El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha advertido: “Si se hace daño a un estadounidense, responderemos”. Mientras, las fuerzas estadounidenses atacaban este viernes por la noche más de 80 objetivos en Irak y Siria en un amplio asalto aéreo contra supuestas instalaciones pertenecientes a milicias vinculadas a Irán y a la Guardia Revolucionaria de Teherán.
El presidente estadounidense ha dicho que los ataques se habían lanzado en represalia por el ataque con drones que mató a tres soldados estadounidenses en Jordania el pasado domingo, y añadió: “Nuestra respuesta ha comenzado hoy. Continuará en los momentos y lugares que elijamos”.
El mando central del Ejército de EEUU (Centcom) afirmó que había atacado con más de 125 bombas en una ofensiva que tuvo lugar alrededor de la medianoche hora local, en lo que se describió como el primero de múltiples ataques contra los grupos.
“Las fuerzas militares estadounidenses atacaron más de 85 objetivos, con numerosos aviones, entre ellos bombarderos de largo alcance procedentes de Estados Unidos”, declaró el Centcom en un comunicado. Las incursiones se dirigieron contra instalaciones que se cree que están controladas por la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) y grupos afines.
Los objetivos incluían operaciones de mando y control, centros de inteligencia, cohetes y misiles, logística e instalaciones de la cadena de suministro de municiones, según el Centcom, pero no estaba claro la precisión de los ataques ni las bajas que habían causado.
Los primeros informes desde el terreno fueron limitados. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos declaró que al menos 18 combatientes proiraníes habían muerto en el este de Siria en ataques que se creía habían sido llevados a cabo por Estados Unidos.
Los bombardeos han dejado al menos muertos en ambos países, según ha informado este sábado el Gobierno iraquí y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido, y el Gobierno iraquí. Al menos 23 personas han muerto en el este de Siria y el Gobierno iraquí denunció que al menos 16 personas, entre ellas varios civiles, han muerto en el oeste del país.
Según el Observatorio, en Siria se destruyeron al menos 26 emplazamientos importantes de grupos proiraníes, incluidos depósitos de armas. Los aviones de guerra destruyeron, además, 17 posiciones en la provincia oriental de Deir ez-Zor, en tres ataques dirigidos contra al-Mayadeen y uno contra Albu Kamal, cerca de la frontera iraquí.
Un almacén de armas y un centro de mando pertenecientes a grupos proiraníes también fueron atacados en el oeste de Irak, a lo largo de la frontera con Siria, con el resultado de al menos “algunos heridos”, dijeron dos fuentes de seguridad iraquíes a la Agence France-Presse.
Un portavoz militar iraquí, Yahya Rasool, dijo que los ataques aéreos estadounidenses se lanzaron contra zonas fronterizas iraquíes y advirtió de que los ataques podrían encender la inestabilidad en la región. “Estos ataques aéreos constituyen una violación de la soberanía iraquí, socavan los esfuerzos del gobierno iraquí y suponen una amenaza que podría llevar a Irak y a la región a consecuencias nefastas”.
Fuentes del Gobierno estadounidense declararon a la CNN que Estados Unidos no tenía previsto bombardear Irán, lo que representaría una escalada significativa. Fuentes de la Administración han subrayado en repetidas ocasiones que Washington no tiene intención de entrar en guerra con Irán, a pesar de la acusación de que había armado a los grupos responsables del ataque de la Torre 22 en Jordania el pasado domingo.
Irán también ha advertido previamente a Estados Unidos de que no lance ningún ataque directo sobre territorio iraní, advirtiéndole de una respuesta rápida y dramática si Estados Unidos lo hiciera.
Lloyd Austin, secretario de Defensa estadounidense, subrayó que estaban previstos nuevos bombardeos. “Este es el comienzo de nuestra respuesta”, declaró, añadiendo que “el presidente ha ordenado acciones adicionales” contra la Guardia Revolucionaria iraní y lo que denominó milicias afines, responsables de sus ataques contra fuerzas estadounidenses y aliadas.
John Kirby, portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, dijo que los ataques duraron unos 30 minutos. “Estas operaciones de respuesta comenzaron esta noche. No van a terminar esta noche: habrá respuestas adicionales, habrá acciones adicionales, diseñadas para poner fin a estos ataques y erosionar la capacidad del IRGC.”
