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Los ocupantes del submarino desaparecido cerca del Titanic murieron en una “implosión catastrófica”

De todos los escenarios posibles, el peor. La Guardia Costera de Estados Unidos ha confirmado que los restos encontrados cerca de la zona donde se hallan los restos del Titanic corresponden al sumergible turístico Titán, desaparecido desde el domingo con cinco personas a bordo, las cuales han fallecido en una “implosión catastrófica”.

El contralmirante John Mauger, comandante del Primer Distrito de Guardacostas, ha explicado en una rueda de prensa que un robot ROV del buque canadiense Horizon Arctic descubrió en el fondo marino el cono de cola del submarino Titán a unos 500 metros de la proa del Titanic –que se encuentra a una profundidad de unos 3.800 metros–, así como otros restos, y avisaron inmediatamente a las familias.

El patrón de los restos es “consistente con una pérdida catastrófica de la presión en la cámara” y con una “implosión catastrófica” del sumergible, ha explicado Mauger en una rueda de prensa. “Tras esta conclusión, notificamos inmediatamente a las familias en nombre de la Guardia Costera de Estados Unidos y de todo el mando unificado. Doy mi más sentido pésame a las familias”.

Los cinco ocupantes del sumergible eran el empresario paquistaní Shahzada Dawood, su hijo Suleman, el explorador y multimillonario británico Hamish Harding, el explorador francés y experto en el Titanic Paul-Henry Nargeolet y el director general de la compañía operadora del sumergible OceanGate, Stockton Rush.

Mauger ha explicado aún no saben cuándo se produjo tal implosión, y ha asegurado que seguirán investigando los restos encontrados. “Sé que hay muchas preguntas sobre por qué, cómo y cuándo ocurrió esto, (...) Van a ser el centro del futuro análisis”, ha dicho. El portavoz ha reiterado que se trata de “un entorno increíblemente difícil y peligroso para trabajar”, y no ha podido confirmar si podrán recuperar los cuerpos de las cinco víctimas.

El experto en submarinos Paul Hanken ha precisado que se han encontrado “cinco piezas principales” que reconocieron como restos del Titán. “Encontramos la campana de la parte delantera de la sala de presión y este fue el primer indicio de que hubo un evento catastrófico poco después”.

Unos minutos antes, la OceanGate, la empresa operadora del sumergible, había emitido en un comunicado en el que daba por muertos a los cinco ocupantes. “Ahora creemos que hemos perdido tristemente a nuestro CEO Stockton Rush, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, Hamish Harding, y Paul-Henri Nargeolet”, dice la compañía.

“Estos hombres eran auténticos exploradores que compartían un marcado espíritu de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo. Nuestros corazones están con estas cinco almas y con todos los miembros de sus familias en estos momentos trágicos. Lamentamos la pérdida de la vida y la alegría que aportaron a todos los que conocieron”, reza el mismo texto.

El sumergible desapareció hace cuatro días en el norte del Atlántico, cuando perdió el contacto con su buque en la superficie tras zambullirse para ver de cerca los restos del Titanic, ubicados a unos 700 kilómetros al sureste de la costa canadiense.

La Guardia Costera de EEUU inició el lunes una amplia operación de búsqueda con ayuda de Canadá para localizar el pequeño submarino, una operación de gran complejidad para la que se han desplegado aviones y embarcaciones. Francia y Reino Unido también han movilizado efectivos. El gran avance en la operación se ha producido tras el despliegue de vehículos dirigidos por control remoto (ROV) en aguas profundas por primera vez tras varios días de búsqueda, y la esperanza de encontrar a los pasajeros con vida se había ido desvaneciendo a lo largo del día.

Mauger ha explicado que se comenzará “a desmovilizar al personal y los buques del lugar en el transcurso de las próximas 24 horas”, pero continuarán “con las operaciones en remoto en el fondo del mar”.

En medio de una intensa especulación sobre lo que ha podido ocurrir al sumergible, los expertos habían barajado varias hipótesis, entre ellos que se produjera algún problema de presurización, en cuyo caso la muerte de los cinco ocupantes se daba por inmediata.

La expedición que estaba efectuando el Titán era muy arriesgada, según expertos del sector y antiguos pasajeros. En las últimas horas, han salido a la luz preocupaciones sobre si el sumergible cumplía con los estándares de seguridad. La compañía fue advertida en 2018 de los riesgos que corría la empresa por su “enfoque experimental”, que podría tener consecuencias desde “menores a catastróficas” para la industria, según el The New York Times, que ha tenido acceso a una carta entregada por representantes del sector a Rush.

En declaraciones a la prensa británica, la familia de Hamish Harding ha criticado a OceanGate por tardar “demasiado” en alertar a la Guardia Costera.

En su web, la compañía, cuyo director comparaba estos viajes con el turismo espacial, anunciaba la experiencia como una “aventura increíble” y exclusiva. Cobraba a sus clientes 250.000 dólares (unos 230.000 euros) por una expedición que duraba ocho días y se refería a sus pasajeros como “especialistas de misión”, pero, según explicaba en su web, no necesitan ninguna experiencia marítima para unirse a la expedición.

Nicolai Roterman, ecólogo de las profundidades marinas y profesor de biología marina en la Universidad de Portsmouth (Inglaterra), explicó a la agencia Associated Press que la desaparición del Titán pone de manifiesto los peligros y las incógnitas del turismo de aguas profundas. “Incluso la tecnología más fiable puede fallar y, por tanto, ocurrirán accidentes. Con el crecimiento del turismo de aguas profundas, debemos esperar más incidentes como éste”.