El Gobierno francés ha suavizado este sábado, durante la quinta jornada de manifestaciones convocadas por todo el país contra la reforma de las pensiones, su proyecto de reforma de las mismas, al retirar la edad de referencia de la jubilación a los 64 años, el punto que le exigían los sindicatos más dialogantes para entablar negociaciones.
El primer ministro, Édouard Philippe, ha enviado una carta a los interlocutores sociales en la que, sin embargo, asegura que sindicatos y patronal deberán ponerse de acuerdo para encontrar una fórmula de financiación del nuevo sistema de jubilación, sin bajar las pensiones ni incrementar las cotizaciones patronales.
Deberán hacerlo en una conferencia de financiación que se reunirá a finales de mes y que debe acabar antes de finales de abril, para que sus conclusiones puedan ser integradas en el trámite final de la aprobación parlamentaria de la nueva ley.
Philippe avisó que los interlocutores sociales deben hacer proposiciones que permitan el equilibrio del sistema en el horizonte de 2027 y aseguró que, en caso de no lograr un acuerdo, “el Gobierno afrontará sus responsabilidades”.
El primer ministro indicó que deben quedar abiertas las negociaciones sobre otros puntos de la reforma, como la peligrosidad de ciertos oficios, el empleo de los senior y la gestión del final de carrera de los funcionarios.
Este gesto del Gobierno ha sido recibido de forma desigual por los sindicatos. Por un lado, la formación reformista CFDT, cuyo líder, Laurent Berger, había exigido retirar la edad de referencia de 64 años, lo consideró un paso positivo y se comprometió a abrir negociaciones lo antes posible.
Mientras tanto, la más radical, CGT, aseguró que ese gesto del Gobierno no es suficiente y volvió a pedir la retirada total de la reforma.