¿Qué ha pasado?
Rusia ha informado este miércoles del derribo de dos drones sobre el Kremlin a las 2.30 horas de la madrugada que pretendían atacar la vivienda oficial del presidente, Vladímir Putin. Los vehículos aéreos no tripulados han sido neutralizados con el uso de radares militares, según las autoridades.
En redes sociales han circulado varios vídeos del incidente. Dos de ellos, captados desde diferentes ángulos, graban la misma explosión justo sobre la cúpula del Edificio del Senado, que actualmente es la residencia del presidente.
No se han producido víctimas ni daños materiales como consecuencia del derribo de los drones, según ha declarado el Kremlin. Moscú ha prohibido este miércoles el lanzamiento de aviones no tripulados, excepto los utilizados por decisión de las autoridades.
¿Es creíble la versión de Rusia?
“Vemos estas acciones como un acto terrorista y un intento de asesinato contra el presidente en vísperas del Día de la Victoria”, ha señalado el Kremlin en un comunicado. Rusia ha culpado directamente el “régimen de Kiev” y ha asegurado que “se reserva el derecho a tomar medidas de represalia donde y cuando lo considere oportuno”.
Mark Galeotti, analista especializado en política rusa, director ejecutivo de Mayak Intelligence e investigador asociado del think tank Royal United Services cree que “la gente debería dejar de hablar de esto como un intento de asesinato contra Putin”. “En raras ocasiones va Putin al Kremlin, y mucho menos se queda por la noche. Tampoco había programadas reuniones tempranas que le hicieran a uno pensar que podría estar en su piso palaciego”, ha señalado en un hilo de Twitter.
“Llamar a esto intento de asesinato es una exageración extraordinaria incluso para los estándares del Kremlin”, ha señalado Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group. “Obviamente no es un intento de matar al presidente ruso, sino una demostración ucraniana de que pueden atacar (y atacarán) Moscú o una operación rusa de falsa bandera para movilizar a la población y justificar un incremento de los ataques sobre Kiev”.
No es la primera vez que Rusia denuncia ataques ucranianos con drones sobre su territorio, pero este sería el que más cerca ha estado de golpear el corazón del poder ruso. El 24 de abril, el alcalde de Bogorodsky informó que un dron ucraniano con 17 kilos de explosivos había caído a unos 30 kilómetros al este de Moscú. En febrero, el gobernador del óblast de Moscú, afirmó que un dron ucraniano se había estrellado contra una central de distribución de gas natural en la ciudad de Kolomna, a 110 kilómetros de la capital. Pese a ello, Ucrania niega que esté llevando a cabo ataques en territorio ruso.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, también ha culpado a EEUU de estar detrás de la operación y de dictar órdenes a Ucrania. “Sabemos que las decisiones sobre tales acciones no se toman en Kiev, sino en Washington. Kiev hace lo que le dicen. Es muy importante que en Washington entiendan que lo sabemos y que entiendan lo peligrosa que es una participación tan directa en el conflicto”.
¿Es creíble la versión ucraniana?
“No atacamos a Putin ni a Moscú, luchamos en nuestro territorio”, ha señalado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante su visita a Finlandia. El asesor del presidente, Mijailo Podoliak, ha sugerido que podría ser una operación rusa de falsa bandera. “Es predecible... Rusia claramente está preparando un ataque terrorista a gran escala”, ha señalado.
En la misma línea, Yuri Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, cree que Rusia ha escenificado el ataque para mostrar una escalada y retratar a Ucrania como el agresor.
“La explicación de Kiev no es especialmente plausible”, sostiene Galeotti. “Cuesta creer que Putin esté tan desesperado por conseguir capital político que esté dispuesto a fingir que sus propias fuerzas de defensa aérea no pueden impedir que los drones recorran los más de 450 km que separan la frontera ucraniana y alcancen el corazón simbólico del Estado ruso”, añade.
En la misma línea se expresa Bremmer: “Sospecho que son los ucranianos. Es demasiado vergonzoso para el Kremlin exhibir que Ucrania puede provocar una pequeña pero simbólica/ineficaz explosión”.
Los analistas del think tank Institute for the Study of War, con base en Washington, creen, sin embargo, que “Rusia probablemente escenificó este ataque en un intento de llevar la guerra a casa para un público interno y establecer las condiciones de una movilización social más amplia”. “Es extremadamente poco probable que dos drones pudiesen penetrar varias capas de las defensas aéreas y explotar o ser derribados justo sobre el corazón del Kremlin. Imágenes geolocalizadas de enero de 2023 muestran que las autoridades rusas han instalado sistemas de defensa aérea Pantsir para crear círculos de defensa aérea alrededor de la ciudad”.
