Una amplia mayoría de la Eurocámara, a excepción de las fuerzas de la extrema derecha, censuran el “chantaje” de Viktor Orbán a la UE y amenaza con llevar a la Comisión Europea al Tribunal de Justicia (TJUE) por el desbloqueo de 10.200 millones de euros que consideran se ha producido sin que Hungría haya cumplido sus compromisos en materia de estado de derecho. El bloqueo de Orbán a la revisión del Marco Financiero Plurianual (MFP) con el que la UE pretende financiar con 50.000 millones de euros a Ucrania, además de reajustar algunas partidas presupuestarias hasta 2027, ha protagonizado el debate de los eurodiputados con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha abandonado buena parte del mismo, pero que en su intervención inicial se ha mostrado convencida de que en el Consejo Europeo extraordinario del próximo 1 de febrero “una solución a 27 será posible”.
Pero la propuesta que se está negociando con el Gobierno húngaro, que supondría dividir esa ayuda en paquetes de 12.500 millones anuales fuera del MFP y que permitiría a Orbán elevar el precio del desbloqueo cada año, levanta muchas suspicacias. Así lo han expresado los eurodiputados del Partido Popular Europeo, los socialdemócratas (S&D), los liberales (Renew), los verdes (Greens/EFA) y la izquierda (The Left/GUE), que rubrican la resolución conjunta en la que exigen, además, al Consejo Europeo que dé pasos en la aplicación del artículo 7 -como ya reclamó la Eurocámara en 2018- y que puede acabar con la suspensión del voto de Hungría.
“Lamentamos profundamente que el Consejo no haya logrado avances significativos en los procedimientos en curso del apartado 1 del artículo 7 del Tratado de la UE”, recoge el texto. La ministra belga de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib, a quien corresponde la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, anunció que en junio habrá una nueva audiencia con Hungría en base a ese procedimiento. No obstante, aplicar esa medida requiere de unanimidad y Orbán ha contado hasta ahora con un socio inquebrantable, que era la Polonia de Ley y Justicia. Ahora, el populista eslovaco Robert Fico, ya ha anticipado que no apoyará una medida de ese tipo y ha dejado clara su asociación con Orbán.
Conscientes de esa difícil situación, los eurodiputados han puesto el foco en el desbloqueo de fondos para Hungría. Bruselas avaló el desembolso de 10.200 millones de euros para Budapest en diciembre, cuando Orbán amenazó con bloquear la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania, que era el gran hito político de la UE en su apoyo a Volodímir Zelenski. El primer ministro abandonó la sala del Consejo Europeo para permitir que se tomara esa decisión; pero mantuvo el veto a la revisión del Marco Financiero Plurianual.
La resolución de la Eurocámara, que se votará este jueves pero cuenta con mayoría para salir adelante, mandatan a la comisión de Asuntos Jurídicos para que analice una demanda contra la Comisión Europea ante el TJUE al considerar que no se daban las condiciones para realizar ese desembolso mientras que el gobierno comunitario sostiene que ha cumplido con los cambios en su reforma judicial. “Es lo que pedimos y Hungría cumplió. Los comisarios informaron al Parlamento y están dispuestos a dar más información en cualquier momento”, ha afirmado Von der Leyen. “Nos veremos en los tribunales”, le han dicho varios eurodiputados a los representantes de la Comisión Europea.
El portavoz del PP, Manfred Weber, defendió el “éxito” de establecer la condicionalidad de los fondos a los informes sobre el estado de derecho, pero exigió “claridad” en el proceso. De hecho, su grupo ha reclamado explicaciones a la Comisión Europea a través de una carta. El vicepresidente de los socialdemócratas, Pedro Marques, aseguró que la UE “tiene que hacer gala del liderazgo y superar el chantaje de Orbán”. “Espero que a la reunión de febrero no le sobrevuele ningún desbloqueo casual de fondos”, advirtió la española Eider Garciabal.
Más duros aún fueron los liberales. “Ceder al chantaje de Orbán como se hizo en diciembre no se puede repetir. Las propuestas que se han puestos sobre la mesa para ir dividiendo anualmente o revisar a medio plazo supone abrir la puerta a Orbán para que siga chantajeándonos en los próximos años. Aténgase a los tratados, manténgase en el papel que le corresponde de guardiana de los tratados. no tienen que ceder una y otra vez a los chantajes de Orbán”, señaló Guy Verhofstad. Un paso más allá fue su compañero de filas Moritz Körner.“Usted apoya al aprendiz de Putin, que es Orbán, y va a seguir dando fondos a Hungría. Si lo hace, vamos a presentar una moción de censura contra usted”, aviso sobre una herramienta prácticamente inédita en las insittuciones europeas y que se produciría en un momento crucial al fin del mandato cuando Von der Leyen no ha anticipado si aspira a repetir otros cinco años, pero cuenta con bastante respaldo.
La presidenta de la Comisión aseguró, no obstante, que los 20.000 millones bloqueados por los ataques a los derechos del colectivo LGTBIQ+, la libertad académica y el derecho al asilo permanecerán en el cajón hasta que haya avances.
“Muchos consideran que estamos desunidos y que somos débiles”, avisó la copresidenta de los verdes, Terry Reintke en referencia a potencias como China o Estados Unidos: “Esto es culpa de un señor que está dispuesto a chantajear a los demás”. “El balance queda claro: usted cede a los caprichos de Orbán, le baila el agua, les ha secuestrado”, ha dicho la coportavoz de La Izquierda, Manon Aubry (France Insoumise), que ha asegurado, no obstante, que se usa a Orbán “como exusa” pero que el presupuesto europeo “hace tiempo que no basta ante los retos” que tiene la UE mientras se rechazan propuestas como “gravar a mutinacionales y más ricos”.
Sin embargo, los grupos de la extrema derecha se revolvieron contra la posición mayoritaria de la Eurocámara. “Hay diversidad de opiniones sobre cómo ayudar de la mejor forma posible a Ucrania. Nosotros creemos que hay que conseguir un alto el fuego y que los estados miembros deben poder crear un fondo específico y Hungría está dispuesta a contribuir”, dijo el eurodiputado del partido del Gobierno, Balázs Hidvéghi, que reclamó los fondos bloqueados para Hungría, que aseguró se trata de un “chantaje ideológico. ”La propuesta de retirar el voto a Hungría porque estaos en desacuerdo con algunos posicionamientos políticos es un nueva nueva caida a los abismos de esta Cámara. ¿Qué pasa? ¿Cuando alguien no está de acuerdo con alguien lo amordaza? Eso es una dictadura. Abandonen este alocado camino“, dijo el parlamentario obviando la deriva autoritaria en el país.
“No podemos caer en el trágico error de apartar de nosotros a naciones que forman parte de la familia europea. Me parece míope seguir atacando a Hungría. Hoy mismo vuelve a ser blanco de nuestras iras y se ceba sobre todos los húngaros”, expresó el jefe de ECR (el grupo de Vox), Nicola Procaccini.