Dos supuestos combatientes del Grupo Wagner de Bielorrusia han sido acusados de asesinar a civiles cerca de Kiev, lo que los convierte en los primeros mercenarios que afrontan acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania. Los fiscales ucranianos publicaron el martes los nombres y fotografías de ocho hombres a los que se busca por haber cometido supuestamente crímenes de guerra, incluyendo asesinato y tortura, en la ciudad de Motyzhyn. Se cree que muchos de ellos combatieron en Siria. Según los fiscales ucranianos, cinco son soldados rusos, uno es un mercenario ruso del Grupo Wagner, y los otros dos son mercenarios bielorrusos.
The Guardian ya ha informado sobre la supuesta implicación de los soldados mencionados por los fiscales en la tortura sistemática y el asesinato de civiles en Ucrania, incluyendo a la alcaldesa de Motyzhyn, su esposo y su hijo. Y ya ha habido informaciones sobre la presencia de combatientes del Grupo Wagner en Ucrania, pero estas son las primeras acusaciones contra supuestos mercenarios activos, y los primeros casos de acusados no rusos.
Qué es el Grupo Wagner
Establecido en 2014 para apoyar a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, el Grupo Wagner está supuestamente financiado por Yevgeny Prigozhin, un poderoso empresario que tiene un estrecho vínculo con Vladímir Putin y que ha sido incluido en la lista de personas afectadas por las sanciones aprobadas por los países occidentales.
Rusia ha usado combatientes pagados para apoyar a sus fuerzas desde el inicio de la guerra. Se estima que en su ofensiva sobre la región ucraniana del Donbás ha empleado entre 10.000 y 20.000 mercenarios de Siria, Libia y otros lugares, incluyendo a combatientes del Grupo Wagner, según informó un portavoz europeo el mes pasado.
Un superviviente contó a The Guardian cómo los soldados rusos que perpetraron una matanza sádica durante días en el pueblo de Motyzhyn habían descrito a Ucrania como un “cuento de hadas” en comparación con Siria.
Mercenarios con experiencia en Siria
Los fiscales ucranianos, citando al grupo de investigación de código abierto InformNapalm, dijeron el martes que Sergey Vladimirovich Sazanov, de 51 años, nacido en la ciudad bielorrusa de Rechitsa, fue uno de los cerca de 300 mercenarios del Wagner que participaron en 2018 en una ofensiva en la provincia siria de Deir ez-Zor. Otro hombre, Alexander Alexandrovich Stupinsky, de 32 años, nativo de Orsha, en Bielorrusia, fue identificado como un oficial de enlace para el pelotón de asalto de la primera compañía de reconocimiento y ataque del Grupo Wagner. El tercer hombre identificado como miembro del Wagner, Sergey Sergeevich Sazonov, de 33 años, nació en Kaliningrado y es el supuesto conductor del vehículo de comando del Grupo Wagner.
Denis Korotkov, un experto en el Grupo Wagner, confirmó que dos de los sospechosos habían trabajado para la compañía de mercenarios. “Sazonov y Stupnkitsky están en mis archivos”, dijo Korotkov a The Guardian. Según el experto, era inusual que ciudadanos bielorrusos combatieran en el grupo, puesto que podrían enfrentar penas de prisión por ello. “Es posible que Sazonov y Stupnitsky hayan combatido en Siria”, agregó. “No tienen ninguna reputación en particular, solo son combatientes regulares del Wagner”.
Ninguno de los hombres acusados está detenido y los fiscales creen que pueden encontrarse en el frente de batalla en Donbás, donde Putin ha ubicado la mayoría de sus fuerzas armadas después de la retirada de la región de Kiev. “Existe la posibilidad de que estos hombres sigan combatiendo en Ucrania, o que sean asesinados durante el combate”, dijo el fiscal Oleh Tkalenko. “Estamos trabajando en ello, y haremos todo lo posible para detenerlos”.
La base de la investigación
Tkalenko dijo que la investigación se basó en evidencias fotográficas, grabaciones de cámaras de seguridad y el testimonio de cientos de supervivientes que confirmaron las identidades de sus torturadores. Solo tres hombres sobrevivieron al campo de tortura de Motyzhyn. Tras asesinar a los civiles, los soldados los enterraron en fosas comunes cerca del campo. En una, los investigadores encontraron el cadáver de Olga Petrivna, la alcaldesa de la ciudad, junto con su esposo y su hijo. Petrivna había decidido quedarse en el pueblo y coordinar la ayuda y la defensa territorial ante la llegada de los rusos.
Tkalenko dijo que las autoridades ucranianas habían identificado a más de 5.000 soldados rusos que habían sido empleados en el norte de Kiev. “Estamos identificando a todos los prisioneros de guerra, y sabemos cuáles cometieron crímenes de guerra”. La lista de supuestos criminales de guerra incluye a otros 15 soldados rusos acusados de abusos contra los derechos humanos durante la brutal ocupación de los pueblos del norte de Kiev que duró más de un mes.
Anna Neistat, de la Fundación Clooney para la Justicia, explica que la oficina del fiscal general de Ucrania ha dicho que quería liderar esta iniciativa, aunque ha mostrado su voluntad de aceptar ayuda de parte de la comunidad internacional. “Son muy activos. Ya han abierto 11.000 casos”, dice Neistat. “Por primera vez en décadas, en una situación de conflicto, tenemos un fiscal general capaz de liderar estas investigaciones, y está muy bien” que Ucrania priorice la búsqueda de justicia por atrocidades cometidas por tropas rusas, y que los fiscales ucranianos arriesguen sus vidas para recoger evidencias de crímenes de guerra incluso en áreas que aún están amenazadas por fuerzas enemigas o plagadas de minas.
“Dicho esto, existe un peligro de que los fiscales estén abrumados, porque se trata de una gran cantidad de casos”, dice Neistat, quien señala que en lugar de bloquear investigaciones paralelas, la fiscalía ha optado por abrirse al apoyo internacional, y se ha mostrado activa a la hora de coordinar investigaciones paralelas llevadas a cabo en otros lugares. Ha habido un interés sin precedentes por parte de fiscales extranjeros y organizaciones sin ánimo de lucro en trabajar sobre los casos de crímenes cometidos en Ucrania. Más de una docena de fiscales nacionales fuera de Ucrania han iniciado investigaciones. La Corte Penal Internacional lanzó una investigación apenas cuatro días después de la invasión. El lunes, un tribunal de Kiev condenó a un soldado ruso a cadena perpetua por el asesinato de un ciudadano ucraniano, en el primer veredicto de un juicio por crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso durante su invasión de Ucrania.
Traducción de Patricio Orellana