Hay un principio de acuerdo. Un borrador. Un papel. Bruselas y Londres han llegado este martes por la tarde a un compromiso que incluye una solución para la frontera irlandesa, el principal escollo. Pero aún le queda recorrido a la negociación.
“Existe un borrador”, explican fuentes del Gobierno británico a eldiario.es, “que llevará la primera ministra este miércoles a su Gabinete [a las 14.00 GMT]. Allí será discutido y debatido, junto con los pasos siguientes que hay que dar”. La reunión del Gabinete es el primer examen para Theresa May, en tanto que en el Partido Conservador tienen bastante peso los partidarios del Brexit duro. Y por ello May está contactando con miembros clave de su Gobierno para asegurarse que la reunión del miércoles salga bien.
En el principio de acuerdo, explican las fuentes del Gobierno británico, se incluye el desbloqueo de la frontera irlandesa, que es lo que más dificultades ha creado en la negociación. Es decir, cómo se puede compaginar que Reino Unido –Ulster incluido– se marche de la UE con la fraternidad de las dos Irlandas, ratificada por los Acuerdos de Viernes Santo que finalizaron la guerra entre unionistas y nacionalistas irlandeses.
El principio de acuerdo ha sido adelantado por la cadena irlandesa RTE, que, citando fuentes, asegura que “habrá un control para evitar una frontera dura en la frontera de Irlanda. El control –backstop–, tendrá forma de un acuerdo aduanero temporal en todo el Reino Unido, con disposiciones específicas para Irlanda del Norte que irán más allá en el asunto de aduanas y en su alineación con las reglas del mercado único que para el resto del Reino Unido”.
El temor de los refractarios al acuerdo en relación con una frontera invisible o suave entre las dos irlandas, es que la frontera con la UE se trasladaría al mar de Irlanda, con lo que el Reino Unido quedaría partido entre Gran Bretaña e Irlanda.
Una vez que el borrador del acuerdo pase el examen de los ministros del Gobierno, tendrá que ir al Parlamento británico, donde May ha de asegurarse el voto de los suyos, del Partido Conservador –y más de un voto podrá perder– y de quienes le sustentan en Downing Street, los unionistas norirlandeses del DUP.
El problema son los trámites parlamentarios para el acuerdo, que debe ser aprobado por el Parlamento británico y el Parlamento Europeo. Y si en noviembre no se cerrara el acuerdo se entraría en una zona de riesgo parlamentaria. Si no hay acuerdo, el 29 de marzo se levantan las fronteras para las personas y los productos.