Quién era Gómez-Jordana, el ex ministro franquista cuyo retrato fue retirado por Exteriores y la Justicia pide reponer
El Ministerio de Exteriores ordenó retirar un retrato del ex ministro franquista Francisco Gómez-Jordana (1876-1944) de la Escuela Diplomática a finales de 2022. Ya había entrado en vigor la Ley de Memoria Democrática, que establece “contrarios a la memoria democrática las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadu, ra, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial”.
Y Gómez-Jordana había sido varias veces ministro del dictador Francisco Franco –incluido Exteriores– y vicepresidente, en plena represión franquista de los republicanos y mientras se mantenían relaciones privilegiadas con la Alemania nazi. Así, Exteriores ordena retirar el retrato de la Escuela Diplomática, donde se encontraba, en aplicación de ley de Memoria Democrática, decisión recurrida por la familia y que ahora el TSJM ha atendido.
Gómez-Jordana fue ministro de Exteriores en dos ocasiones (1938-39 y 1942-44). La última, después de relevar a Ramón Serrano-Suñer, considerado más germanófilo: no obstante, fue Gómez-Jordana quien firmó en febrero de 1943 un acuerdo secreto de asistencia militar mutua con la Alemania nazi, descubierto por los aliados en 1945 tras la caída de Berlín.
Aquel acuerdo, firmado por el entonces ministro de Exteriores de Franco y el embajador alemán en España, Hans-Adolf Von Moltke, establecía: “Junto a la intención del Gobierno alemán de entregar al Ejército español en el plazo más breve posible armamento, equipo de guerra y material bélico de calidad moderna y en cantidad suficiente, el Gobierno español, a petición del Gobierno del Reich, declara que está decidido a resistir toda entrada de fuerzas angloamericanas en la Península Ibérica o en territorio español fuera de la Península, es decir, en el mar Mediterráneo, en el Atlántico y en África, así como en el Protectorado español de Marruecos, y a rechazar tal entrada con todos los medios a su alcance”.
Ambas partes se obligaban a mantener en absoluto secreto el pacto, redactado en lengua alemana y en lengua española. Y así fue.
El propio Gómez-Jordana fue uno de los 35 dirigentes del franquismo incluidos en la causa instruida por Baltasar Garzón en la Audiencia Nacional en 2008 contra los casos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil y en los primeros años de la dictadura. Gómes-Jordana presidió tras el golpe de Franco y durante la Guerra Civil el Alto Tribunal de Justicia Militar, destinado a la represión de los militares leales a la República.
Recurso atendido por el TSJM
Los descendientes del ex ministro franquista que firmaba acuerdos secretos con la Alemania nazi para asistirse militarmente durante la Segunda Guerra Mundial interpusieron un recurso contencioso-administrativo contra la decisión del Ministerio de Exteriores de retirar el retrato de la Escuela Diplomática.
Y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid les ha dado la razón en primera instancia en una sentencia del pasado 30 de mayo y adelantada por El Confidencial. El TSJM considera que “se ha producido una indefensión al no haber iniciado un mínimo procedimiento de constatación de datos, ni de haber dado al interesado oportunidad alguna de alegar o aportar pruebas, por lo que ha de aplicarse el artículo 47 de la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, y entender que se ha infringido el procedimiento. No es un mero defecto de forma, sino un defecto sustancial que infringe la normativa básica del procedimiento administrativo, y es susceptible de causar indefensión”.
Es decir, el TSJM, sin entrar al fondo de los hechos ni atender las dudas sobre la constitucionalidad de la norma que plantea el demandante, Íñigo Gómez-Jordana Moya, declara “la nulidad de las concretas resoluciones”. Es decir, que el retrato debe ser restituido.
“¿Es neutral mandar soldados españoles a luchar con Hitler? ¿Tener una base de submarinos nazis camuflada en Galicia para hundir barcos que llegaban con armamento hacia Gran Bretaña?¿Enviar wolframio al ejército nazi?¿Proteger a 104 nazis que quisieron juzgar en Núremberg?”, se preguntaba la Asociación por la Memoria Histórica en X tras conocerse el fallo del TSJM: “¿Formar parte del gobierno de una dictadura es una forma de neutralidad? ¿De qué tipo? ¿También fue neutral la deportación de republicanos españoles a los campos de concentración nazis?¿Y el bombardeo de Guernica también había sido neutral?”
