Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Elecciones EE.UU. 2020
La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada
ENTREVISTA
Analista de encuestas de Real Clear Politics

Sean Trende: “Si Trump pierde en Florida es muy improbable que sea presidente. Si gana allí por más de tres puntos, es muy probable que lo sea”

Personas esperan en fila para votar en las elecciones presidenciales de EE.UU. durante el primer día de votación anticipada en Miami, Florida, EE.UU., el 19 de octubre de 2020. EFE/EPA/CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH

María Ramírez

24 de octubre de 2020 21:53 h

6

Sean Trende es analista jefe de encuestas en Real Clear Politics, un agregador de sondeos electorales de Estados Unidos que nació en 2000, es decir una década antes de que se pusieran de moda los modelos y las medias de encuestas. La web sigue siendo una referencia para chequear cómo van los sondeos con pocos filtros e incluye artículos de fuentes diversas, aunque su línea editorial ha sido descrita como conservadora. En 2016, la media de las encuestas de RCP se quedó muy cerca del resultado final. 

Trende es también el autor de The Lost Majority, un libro publicado en 2012 donde predecía que los demócratas perderían el Medio Oeste, la coalición de votantes de Obama no aguantaría y los republicanos tendrían un partido muy débil donde podía ser popular alguien como Donald Trump. Ahora es uno de los más cautos a la hora de predecir su derrota, pero cree que el presidente lo tiene muy difícil. 

Las encuestas nacionales y las encuestas en estados clave parecen indicar claramente que Joe Biden va a ganar. Según los números que está viendo, ¿cree que eso va a suceder?

No hay duda de que Biden está por encima en un número sustancial de encuestas nacionales, pero hay que tener en cuenta dos cosas. En primer lugar, cada elección nos recuerda que el presidente de Estados Unidos no se elige por la mayoría del voto nacional, sino por la mayoría del colegio electoral, donde cada estado tiene un número determinado de votos. Cuando miras las encuestas por estados, el margen es más estrecho ahora mismo. En Pensilvania, que probablemente será el estado que le dé a Joe Biden su voto electoral número 270 para ganar, Biden está cuatro puntos por encima. Es decir, no está muy cerca, pero ciertamente puede cambiar en dos semanas. 

En segundo lugar, en cualquier año, las encuestas se pueden equivocar. Hay una tendencia internacional por la que los partidos populistas tienden a sacar mejores resultados que lo que reflejan las encuestas. Creo que eso pasó en las elecciones españolas también con Vox. Y también en otros países. Definitivamente, Biden va por delante, pero no es una ventaja asegurada. 

¿Cuáles son las similitudes y las diferencias con las encuestas en este mismo punto en 2016?

En realidad, las encuestas de los estados se parecen bastante a las de 2016. Es un motivo para estar nervioso. Si coges los estados clave, Joe Biden está casi exactamente igual que Hillary Clinton en el mismo punto. Pero hay un par de aspectos importantes.

El primero es que nos gusta pensar que los encuestadores han corregido algunos errores ya que han pasado cuatro años arreglando lo que que falló, así que tal vez estén haciendo un trabajo mejor esta vez. Las encuestas de 2018, en las elecciones de mitad de mandato, fueron regulares así que estoy un poco nervioso con eso. La otra cosa es que la ventaja de Biden ha estado estable en seis o siete puntos durante casi todo el ciclo electoral, a veces un poco menos, a veces un poco más. Esto es diferente de 2016 donde había giros salvajes en el porcentaje de voto.

¿Hay menos votantes indecisos?

Ésa es otra historia también. Hay claramente muchos menos votantes indecisos. Tal vez el 4-5% de los votantes están indecisos. Sinceramente, muchos de esos ya no van a votar. Y eso es muy diferente de 2016, cuando Hillary Clinton tenía una ventaja de menos puntos, 45 contra 42, la carrera estaba mucho más ajustada y había muchos más votantes indecisos. Eso es también un problema para Donald Trump, que ahora no tiene muchos más votantes a los que pueda convencer. 

¿Cuáles cree que fueron los principales problemas en las encuestas hace cuatro años?

