EEUU acelera la vacunación: miles de farmacias, webs de voluntarios para reservar citas y 600 millones de dosis
Un verano con vacunas para los más de 300 millones de estadounidenses. Ese es el objetivo del presidente Joe Biden, que insiste en que para finales del mes de julio, “todos los estadounidenses que lo deseen podrán estar vacunados” contra la COVID-19. Para entonces Pfizer y Moderna habrán entregado más de 600 millones de dosis, más de las comprometidas inicialmente, según anunció Biden, es decir, suficientes para vacunar a toda la población adulta.
Para alcanzar ese objetivo estival el Gobierno de Biden ha aumentado el número de dosis de la vacuna que envía a los estados semanalmente a 13,5 millones y ha duplicado el número a dos millones de dosis por semana para las farmacias y droguerías. Ahora participan unas 6.500 farmacias y se espera que, eventualmente, sean 40.000 en todo el país.
Hasta ahora más del 12% de la población, o 40 millones de personas, ha recibido al menos una dosis de la vacuna.
En esta primera fase de la distribución solo puede acceder a la vacuna la población más vulnerable y los trabajadores esenciales. Pero el Gobierno no se atreve a dar una fecha específica de cuándo el resto de la población podrá acceder a las dosis de Pfizer-BioNTech, Moderna o Johnson&Johnson. Tanto Biden como el principal epidemiólogo del Gobierno de Estados Unidos, Anthony Fauci, señalaron en un inicio que todo el mundo que quiera podría acceder a la vacuna en abril, pero en sus últimas declaraciones ambos han pospuesto la fecha a finales de mayo o principios de junio.
La razón de este cambio en el calendario, según Fauci dijo a la CNN este martes, es que el Gobierno esperaba “considerablemente más” dosis iniciales de Johnson&Johnson. La compañía con sede en Nueva Jersey anunció que proporcionará a Estados Unidos 100 millones de dosis para el finales de junio.
¿Quién se puede vacunar ahora?
Pese a que las vacunas son distribuidas por el Gobierno, cada estado decide quién puede recibirlas en esta primera fase.
En Nueva York, por ejemplo, pueden acceder a las dosis los mayores 65 años, las personas con ciertas condiciones médicas que aumenten el riesgo de sufrir una enfermedad grave por el virus y los trabajadores esenciales: el personal sanitario, trabajadores de funerarias, docentes, empleados del transporte público y trabajadores de la restauración, entre otros.
Entretanto, por ejemplo en Utah, solo dan las dosis a los mayores de 70 años, al personal sanitario y a los maestros. También hay otros criterios que manejan los estados, como priorizar a las personas que cuidan de otras.
Jack A. R., un septuagenario que terminó en diciembre un tratamiento para combatir un cáncer y que vive en Massachusetts, cuenta que recibió esta semana su primera vacuna, pero no lo hizo por ser una persona de riesgo o por su edad, sino por tener a su cargo a una anciana que es casi tres décadas mayor que él, ya que en este estado -que ya está en la fase dos de su vacunación- solo pueden vacunarse los mayores de 75 años y los trabajadores esenciales.
Para recibir la vacuna todavía no es suficiente con ponerse en una fila y enseñar una identificación o carta de trabajo, sino que hay que pedir una cita previa. La mayoría de los centros y farmacias anuncian y dan sus citas a través de internet, lo que en algunos casos puede dificultar el acceso.
Adriana Scamparini, una neoyorquina de 45 años, dice que tardó 18 horas en poder conseguir una cita para su padre y que ahora, que le ha cogido el tranquillo a las diferentes webs que la Gran Manzana ofrece para conseguir una cita y tiene sus claves guardadas, se dedica a ayudar a que otros ancianos y trabajadores esenciales se hagan con sus dosis. Dice que ya ha conseguido más de 70 citas.
El caso de Scamparini no es único. También hay desarrolladores de Nueva York, California o Massachusetts que han utilizado sus conocimientos para crear webs que simplifiquen el proceso.
Frenar el “turismo de vacunas”
Con las llegadas de las vacunas a Estados Unidos: el “turismo de vacunas”. Uno de los principales receptores de este tipo de viajes ha sido Florida, que administra vacunas sin pedir la residencia.
Los casos más sonados han sido los de algunos famosos -como el presentador mexicano Juan José Origel o las estrellas de la televisión argentina Yanina Latorre y Ana Rosenfeld- que compartieron en las redes sociales que aprovecharon sus visitas a Florida para recibir la vacuna. Este tipo de turismo ha hecho que los residentes de Florida se vean obligados a esperar días para conseguir cita y que crezca el miedo a que no haya segundas dosis para todo el mundo.
Al ser Florida un estado con muchos residentes temporales, principalmente jubilados, el estado no podía aplicar un veto a los mayores de 65 años que no vivan permanentemente en Florida. Según explica el Departamento de Salud de Florida a elDiario.es, la solución ha sido aceptar sólo a los “residentes a tiempo parcial”, es decir, a aquellas personas que vivan en el estado durante un “periodo de al menos 31 días consecutivos el año”. Entretanto, junto a un documento de identificación, el solicitante de la vacuna tiene que enseñar una “prueba de residencia” que va desde una hipoteca a una factura.
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