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Los líderes de la UE designan a Von der Leyen para la Comisión Europea con la abstención de Meloni

Ursula von der Leyen, António Costa y Kaja Kallas.

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —
27 de junio de 2024 23:37 h

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Fumata blanca para el reparto poder de la UE tras las elecciones europeas de pasado 9 de junio. Los líderes europeos han avalado el acuerdo alcanzado por los negociadores populares, socialistas y liberales para los nuevos altos cargos (denominados top jobs en el argot comunitario), pero sin el apoyo de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Ursula von der Leyen aspira a un segundo mandato al frente de la Comisión Europea –para lo que aún le queda lograr el aval del Parlamento Europeo–, el exprimer ministro portugués, el socialista António Costa, presidirá el Consejo Europeo; y la primera ministra estonia, Kaja Kallas, sucederá a Josep Borrell al frente de la diplomacia europea.

La designación de Von der Leyen ha salido adelante con la abstención de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que tiene así margen de negociación para la composición de la futura Comisión Europea, en la que aspira a tener una cartera relevante e incluso con rango de vicepresidencia. Meloni gobierna, además, con Forza Italia, que forma parte del Partido Popular Europeo de Von der Leyen. El húngaro Viktor Orbán, sin embargo, ha votado en contra. En el caso de Costa y Kallas, Meloni se ha opuesto mientras que Orbán se ha abstenido en la designación de la estonia y ha avalado al portugués, con quien tiene buena relación. Los líderes de los restantes 25 estados miembros han secundado el paquete completo. La presidencia de la Eurocámara se la dividirán populares y socialistas. La popular maltesa Roberta Metsola asumirá la primera parte.

El acuerdo comenzó a cocinarse entre populares, socialistas y liberales hace un par de semanas al margen de los representantes de la extrema derecha y, cuando tuvieron la primera toma de contacto en una cena informal en Bruselas, hicieron explícito el aislamiento a la también a Meloni. La primera ministra italiana dejó claro su malestar entonces y en el Parlamento de su país la víspera de viajar de nuevo a Bruselas, a donde llegó con cara de pocos amigos este jueves.

“La propuesta formulada por el Partido Popular, los socialistas y los liberales para las nuevas cumbres europeas es errónea en el método y en el fondo. Decidí no apoyarlo por respeto a los ciudadanos y a las indicaciones que vinieron de esos ciudadanos durante las elecciones”, ha afirmado Meloni en la red social X (antes Twitter) tras la reunión del Consejo Europeo. Sin embargo, en declaraciones a los periodistas no ha descartado que los Fratelli d'Italia acaben votando a favor de Von der Leyen en el Parlamento Europeo.

El cortejo del PP europeo a Meloni

Meloni ha sido la gran protagonista de la cita, a la que la mayoría de líderes miraban y mimaban especialmente los jefes de Gobierno del Partido Popular Europeo a los que no cogió el teléfono cuando la llamaron para informarle del acuerdo que alcanzaron con socialistas y liberales para los altos cargos. “Nunca ha sido nuestra intención excluir u ofender a nadie”, se disculpó el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, que fue uno de los negociadores. “Personalmente siento un gran respeto por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Estoy seguro de que abordaremos todas estas cuestiones y preocupaciones en los debates que mantendremos”, señaló a su llegada a la reunión.

El mismo tono usó el primer ministro polaco, Donald Tusk: “Nadie defiende a Meloni e Italia más de lo que yo lo hago”. A pesar de que Tusk ha sido un firme defensor de desbancar del poder de su país a los ultranacionalistas de Ley y Justicia, que son de la misma familia política europea que Meloni, dejó claro que el aislamiento no operaba en este caso. Tusk se justificó en que el acuerdo previo que alcanzó con los socialistas Olaf Scholz y Pedro Sánchez y los liberales Emmanuel Macron y Mark Rutte sólo pretendía allanar la negociación de este jueves. “La única intención y razón de esta posición es facilitar el proceso. No hay Europa sin Italia y no hay decisión sin la primera ministra Meloni, es obvio”, expresó.