El cuadro se encontraba en la biblioteca y el Ministerio decidió retirarlo, de la misma manera que se han retirado los escudos franquistas en los torreones del edificio de la plaza de Santa Cruz, las placas a Franco en las embajadas y las vajillas con escudo franquista, entre otras cosas.
“Cuando se retira una obra se informa al Centro de Memoria Democrática de Salamanca y se custodia, convenientemente catalogado y cuidado, en sus dependencias u otras del Estado”, explican las fuentes consultadas.
Según la biografía de Gómez-Jordana en la web de la Real Academia de la Historia firmada por Carlos Seco Serrano, “el conde de Jordana no intervino en absoluto en la gestación del levantamiento militar del 17 de julio”. Sin embargo, “se puso a disposición de los insurgentes” y Franco “le designó presidente del Alto Tribunal de Justicia Militar destinado a la represión de los militares adversos a la sublevación [sic]”.
Posteriormente, “fue designado presidente de la Junta Técnica de Estado”, y se integró en el primer gobierno de Franco, “como vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores. Al estallar la Guerra Mundial [...] fue desplazado del poder por Serrano Suñer, ardiente partidario de la alianza con el Eje. En 1942, aún incierto el resultado de la gran conflagración, y destituido Serrano, fue designado de nuevo ministro de Asuntos Exteriores. En el verano de 1944, hallándose en San Sebastián como ministro, un derrame cerebral acabó con la vida de Jordana el 3 de agosto”.
El historiador Ángel Viñas recupera una reflexión de Gómez-Jordana enviada al embajador de EEUU en España en 1943: “España estima que, independientemente de lo que la suerte de las armas decida en la contienda, muy anteriormente a la guerra y con mucha más profundidad que ésta, existe en el mundo un problema espiritual de la más extraordinaria trascendencia, constituido por el ambiente revolucionario de unas masas alejadas de la creencia en Dios y que, por lo tanto, aspiran a mejorar su situación económica por la violencia, empleada sin escrúpulo ni limitación alguna, apoderándose de abundantes riquezas para disfrutarlas ampliamente mientras dure esta vida, cueste lo que cueste y empleando los medios a propósito, cualesquiera que éstos sean”.
Según publicó La Vanguardia, “Gómez-Jordana, que llegó a pasar por anglófilo, amigo de Estados Unidos y tolerante tuvo una doble cara pues firmó, el 10 de febrero de 1943, un pacto secreto con los nazis, que –tal como reveló La Vanguardia en verano del 2005– sorprendió a los aliados. Asimismo, Gómez-Jordana, hostigó a los embajadores españoles que salvaron judíos por su cuenta, después de que el gobierno al que pertenecía rechazara por dos veces consecutivas la oferta formal nazi de salvar del Holocausto a los judíos de origen español”.
Condecoraciones para el dictador
La Cruz Laureada, una condecoración que le negaron a Franco dos veces y se 'regaló' al ganar la guerra: el pendón que cubría el féretro del dictador al salir del Valle en 2019 lucía la condecoración militar que Franco solicitó dos veces sin éxito en África y se adjudicó 19 días después de acabar la guerra. La Laureada está reservada para actos heroicos, y para el rango de general imponía que el Consejo de Ministros la pidiera y el Jefe del Estado firmara la concesión.
El 19 de mayo de 1939 el Consejo de Ministros estaba encabezado por Francisco Franco. Y el Jefe del Estado era Francisco Franco. Sin embargo, la disposición que da cuenta de la concesión de la Gran Cruz Laureada no está firmada por ninguno de esos cargos. Aparece el nombre del ministro de Defensa, Fidel Dávila, y del vicepresidente del Gobierno franquista, Francisco Gómez Jordana y Sousa.
El decreto franquista dice, entre otras cosas, que se concede la distinción por “treinta y tres meses de guerra en que se derrochan arte y valor no solo contra nuestros enemigos sino contra gran parte del Mundo que los alienta y ayuda. Treinta y tres meses de verdadera epopeya”.
Por su parte, la orden reza que “el país entero solicita al Gobierno que se haga justicia al que condujo a la victoria” aunque la propuesta concreta partió “del Ministro de Defensa Nacional”, general Dávila. En todo caso la decisión fue, a tenor del texto, una respuesta al clamor popular: “Es acto de justicia que cabe al Gobierno interpretar el sentimiento unánime del país” y tuvo “a bien acordar y disponer” la condecoración. Se firmó el 19 de mayo de 1939. La fecha elegida para realizar un desfile de la victoria por Madrid.
23