Será de seguro una de las primeras decisiones importantes de Mauricio Macri como presidente y una de las que más ruido internacional genere. Argentina se baja del eje bolivariano y declara una guerra diplomática al Gobierno de Nicolás Maduro. “Vamos a pedir la aplicación de la cláusula democrática a Venezuela en el Mercosur por los abusos en la persecución a los opositores y a la libertad de expresión”, ha asegurado este lunes el presidente electo en su primera rueda de prensa.
Lo hará en el encuentro del Mercosur previsto para el 21 de diciembre, cuando el liberal lleve 11 días en la Casa Rosada. “Tengo las mejores perspectivas para el encuentro con mis pares latinoamericanos”, ha explicado Macri. Pero el nuevo Gobierno sabe que no será tan sencillo y que no cuenta con el apoyo seguro de sus socios sudamericanos. El jefe de campaña –que se perfila como futuro jefe de Gabinete–, Marcos Peña, lo dejó claro ante las preguntas de los periodistas: “Somos conscientes de que serán días bastante críticos para este tema”.
El 6 de diciembre hay elecciones legislativas en Venezuela, a las que la oposición llega con bastante fuerza, apuntalada por la crisis económica y la pérdida de apoyo popular de Nicolás Maduro. Aunque no está claro qué sucederá en esas elecciones, el presidente venezolano ya ha adelantado sus intenciones. Prometió este sábado “radicalizar la revolución” y rectificar los errores cometidos. El mandatario denunció una “guerra económica” de grupos de oposición que ha generado una aguda escasez de productos básicos y alta inflación para desestabilizar al gobierno, y aseguró que su país se debate hoy entre la “traición o la lealtad” al legado de Hugo Chávez.
Nada más lejos de las expectativas continentales del nuevo Gobierno argentino. La esposa del opositor Leopoldo López, Lilian Tintori, celebró este domingo el triunfo del candidato liberal en el búnker de Cambiemos. Una colaboradora cercana al nuevo presidente dejó claro ya antes de las elecciones que uno de los objetivos principales de Macri es desvincular a Argentina de la alianza política bolivariana e intentar un acercamiento a Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea, todas relaciones muy debilitadas en los últimos años. “No puede ser que nuestros socios sean Venezuela e Irán”, aseguran en Cambiemos.
Macri también habló en la rueda de prensa de buscar acuerdos comerciales con la Unión Europea y con la Alianza del Pacífico, negociaciones que permanecían congeladas durante los gobiernos kirchneristas. No está claro qué margen de negociación habrá, ya que ha dejado claro que no es partidario de una apertura comercial inmediata tras una década de proteccionismo económico.
El saludo de la presidenta
Macri contó que la presidenta Cristina Fernández lo llamó para felicitarle este domingo tras conocerse los resultados de la segunda vuelta. “Estaba contenta de que habíamos tenido el primer ballottage de la historia del país, y me deseó la mayor de las suertes”. Mañana a las siete de la tarde la presidenta en funciones y Mauricio Macri se reunirán por primera vez en la residencia oficial.
La agenda del gobierno de Cambiemos es de lo más nutrida: deben decidir qué hacer con el presidente del Banco Central, al que han denunciado por vender dólares a futuro, y con la fiscal general, que se ha declarado militante kirchnerista y cuyo mandato no acaba este 10 de diciembre. Además, deberá concretar su política económica, para lo que necesitan “contar con toda la información que actualmente no tenemos” sobre la situación real de las finanzas argentinas.
Tanto en materia internacional como en la política interna no lo tendrán fácil. El Gobierno de Cambiemos llega sin mayoría en las cámaras y con una escasa diferencia en votos –unos 700.000– de ventaja sobre el peronismo.