“Lo más probable es que sea lo que parece: que Kiev, testigo de los continuos ataques a sus infraestructuras, casas y hospitales, sienta que no tiene motivos para contenerse”, opina Galeotti. El Kremlin ya protagonizó una de las fallas de seguridad más espectaculares en 1987, cuando un joven alemán de 18 años aterrizó su avioneta en el Puente Bolshoy Moskvoretsky, muy cerca de la Plaza Roja. El incidente provocó varias destituciones de alto nivel.
“Si suponemos que fue un ataque ucraniano, habría que considerarlo como una demostración de fuerza y una declaración de intenciones de que Moscú no está a salvo. Se trata de un mensaje claro. Lo que está menos claro es si sacude los nervios de los rusos o los enfurece. Habrá que verlo. Y qué piensa Washington, dado que parece haber estado intentando que Kiev abandone, no que intensifique, sus ataques en el interior de Rusia”.
Podolyak también ha señalado que el incidente puede haber sido provocado por “actividades de guerrilla de fuerzas de resistencia locales”. “Como saben, los drones se pueen comprar en cualquier tienda militar. La pérdida de control del país por el clan de Putin es evidente”.
¿Qué dice EEUU?
“He visto las informaciones. No puedo, de ningún modo, validarlas. Simplemente no lo sabemos”, ha señalado el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. “En segundo lugar, cogería con pinzas todo lo que sale del Kremlin. De forma más general, cuando se trata de Ucrania, que está bajo ataques diarios, dejamos a Ucrania decidir cómo se va a defender”.
Cuatro fuentes del Gobierno de EEUU han confirmado al diario Politico que la Administración Biden no tenía conocimiento previo de un ataque con drones sobre el Kremlin y que está investigando su autoría.
El pasado mes de agosto, un ataque bomba mató a las afueras de Moscú a Daria Dugina, hija de un destacado líder nacionalista ruso. Ucrania negó la autoría del atentado y EEUU negó cualquier tipo de participación. Meses más tarde, los servicios de inteligencia de EEUU concluyeron que partes del Gobierno ucraniano habían autorizado el ataque. Washington reprendió entonces a Ucrania por lo sucedido, según informaron fuentes del Gobierno a The New York Times.
¿Cómo responderá Rusia?
“Una ofensiva vacilante con muchas bajas, ataques en Rusia, drones sobre el Kremlin, un Día de la Victoria limitado y una posible contraofensiva de Ucrania. Son muchos contratiempos a la vez. El impulso de tomar represalias será probablemente fuerte, para ‘mostrar determinación’, pero el tiempo dirá si lo hacen”, ha señalado Dara Massicot, investigadora en Rand Corporation especializada en temas de defensa en Rusia.
En su comunicado, el Kremlin ha dicho que “se reserva el derecho a tomar medidas de represalia donde y cuando lo considere oportuno”.
“En el frente retórico, el Kremlin va a por todas. Al calificarlo de 'acto terrorista' y atentado contra la vida de Putin, están avivando muy claramente las llamas de la venganza por parte de la población”, ha señalado en Twitter Sam Greene, profesor en Instituto Rusia de la universidad King's College de Londres.
“La clase política, los medios de comunicación del Kremlin y los blogueros amigos piden 'la destrucción total' del Gobierno ucraniano y el propio Kremlin no les pone freno, al menos de momento” dice Greene. “Hasta ahora, el público parece estar respondiendo de la manera que el Kremlin probablemente desea. Un rápido vistazo a los chats de Telegram favorables al Kremlin sugiere que las respuestas del público son, en todo caso, aún más estridentes que las de los políticos”.
En este sentido, el experto cree que esto también tiene sus riesgos: “La crítica más común que veo en los Telegram a favor del Kremlin es que la gente espera que la respuesta del Gobierno sea débil o inexistente. Si la respuesta no está a la altura de la retórica, la gente se dará cuenta”. Greene cree que a partir de ahora hay que fijarse si la retórica de este miércoles se refleja en los próximos discursos de Putin y en el marco general de la guerra de cara al Día de la Victoria (9 de mayo). “Si vemos un cambio, puede sugerir que el Kremlin no está seguro del compromiso público con la causa”.
Durante la noche del miércoles al jueves se han producido nuevos ataques con misiles y drones sobre varias ciudades ucranianas. Los 18 drones lanzados contra Kiev han sido derribados, pero tres de ellos impactaron en una zona de una residencia escolar en Odesa sin provocar heridos. En fragmentos de los drones se puede leer “por Moscú” y “por el Kremlin”, informa The Guardian.