La comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo acaba de dar su visto bueno a los tres comisarios elegidos por Francia, Rumanía y Hungría, después de haber sido tumbados los anteriores durante los exámenes que ahora les esperan a los nueves dentro de 48 horas, este jueves: Oliver Várhelyi (Hungría), comisario electo de Vecindad y Ampliación –su examen será el jueves de 8.00 a 11.00–; Adina-Ioana VÄlean (Rumanía), Transporte –de 13.00 a 16.00–, y Thierry Breton (Francia), Mercado Interno –13.00- 16.00–.
Ahora sólo falta el británico, que debe nombrar Boris Johnson hasta que se produzca el Brexit, de acuerdo con el último acuerdo de aplazamiento de la salida de la UE hasta el 31 de enero firmado con Bruselas.
Es precisamente este último, el candidato de Emmanuel Macron y hombre de negocios, el que más controversia ha generado en la comisión de Asuntos Legales, encargada de examinar las incompatibilidades de los candidatos –en septiembre ya tumbó por eso a los candidatos de Hungría y Rumanía–. ¿Por qué? Porque Thierry Breton sería el primer comisario europeo que viene de haber amasado una fortuna como CEO de una multinacional, Atos, con grandes conexiones previas con la UE.
Según los Tratados de la Unión, la independencia de los candidatos a ser comisario europeo debe ser indiscutible. El Código de Conducta establece que “los comisarios deben evitar cualquier situación que pueda dar lugar a un conflicto de intereses o que razonablemente se pueda percibir como tal”.
Pero Thierry Breton, como detalla la eurodiputada Manon Aubry (Francia Insumisa/GUE) en un demoledor hilo de Twitter, es el primer CEO en pasar directamente de una empresa importante –Atos figura en el CAC 40, el Ibex-35 francés, con un volumen de negocio de 12.000 millones en 2018) a la Comisión. “Su experiencia en asuntos europeos es inseparable de los negocios, redes e intereses privados de Atos”, afirma Aubry: “Thierry Breton vendió sus 579.705 acciones en Atos, sumando la modesta cantidad de 40 millones a sus 3 millones de ingresos anuales. ¿Quién puede creer que no se verá tentado de favorecer a quienes lo han enriquecido tanto? ¿Quién puede creer que no abrirá sus puertas a sus antiguos colegas?”
Aubry recuerda que Atos “es un gigante esencial” para la UE: “En 2018, la compañía recibió 108 millones de euros de la UE a través de 1.860 contratos diferentes, y 1,2 millones de subvenciones del fondo FEDER”.
El problema añadido es que la cartera de Breton, Mercado Interior, tendrá mucho que ver con la empresa que estaba dirigiendo.
En el ámbito digital, “Thierry Breton estará a cargo del desarrollo de las supercomputadoras europeas, y Atos es el único fabricante europeo de supercomputadoras y ha mostrado interés en el programa de EuroHPC, por valor de 2.700 millones”, explica Aubry, quien añade: “Como CEO, Breton ha colocado a Atos a la cabeza de un programa de colaboración entre la UE y Japón. Financiado a través de fondos europeos ”Horizonte 2020“, el programa desarrolla tecnologías blockchain, Big Data y Cloud Computing. Además, en septiembre de 2019, Atos inauguró su laboratorio de inteligencia artificial en Munich con Google Cloud, después de lanzar un paquete de software líder mundial en el campo de la inteligencia artificial en 2018”.
En el ámbito de la defensa, Atos se erige como “número 1 en Europa y líder mundial” en seguridad cibernética, con más de 5.000 expertos y una red global de centros de operaciones. “Desde 2018, la compañía ha estado protegiendo los sistemas de TI de 17 instituciones europeas”, concreta la eurodiputada de la Francia Insumisa: “El apoyo de Breton al fondo de defensa europeo tiene sentido. Atos es un importante proveedor de herramientas militares. Ejemplo: su ex subsidiaria Amesys proporcionó a Gadafi el software espía que condujo a los ataques y la tortura de opositores políticos”.
En relación con el espacio, “Atos ha sido elegido por la Agencia Espacial Europea para gestionar el acceso a los datos de Copérnico. Así, Thierry Breton se encargaría de establecer el futuro programa espacial de la Unión que abarca, en particular, Copérnico”, explica la eurodiputada.
En relación con otra pata de su cartera del Mercado Interno está el tabaco, “Atos creó para Philip Morris el controvertido sistema de seguimiento Codentify. Codentify no debería ser válido a tenor de la Convención de Control de Tabaco de la UE. Sin embargo, la revisión de la Directiva sobre el tabaco estaría en el escritorio del señor Breton”. Pero también está LVMH & Co: “Thierry Breton también sería presidente del comité de sabios que se ocuparía de los intereses del grupo LVMH si muriera Bernard Arnault. Es difícil regular un grupo cuya durabilidad debe garantizar”, ha afirmado Aubry, quien también ha apuntado otro detalle: “Breton es miembro de Le Siècle, un club que organiza diálogos y encuentros entre los grandes jefes (Rothschild, Vivendi, etc.) y líderes políticos, si bien la lista de miembros y debates son secretos. Buen ejemplo de transparencia”.
Aubry también ha señalado sombras en cuanto a las buenas prácticas de Atos: “Atos está acusado de apropiarse ilegalmente a IBM de una copia de la base de datos utilizada por la policía para encontrar personas en el área de Schengen. A pesar de los hechos, la Comisión está cubriendo a Atos con un sesgo alarmante. Atos tampoco respeta las normas europeas de transparencia. El grupo informa menos de 50.000 euros en lobby en 2018, que no cubrirían los 2,5 empleos declarados de tiempo completo, y mucho menos los servicios de lobby proporcionados”.
“¿Y Breton, ejemplar ministro de Economía entre 2005 y 2007?”, se pregunta Aubry sobre el ministro de Jacques Chirac: “Cuatro meses después de su mandato, se unió a Rothschild como asesor principal, sin especificar sus actividades. Un caso clásico de puerta giratoria, que estaría estrictamente prohibido si tuviera lugar en la Comisión”.
Y da más datos: “Breton es objeto de una queja de Anticor por trato de favor. Él y su jefe de personal en el gabinete habrían favorecido la adjudicación de grandes contratos públicos de Atos de gestión de las cámaras de velocidad. Los dos hombres se convirtieron posteriormente en el número 1 y el número 3 de Atos”.
“Breton está estructuralmente vinculado a intereses privados que podrían influir en sus decisiones. La aplicación simple y estricta de las normas europeas le impediría ejercer su mandato”, concluye Aubry: “No existe ninguna autoridad que supervise la transferencia sistemática y transparente de carteras y materias, creando una situación de conflicto de intereses. En ausencia de respuestas a nuestras preguntas y garantías de control, nuestro grupo, el GUE/NGL, se opone a la candidatura y hace un llamamiento a la creación de una autoridad independiente con recursos, poderes y reglas claros”.