La teoría es bastante clara. Tradicionalmente en Estados Unidos, en las encuestas de votantes querías asegurarte de tener suficientes afro-americanos, hispanos y blancos en tu muestra. Si no tenías suficientes votantes de cada grupo, lo que hacías era calibrar sus respuestas para tener una muestra que fuera representativa de Estados Unidos. No tenías que prestar demasiada atención a la educación porque los blancos con estudios universitarios y los blancos sin estudios universitarios votaban más o menos lo mismo. Así que no importaba si tenías demasiados blancos universitarios. Pero eso empezó a cambiar en 2014, y en 2016 la brecha entre los blancos con y sin estudios universitarios fue enorme: una de las mayores que hemos visto en los últimos 40 años. Así que de repente los encuestadores que no estaban prestando demasiada atención a la educación tenían demasiados blancos con estudios universitarios en sus muestras. Y creemos que ésa fue la causa del lío. 

Esperemos que ahora hayan controlado la educación para asegurarse de que tienen suficientes blancos sin estudios universitarios en la muestra y que con eso se arregle. 

¿Pero ve que hayan mejorado las encuestas en el Medio Oeste?

Bueno, en 2018, en las elecciones de medio mandato, las encuestas fueron sólo regulares. Supuestamente tenían que haber sido elegidos gobernadores demócratas en Ohio, Iowa y Florida. Creo que Mike DeWine, el gobernador republicano de Ohio, no iba por delante en ninguna encuesta y acabó ganando por un margen cómodo… También fallaron en carreras al Senado en Florida, Misuri e Indiana, donde tenían que haber ganado demócratas según las encuestas. Vimos el mismo tipo de errores que en 2016, aunque no fueran de la misma magnitud. Por eso estoy un poco nervioso.

¿Va a ser el Medio Oeste decisivo? Usted ya escribió en 2012 que los demócratas lo iban a perder y pasó en 2016…

Sí. Si hicieras una encuesta entre analistas de sondeos y les preguntaras cuáles son los estados clave, diferentes personas te darían respuestas diferentes, pero creo que todos incluirían los mismos seis estados: en sur, Florida y Carolina del Norte; en el Oeste, Arizona; en el Medio Oeste, Pensilvania, Michigan y Wisconsin. Tal vez alguna gente añadiría Minesota, tal vez otra, Georgia. Esos seis estados fueron el núcleo de 2016 y muchos de esos estados están en el Medio Oeste industrializado donde los blancos sin estudios universitarios son la clase trabajadora y la base de votantes. 

¿Biden puede cambiar esa tendencia de giro republicano del Medio Oeste o puede compensar esa pérdida con otras regiones del país?

Hay dos tipos de dinámicas en marcha.

La primera es que los blancos con estudios universitarios han girado hacia los demócratas en los últimos años. Y el hecho de que los suburbios (los barrios residenciales de las afueras) se hayan convertido en demócratas tiene un impacto más grande en estados como Texas, Arizona y Georgia. Ésa es la parte de la estrategia de Biden del Cinturón del Sol (los estados del sur de costa a costa).

También está el hecho de que Biden es un tipo de perfil ciertamente más de la clase obrera que Barack Obama o Hillary Clinton. Probablemente más que muchos otros. Es el primer candidato demócrata desde Walter Mondale que no tiene un título de una universidad de la Ivy League (las universidades más prestigiosas y de difícil acceso de Estados Unidos). Tiene más caché entre la clase obrera y ésa es una de las razones por las que sale razonablemente bien en las encuestas de estas zonas de clase obrera. 

Usted defiende que hay que mirar a la media de aprobación general de Trump para detectar si tiene más apoyos de los que parece en las encuestas de voto, pero no se ha movido mucho en las últimas semanas…

Está parado en 44 o 44 y algo, que creo no es suficiente para que Trump gane. Debería ser más como el 46 ó 47 por ciento para que tuviera una oportunidad de victoria. Si calculas que los presidentes normalmente sacan un punto más que su nivel de aprobación, ahora mismo eso le llevaría al 45-46%, luego habría dos puntos para terceros partidos y así queda la ventaja de Biden de entre seis y ocho puntos que hemos visto durante todo el ciclo electoral en las encuestas.

¿A Trump le da tiempo a recuperarse en los días que quedan hasta el 3 de noviembre?

