargo, para Bruselas, la declaración del Gobierno británico de este miércoles, “constituye una clara desviación del enfoque constructivo que ha prevalecido hasta ahora, lo que socava la confianza mutua necesaria para la búsqueda de soluciones. Es igualmente decepcionante que el Gobierno del Reino Unido haya recurrido a una acción unilateral de este tipo. Las cuestiones relacionadas con el Protocolo deberían tratarse a través de las estructuras previstas por el Acuerdo de Retirada”.
El Ejecutivo comunitario también recuerda que “en el último Comité Conjunto UE-Reino Unido del 24 de febrero, el Reino Unido reiteró su compromiso con la correcta aplicación del Protocolo de Irlanda del Norte, así como con la aplicación sin demora de todas las decisiones tomadas, así como el compromiso conjunto de mutuo acuerdo con los grupos empresariales de Irlanda del Norte y otras partes interesadas destinado a buscar soluciones de manera conjunta”.
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