Los 85 objetivos estaban agrupados en siete lugares diferentes: cuatro en Siria y tres en Irak, según fuentes estadounidenses. El teniente general Douglas Sims, director de operaciones del Estado Mayor Conjunto, dijo que el momento de los ataques fue determinado por el clima.
“Los primeros indicios apuntan a que golpeamos exactamente lo que queríamos golpear, con una serie de explosiones secundarias asociadas a los emplazamientos de munición y logística”, dijo Sims, aunque esto no ha podido ser verificado.
El jueves, Estados Unidos dijo que culpaba a la Resistencia Islámica en Irak, una coalición de milicias vinculadas a Irán, del ataque con drones del pasado fin de semana contra la base logística Torre 22 en Jordania, cerca de la frontera con Siria e Irak. Tres militares del ejército estadounidense murieron tras el ataque nocturno a sus alojamientos y más de 80 resultaron heridos.
Biden prometió el martes que habría una respuesta militar, y el jueves Austin dijo que sería “de varios niveles”, añadiendo: “Queremos que los responsables rindan cuentas”.
Borrell: “Todo el mundo debería intentar evitar que la situación se convierta en explosiva”
La UE lleva desde el inicio de la guerra en Gaza llamando a la calma para que la violencia no se extienda por toda la región. Por eso los ministros de Exteriores, que mantienen este sábado una reunión informal en Bruselas, se han levantado con preocupación. “Todo el mundo debería intentar evitar que la situación se convierta en explosiva”, ha afirmado el alto representante, Josep Borrell, informa Irene Castro.
“Estamos asistiendo a una serie de ataques transfronterizos, donde hay proxys de otras fuerzas que no hacen sino aumentar la tensión y pueden provocar una situación muy grave”, ha señalado el jefe de la diplomacia europea en referencia a Irán. Borrell ha calificado la situación en Oriente Medio como “una olla que puede explotar”.
Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha condenado los ataques terroristas que sufrió Estados Unidos. “Esta es la respuesta a esos ataques”, ha dicho: “Todos tenemos que contribuir a que termine el terrorismo en Oriente Medio. Los ataques terroristas no contribuyen en nada a terminar esta espiral de violencia”.
El Ministerio de Exteriores de Irán también ha afirmado este sábado que los ataques estadounidenses constituyen una violación de la soberanía de Irak y Siria y ha advertido que solo contribuirán a incrementar la tensión en Oriente Medio.
El jefe de la diplomacia iraní ha añadido que los bombardeos “son otra aventura y error estratégico del Gobierno estadounidense, que no tendrá otro resultado que la escalada de la tensión y la inestabilidad en la región”, en palabras de Naser Kananí, quien ha asegurado que las ofensivas incumplen “el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas”.
El portavoz de la cancillería de Irán ha advertido además sobre el peligro de ampliar las dimensiones y la geografía de la guerra y el conflicto en la región, alertando que “tales aventuras amenazan la paz y la seguridad regionales e internacionales”.
165 ataques desde el 7 de octubre
Las bases estadounidenses en Irak y Siria han sido atacadas más de 165 veces desde el 7 de octubre, inicio de la guerra entre Israel y Hamás, por milicias de ambos países vinculadas a Irán. Sin embargo, el martes, Kataib Hezbollah, el grupo iraní sospechoso por Estados Unidos de haber llevado a cabo el ataque de la Torre 22, declaró que había suspendido la actividad militar contra las “fuerzas de ocupación”.
Afirmó que quería evitar poner en una situación embarazosa al gobierno iraquí, que en el pasado se ha quejado públicamente de los ataques de represalia estadounidenses contra milicias vinculadas a Irán, alegando que equivalían a una violación de su soberanía.
Los ataques aéreos no se produjeron hasta la noche del viernes, pocas horas después de que Biden asistiera a un solemne ritual militar en una base aérea de Delaware por el regreso de los tres soldados muertos. Biden no habló en el homenaje, pero sí se reunió con las familias de los fallecidos.
Aunque Estados Unidos se ha librado de sus guerras en Irak y Afganistán, las crecientes tensiones en Oriente Próximo, desencadenadas por la matanza de Israel en Gaza, amenazan con arrastrar de nuevo a las fuerzas estadounidenses al conflicto regional.