A veces pasan cosas en los últimos días antes de las elecciones y el electorado se mueve en una u otra dirección. Y no tiene por qué ser un movimiento masivo para que Trump gane, sinceramente. Si está cuatro puntos por debajo en Pensilvania, eso significa que un 2% de los votantes pueden cambiar de voto y puede haber diferencias por la participación. Hay tiempo, pero no creo que sea muy probable. 

¿Cómo ganaría Biden? ¿Con la coalición de Obama?

Creo que estamos viendo algo nuevo. Habrá que ver cómo queda la votación. El hecho de que a los demócratas les vaya bien con los blancos con estudios universitarios no es algo que viera necesariamente hace una década. También estamos viendo algunas evidencias de a que Donald Trump le está yendo mejor con votantes no blancos porque está centrándose en un mensaje sobre la economía para ellos. Aunque mucho depende de los detalles, creo que la coalición de Biden será distinta de lo que hemos visto en el pasado. 

Usted ha sido muy escéptico sobre el impacto del voto hispano. ¿Cómo lo ve ahora? 

Las encuestas muestran ahora que a Donald Trump le va bien, con un 33% de intención de voto entre los hispanos, que sería bastante chocante considerando sus declaraciones hostiles. El problema con el voto hispano es que no está distribuido de manera muy eficaz. Está concentrado en estados como California, que es muy demócrata, y estados como Texas, que están cambiando ahora pero que todavía es muy republicano. 

Incluso si a Donald Trump le fuera 10 puntos mejor o 10 puntos peor de lo que sugieren las encuestas con los hispanos probablemente con el colegio electoral no importaría demasiado. 

¿Cambiará Texas al lado demócrata estas elecciones?

Probablemente faltan uno o dos ciclos electorales para eso, pero hay una posibilidad de que vote demócrata esta vez. Cuando la gente piensa en Texas tal vez piensa en caminos de arena, cowboys, y esas cosas. Pero alrededor del 70% de los votantes están en grandes zonas metropolitanas como Dallas, Houston y San Antonio. También hay tierra de cowboys, pero no hay mucha gente que viva ahí. Y ahora que los suburbios se están volviendo en contra de los republicanos, eso tiene un gran impacto en Texas. 

Texas es un premio gordo en votos electorales, ¿no será un gran problema para el futuro del partido republicano?

Si Trump pierde, y dependiendo de cómo perdiera, va a haber una gran pelea en el partido republicano sobre cuál es el futuro.

Habrá algunos que quieran seguir en la vía de Trump que dirán que la culpa de que no haya sido elegido es de los never-Trumpers republicanos. Habrá una coalición que querrá volver a las conclusiones de la autopsia de las elecciones de 2012 (cuando perdió Mitt Romney y la conclusión fue que el partido debía buscar candidatos moderados que se acercaran a los hispanos) para hacer un partido más inclusivo y diverso. Habrá un tercer grupo en el medio que intentará defender el núcleo del trumpismo sin la retórica insultante para volver a atraer a los votantes de los suburbios. Si coges la coalición básica de Trump y traes de vuelta algunos de esos votantes de los suburbios tienes una coalición bastante poderosa.

Siempre hay una pelea cuando un partido pierde y esto no va a ser una excepción. 

¿Consiguió Trump unir a las almas del partido republicano? Los conservadores, los libertarios, los obreros…

Ése es el problema que tiene ahora. En 2016, consiguió unir partes diferentes de la coalición porque todos estaban de acuerdo en que no querían a Hillary Clinton. Para quien no haya vivido en Estados Unidos es difícil entender lo controvertida que es la figura de Hillary Clinton desde que fue primera dama en 1992. Muchos republicanos a los que no les gustaba Trump decidieron que no podían tener a Clinton de presidenta.

Joe Biden no es ni de lejos tan polarizador. Y creo que por eso parece que Biden está recogiendo votantes tradicionalmente republicanos. 

¿Cuál cree que va a ser el factor predictivo del voto en estas elecciones? ¿Raza, educación, edad?

La educación está emergiendo como una de las claves de la brecha y también la diferencia entre las zonas rurales y urbanas que no estaba necesariamente tan marcada hace unos años. La edad es interesante porque los demócratas no han conseguido ganar entre los jubilados desde las elecciones de 2000 y ahora las encuestas muestran que Biden los está ganando por 20 puntos. Esto me hace estar un poco inquieto porque me pregunto si las encuestas se están equivocando ahí. Ésa podría ser la razón por la que las encuestas no son correctas. Pero tendremos una idea de qué ha pasado la noche de las elecciones. 

