Casi dos años después de la Declaración conjunta de España y Marruecos, el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, ha afirmado que las relaciones con España “están en su mejor momento” y que “nunca han llegado a este nivel de fuerza, solidez y confianza”. Bourita, quien también ha calificado a España de “vecino ejemplar”, ha recibido este jueves en Rabat a su homólogo español, José Manuel Albares, de visita oficial al reino.
Bourita ha añadido que las relaciones entre ambos países se han reforzado desde la firma de la 'hoja de ruta' en abril de 2022 y están basadas en el trabajo “día a día”, en la confianza y en el respeto mutuo, que se traduce en evitar “las decisiones unilaterales”. Eso hace posible que los dos vecinos pueden abordar cuestiones sensibles y estratégicas, como la cooperación en emigración, seguridad y economía, ha explicado el ministro, según la Agencia EFE.
Albares también ha coincidido en que la relación con Marruecos “nunca había sido tan intensa como fructífera para ambos (...) en muchas décadas”. En ese sentido, ha destacado que los intercambios comerciales entre los dos países marcaron un récord en 2022, superando los 20.000 millones de euros “con un crecimiento de dos dígitos”, y ha dicho que en 2023 se espera romper otro récord.
Como no podía ser de otra forma, en la reunión ha estado sobre la mesa la migración y Albares ha felicitado a Marruecos por su “trabajo excepcional” para controlar los flujos migratorios que, en estos momentos, provienen sobre todo de la zona del Sahel, según ha especificado el ministro. Tras su visita a Rabat, Albares viajará a Senegal y Mauritania y abordará la cuestión migratoria con sus homólogos de ambos países africanos, según EFE.
La agencia oficial de noticias marroquí, MAP, ha destacado que Albares ha declarado en Rabat que “la posición de España respecto al Sáhara no ha cambiado. Es la misma expresada en la Declaración conjunta adoptada el 7 de abril de 2022”, en la que el Gobierno español reconocía “la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo”.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio en la primavera del año pasado un giro repentino en la política española respecto al Sáhara Occidental, apoyando el plan de autonomía marroquí para esa región y posicionándose al lado de Rabat en el histórico conflicto, lo cual le valió las críticas de todos los partidos. Sánchez defendió en aquel momento que “España no se ha desentendido de la causa del pueblo saharaui”, tal y como denunciaron los propios saharauis y también colectivos españoles.
Según MAP, Bourita y Albares han expresado “el firme compromiso de los dos países para perpetuar su prometedora cooperación, continuando la aplicación de los elementos de la hoja de ruta (...), acelerar su aplicación e identificar nuevas vías de asociación”.