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El feminismo gana terreno en Argentina: cómo Ni Una Menos abrió paso a la despenalización del aborto

Con la piel de gallina, pero con los pies en el suelo. Las mujeres argentinas se hicieron de nuevo con las calles, tiñeron las plazas de violeta y gritaron contra las violencias machistas, pero una de sus principales batallas, la del derecho al aborto, está muy lejos de terminar. “El triunfo llegará cuando se despenalice el aborto, todo lo anterior es una demostración de fuerza que no ha dejado de crecer”, explica el día después del 8M Sofía Veliz, abogada y activista de la organización feminista Chana.

En el año 2005, un total de 70 mujeres de diferentes colectivos se unieron para lanzar una campaña por la despenalización del aborto en el Código Penal del país. Ahora el colectivo es inmenso, las manifestaciones protagonizadas por mujeres desbordan cualquier previsión y la Cámara Baja del país ha anunciado que sí, que a la séptima, llevará a debate el proyecto de ley referente al aborto.

“El reclamo de la despenalización del aborto sale completamente reforzado. Es notable que en el año 2015, en las primeras movilizaciones de mujeres, ni siquiera se hablaba del aborto, pero esto fue virando con mucha fuerza”, reconoce Sabrina Cartabia del colectivo Ni Una Menos. “Ahora la inmensa mayoría de las mujeres se pregunta por qué esto es ilegal”. Cartabia reconoce que solo es un proyecto de ley y que todavía queda mucha andadura.

Algo parecido explica Veliz. “Parece que el proyecto se va a debatir. Lo que entiendo como militante es que se está intentando ir con cautela, porque una cosa es debatirlo y otra cosa es que salga adelante. El coste político de que se debata y no se apruebe es muy alto”, comenta la abogada. Añade también que hay una presión muy fuerte para que el proyecto se debata y se apruebe en el Parlamento. Sin embargo, después tendría que suceder lo mismo en el Senado y esto no parece tan factible. El Senado argentino es mucho más conservador.

Según los datos que maneja Amnistía Internacional, cada año se llevan a cabo 500.000 abortos clandestinos en el país. El aborto es la principal causa de muerte materna en el país. Y en 17 de las 24 provincias argentinas nacen cada año alrededor de 3.000 bebés de niñas de entre 10 y 14 años, según apunta Unicef. 

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto encabezó la marcha de este 8M en Buenos Aires y, aunque “esta no era la única reivindicación”, era la más importante. Según las organizadoras, este jueves salieron a la calle entre 700.000 y 800.000 personas solo en la capital; el año pasado lo hicieron 500.000. Del resto del país todavía no se tienen datos, aunque también estuvo muy movilizado. “Explotaron todas las plazas”, asegura Veliz.

La fortaleza del feminismo en Argentina

“Fue impresionante. Fue una demostración de la capacidad de organización que tiene el movimiento feminista, de la unidad que es capaz de demostrar frente a un Gobierno neoliberal”, dice la activista de Chana. “Fue la más grande que recordamos”, apuntan desde Ni Una Menos, “y muy impactante por dos cuestiones clave: la primera, hubo miles de mujeres que se movilizaron por primera vez; la segunda, la fuerza que tenemos para hacer reclamos a los poderes del Estado”.

Cartabia avisaba hace dos semanas en eldiario.es que era muy probable que hubiera una fuerte represión, tal y como sucedió en manifestaciones anteriores. Sin embargo, esta vez no se registró ningún incidente.

Macri se sube al carro del 8M

La jornada de movilizaciones también quedó marcada por el anuncio del presidente  Mauricio Macri. Su Gobierno va a elaborar una ley contra la brecha salarial que, en el país, supera el 27%. “No podemos permitir que una mujer gane menos que un hombre. No tiene sentido ni explicación para aquellos que trabajamos día a día con ellas”, dijo durante su discurso en Buenos Aires para conmemorar el 8M.

“Yo no le creo nada. Él es el representante del ajuste más brutal de los últimos años de este país”, dice Veliz. “Creo que se está dando cuenta de que puede capitalizar algo desde este discurso [el del feminismo], creo que muy probablemente desde dentro de su propia organización política hay algunas mujeres que le están presionando con algún tipo de perspectiva de género. A mí esto me hace mucho ruido, ¿feminismo y derecha?”, se pregunta.

Desde Ni Una Menos, reciben el anuncio, pero esperan a que se “describan los métodos y haya resultados”. “Sería muy bueno que estas intenciones las reflejase también en su Gabinete, en el que solo hay dos mujeres ministras”, concluye Cartabia.