Menos conciliadores fueron en privado los socialistas, que recordaban que el acuerdo ya contaba con el respaldo necesario (al menos el 55% de los países que representen al 65% de la población europea) incluso sin Hungría, Italia y Eslovaquia, que jugó a la ambigüedad hasta el final, mientras que República Checa –también gobernada por los ultraconservadores– anunció su apoyo. El canciller alemán, Olaf Scholz, fue más diplomático: “Los 27 estados miembros deciden en el Consejo Europeo. Hemos llegado a un acuerdo político al respecto entre estas tres familias de partidos. Esta es solo una posición. Lo debatiremos con detenimiento y equidad. Los 27 son igualmente importantes; eso es importante para mí. Pero hemos facilitado el proceso de toma de decisiones”. Sánchez no ha participado en el encuentro por el fallecimiento de su suegro y ha delegado el voto en Alemania.

Y el holandés Mark Rutte, que llegaba flamante con su nuevo cargo de secretario general de la OTAN, recordaba que el acuerdo era de tres familias políticas. “Tenemos una coalición de tres partidos que pueden trabajar juntos. Para los cinco próximos años necesitamos estabilidad política y ser capaces de avanzar rápido. En el Parlamento Europeo hay tres grupos dispuestos a trabajar juntos. Así es cómo funciona la democracia. La democracia no solo va de bloquear, sino de trabajar de forma conjunta”, remataba el primer ministro belga, Alexander de Croo, también liberal.

Costa ya tiene el camino expedito para ser el próximo presidente del Consejo Europeo, ya que es un puesto que designan directamente los jefes de gobierno. Sin embargo, Von der Leyen tiene ahora que remangarse para conseguir el apoyo de la Eurocámara. En principio cuenta con el respaldo de los tres partidos que han alcanzado el acuerdo, pero no se puede dar por sentado que actúen como bloques homogéneos y monolíticos. En 2019 varias delegaciones se descolgaron y, a pesar de que tenía un margen de unos 60 escaños, salió adelante sólo por nueve votos.

Von der Leyen mantiene la ambigüedad sobre sus apoyos

Ante esa coyuntura, Von der Leyen tendió la mano en la campaña electoral a Meloni con el objetivo de contar con el respaldo de los Fratelli d'Italia en el Parlamento Europeo. Esa maniobra puso en alerta a los socialistas y los liberales, que han emplazado a la aspirante a la reelección a que mire a los verdes, que se han ofrecido a entrar en la ecuación siempre y cuando no se frene la agenda medioambiental. Esa negociación comienza ahora, en paralelo con la decisión de Von der Leyen de configurar su nuevo gobierno, para lo que tiene que encajar a los comisarios que le propongan los gobiernos europeos y Meloni aspira a una cartera relevante (económica, como la que ha ocupado esta legislatura con el socialista Paolo Gentiloni) e incluso con rango de vicepresidencia. Una vez que el puzle esté encajado y los comisarios se hayan sometido al examen del Parlamento Europeo, se ratificará la composición de la Comisión Europea en su conjunto.

Von der Leyen, que ha cultivado la relación con Meloni en los últimos años, ha asegurado que será importante “trabajar bien en el Consejo Europeo con la primera ministra, con Italia, como con los demás estados miembros”. No obstante, ha mantenido la ambigüedad sobre las alianzas que pretende buscar más allá de la base de populares, socialistas y liberales para asegurarse la mayoría suficiente en el Parlamento Europeo. Sus aliados presionan para que intente sumar a los verdes para mantener alejada a la extrema derecha.

Pero la alemana no descarta buscar el respaldo de los Fratelli d'Italia de Meloni. “Trabajaré con todo el Parlamento Europeo”, ha afirmado antes de recordar la coletilla de que deben ser “proeuropeos, pro-Ucrania y pro estado de derecho”, un traje en el que puede caber esa formación.  

También Kallas se ha referido al paso que le queda por dar aún ante en la Eurocámara y ha citado entre sus objetivos “trabajar por la unidad europea, proteger los intereses y valores europeos”. “Como presidente del Consejo Europeo desde el 1 de diciembre, promoveré la unidad de los 27 estados miembros y me centraré en la puesta en marcha de la agenda estratégica”, ha expresado por videoconferencia Costa.

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