¿La pandemia ha afectado a la manera de hacer encuestas? ¿Puede ser un problema?

Es una preocupación. La gente no está viviendo en sus rutinas normales. Tienen mucho estrés. Están muy ocupados. Muchas escuelas están cerradas así que los padres y los profesores están trabajando y enseñando en casa. Estamos preocupados de que la gente no responda de la misma manera que en el pasado. 

¿Qué va a mirar la noche de las elecciones? ¿Algún grupo particular o algún condado que pueda indicar pronto qué ha pasado?

Los colegios electorales en Florida cierran pronto. Y Florida es tradicionalmente rápida contando votos. Si Trump pierde Florida en la noche electoral es muy improbable que sea presidente. Si gana por más de tres puntos, es muy probable que sea presidente.  

Creo que vamos a poder leer los posos del café ahí. Si el resultado está en un margen entre uno y tres puntos a favor de Trump, eso significará que van a ser unas elecciones muy ajustadas y que el recuento se puede alargar durante un mes o así. 

¿Está mirando a sitios tradicionalmente republicanos como Virginia Occidental y Alaska, donde Trump no tiene tantos apoyos como en 2016?

En Virginia Occidental creo que le va a ir muy bien. Alaska es un caso interesante. Es un estado raro. No me sorprendería que viéramos algo distinto. 

¿Cuál va a ser el factor clave de estas elecciones? ¿La pandemia ha cambiado las cosas para Trump?

Ciertamente no le ayudó. Una de las cosas sorprendentes es que si preguntas en quién confías más para la economía la gente contesta más Trump que Biden y tradicionalmente la mayoría de la gente vota por su bolsillo. Pero nunca antes hemos tenido unas elecciones durante una pandemia. Así que creo que la gente está votando con la preocupación de covid-19, más que pensando en la economía. Y está cambiando la manera en la que vota la gente, que quiere evitar los colegios electorales el día de las elecciones. Lo que estamos viendo es mucho voto temprano y voto por correo.

¿Cree que vamos a saber la noche de las elecciones quién ha ganado?

Vamos a saberlo si Donald Trump pierde Florida claramente. Entonces se acabó, está cantado, aunque esperemos a que todos los votos estén contados en otras partes del país. Pero realmente ya sabremos quién va a ser el presidente. Si Trump ganara por poco, dos o tres puntos, en Florida, entonces vamos a estar ahí mucho tiempo. 

¿Cómo ve el futuro de los partidos más allá de 2020?

Depende de cómo pierdan o ganen los candidatos.

Trump podría ser elegible para presentarse otra vez. Si pierde por poco, hay una posibilidad razonable de que se presente otra vez. En 2024, podríamos ver un Biden de 81 años contra un Trump de 78. Si Trump gana, veríamos mucha energía del lado del partido demócrata de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez para intentar transformarlo en un partido socialdemócrata que sería más del estilo de los europeos. Si Trump pierde por mucho, veremos a algunos republicanos intentando resucitar el republicanismo estilo Mitt Romney. Y veremos a algunos republicanos insistiendo más en el trumpismo.

Creo que el camino más probable para los republicanos es que intenten mezclar este populismo con el intento de atraer de vuelta a los residentes de los suburbios. 

En su libro de 2012 señalaba que el hecho de que Trump fuera tan popular cuando sugirió que se podía presentar entonces a las primarias era señal de la debilidad del partido republicano. ¿Todavía cree eso?

Sí. Uno de los factores definitorios de Estados Unidos es que tenemos partidos débiles comparados con los partidos europeos. Los partidos no determinan quiénes son los candidatos. Se eligen en primarias donde los votantes seleccionan candidatos literalmente hasta para el forense del condado. No sé cuál es la manera demócrata o republicana de certificar la muerte de alguien, pero aparentemente existe. 

Por lo que sea, el partido republicano ha sido más débil como institución que el partido demócrata. La cuestión mirando hacia adelante es si hay un patrón en el que el partido republicano se va a reforzar. Cómo se desarrolle eso influirá en la configuración del país. 

Etiquetas
stats