Charlie Hebdo lo ha vuelto a hacer. Los responsables del semanario satírico francés no se asustan con facilidad. En plena polémica por las manifestaciones violentas contra embajadas de EE UU por una supuesta película denigratoria sobre Mahoma, la revista ha publicado una nueva caricatura de Mahoma en el interior del número que sale el miércoles a la venta.
El Gobierno francés había pedido a Charlie Hebdo que no diera ese paso. El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, hizo público un comunicado para mostrar su “rechazo a todos los excesos”. Pero el exceso es precisamente el terreno en el que se mueve una publicación acostumbrada a manejarse en el límite. Los responsables dijeron que se trataba simplemente de ejercer el derecho a la libertad de expresión.
La única concesión que han hecho es no colocar la caricatura de Mahoma en portada. En una página interior, por ejemplo, se ve a un Mahoma lloroso –bajo el titular “Mahoma pide perdón por su película lamentable”– diciendo: “Me habían dicho que era un anuncio”.
En portada, aparece un judío ultraortodoxo que lleva a un musulmán en una silla de ruedas al modo de la película Intocable.
El año pasado, la oficina de Charlie Hebdo sufrió un ataque con un artefacto incendiario por publicar un número especial con Mahoma como “director invitado”. En esta ocasión, unidades policiales francesas se han desplegado cerca de la revista ante el temor de que se produzcan más ataques.