La mayoría de los españoles piensa que los procesos electorales son vulnerables. Que se puede llegar a votar dos veces, que los votos se subastan y que un tercero –ya sea Estado o grupo malévolo– puede influir en beneficio propio.
Estas son las conclusiones que se extraen el último Eurobarómetro publicado por la Comisión Europea. España, en lo que se refiere a estos asuntos, se encuentra a la cabeza de Europa, junto con Rumanía, Letonia, Bulgaria y Croacia. En el extremo opuesto, se sitúan Finlandia y Estonia.
Eso sí, la preocupación por las campañas de desinformación tienen más que ver con las fake news en Facebook que con los gabinetes de comunicación de los poderes políticos y económicos.
En cuanto al potencial fraude electoral o ataque cibernético en caso de que el voto sea por correo o electrónico, en todos los países menos uno la mayoría de los encuestados se mostraba preocupado. En primer lugar, España (77%), y luego Reino Unido e Irlanda (ambos 75%). La única excepción es Estonia, donde la opinión está dividida (46%), seguida de Eslovaquia (48%) y Eslovenia (50%).
Cuando se preguntaba a los encuestados por la influencia de terceros, a la mayoría de les preocupaba que los votantes fueran manipulados, comandados por España (71%), Hungría (65%), Irlanda, Rumanía y Bulgaria (todos 63%). En el otro extremo, el 42% en Eslovenia; el 44% en Estonia; y el 45% en Finlandia, los Países Bajos, Dinamarca y Suecia también se mostraban preocupados.
En 23 países de los 28, la mayoría de los encuestados estaban preocupados por la manipulación de las elecciones a través de ataques cibernéticos. Una vez más, a la cabeza se situaban los de España (74%), a la que seguían Reino Unido (67%) y Rumanía (66%). En el otro extremo de la escala, el 42% en Estonia, el 45% en Eslovaquia y el 46% en Chipre y Eslovenia estaban preocupados por los ataques cibernéticos.
La preocupación sobre la posibilidad de que actores extranjeros y grupos criminales influyeran en las elecciones de manera encubierta fue mencionada ampliamente por los encuestados en Letonia (69%), España (67%) e Italia (66%) en particular
Bulgaria (72%), España (71%) y Rumanía (66%) tienen la mayor proporción de encuestados que estaban preocupados por la posibilidad de que personas fueran obligadas a votar de una manera determinada, mientras que Alemania (31%), Finlandia y Estonia (ambas 36 %) tienen el porcentaje más bajo.
En 24 Estados miembros, la mayoría de los encuestados se mostró de acuerdo con que su país está haciendo lo necesario para prevenir actividades ilegales y fraudulentas durante las elecciones, con las mayores proporciones en Finlandia (88%), Suecia (87%) y los Países Bajos (86%). En el otro extremo, el 31% en Bulgaria, el 39% en Italia y el 40% en España afirmaron confiar en las medidas del Gobierno. Dinamarca (62%) y Suecia (52%) son los únicos países donde la mayoría respondió que su país “definitivamente” está haciendo lo suficiente.
Este Eurobarómetro ha sido realizado entre el 8 y el 26 de septiembre por Kantar, y la muestra es de 27.404 personas, 1.009 de ellas en España.
Las instituciones comunitarias llevan meses expresando su preocupación por que las próximas elecciones europeas sean limpias. Y no lo tienen nada claro, a tenor de que cada semana se anuncia que están trabajando en ello, que están preparando contramedidas. De ello se ha hablado esta semana en el consejo de ministros de Cultura en Bruselas, y se se ha hablado en el consejo de jefes de Gobierno de la UE.
En el recuerdo está la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, que vino acompañada de la sombra de ayudas externas, sombra que también han azuzado algunos durante el proceso catalán del 1 de octubre.
El propio presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, lo mencionó en su discurso del Estado de la Unión hace unas semanas en Estrasburgo, y lanzó una serie de medidas para reforzar la seguridad en la UE y “asegurar que las elecciones del próximo año sean libres, seguras y justas”, e incluyó recomendaciones para la “cooperación entre países, la transparencia y la protección contra ciberataques, además de contra campañas de desinformación”.
El ministro de Cultura, José Guirao, decía este martes en Bruselas en relación a la vulnerabilidad de los procesos electorales: “No ha saltado ninguna alarma en principio. No hay temor, pero hay que estar atentos no sólo por un proceso electoral, sino que cualquier ciudadano tiene derecho a una información veraz, es un derecho fundamental. No hay una alarma concreta, pero la atención y preocupación debe ser permanente”.